La propuesta de una artista contemporánea consistía en colocar en las calles de Acapulco miles de carteles con textos escritos por ciudadanos que tienen miedo de vivir en medio de la vorágine violenta que hay el puerto. Su proyecto fue cancelado debido a que su equipo de trabajo recibió amenazas aparentemente del crimen organizado.
Por Óscar Ricardo Muñoz Cano
Ciudad de México, 22 de junio (SinEmbargo/El Sur).- La artista y activista cultural Lorena Wolffer ofreció ayer, como parte de las actividades del Segundo Festival de Arte Contemporáneo de Acapulco (Farca), una charla acerca de los más recientes proyectos que realiza, entre ellos una intervención en el puerto de la ciudad y de la que reveló, no se concretó por presiones relacionadas con la violencia.
Ante unas 50 personas que se dieron cita en el auditorio del Museo Histórico Fuerte de San Diego, la mexicana explicó que su visión artística no se desliga de la sociedad ni sus problemas, sino de la temática de género, específicamente los derechos y la voz de la mujer en el arte.
Al respecto, la ganadora de premios como el Artraker Award for Social Impact en Inglaterra (2014), recordó proyectos como «Fe de hechos» (2010), un performance en la Ciudad de México que buscaba mostrar con la ayuda de masa y papel fieltro con los que formó bolas, historias de mujeres violentadas en sus derechos.
Mientras que «Estado de excepción», un proyecto de intervenciones culturales participativas concebidas a la que asistieron mujeres a comer en alguna plaza pública para compartir el espacio que, dijo, es dominado por el hombre y que no permite el ejercicio de sus derechos.
Dicho proyecto, resaltó Wolffer, incluso tuvo alcance en países como Inglaterra y Afganistán, a donde lo llevó.
Posteriormente habló del trabajo realizado en el puerto: «Afectxs ciudadanxs», que estaría expuesto hasta el viernes en varios puntos de la ciudad en forma de mantas y carteles con mensajes anti violencia.
Dicho proyecto, comentó en términos generales, consistía en colocar miles de carteles en calles populares de Acapulco y una serie de mantas en lugares visibles con textos escritos de ciudadanos que tienen miedo de vivir en medio de la vorágine violenta en que se encuentra el puerto desde hace años y no parece acabar.
“Habíamos contratado gente para que pegara esos carteles, la gente que trabaja para esta compañía fue amenazada en las calles al momento de empezar a pegar, tras lo cual regresaron al Farca los carteles y el dinero”, aseveró.
Aunque la artista nunca dijo quién o quiénes los habían amenazado, extraoficialmente se supo que habían sido miembros del crimen organizado.
Así, recordó, la organización del festival, se dio a la tarea de hacer la labor, misma que de todos modos quedó a medias pues de las cinco mantas que finalmente se colocaron, desaparecieron tres entre el domingo y lunes. “Esas actitudes hostiles hablan un poco del impacto que tuvieron los carteles sin siquiera estar todos en la calle”, dijo
Dichos carteles, abundaría Wolffer en entrevista previa, “la idea fue salir a la calle y preguntarle a la gente cómo se siente al caminar en su barrio, salir a trabajar, a otros lados y la intervención son las palabras textuales de gente de Acapulco escritas en 10 mil carteles y cinco mantas”.
“Es un proyecto que nació de mi interés por lo que pasa en el país, no desde la perspectiva racional, ni de la nota informativa ni eso, sino desde los afectos, los sentimientos, las emociones”.
Así, concluyó, «Afectxs ciudadanx» también es un llamado de atención a las autoridades, pues «es indispensable que todas las personas, todas las instancias veamos y empecemos por trasformar lo que podamos cada quien, desde la forma en que no relacionamos y hasta cuestionar los sistemas de poder que están basados en la opresión, en la discriminación de alguien más, de otro, de otra”.
