Ciudad de México, 22 de junio (SinEmbargo/El Informador).– En las imágenes se ven amontonados. Acostados o sentados en el suelo de cemento. Hechos bolita para hacer menos sufrible el frío. Su mirada está perdida. Están divididos por género. El lugar se aprecia inmundo, sin medidas de higiene. Esas fotos que circulan de las instalaciones de la Patrulla Fronteriza en Valle del Río Grande, al sur de Texas, revelan que la repatriación de los menores inmigrantes se suma a las vejaciones que sufren en su intento por lograr el reencuentro con los padres después de la frontera o su propio sueño americano.
El problema no es menor: desde Estados Unidos 45 niños mexicanos son repatriados al día. Ocho de cada 10 lo hacen sin acompañamiento; es decir, el promedio anual es de 13 mil 140 menores regresados solos, según las estadísticas de los últimos tres años del Instituto Nacional de Migración (INM).
El académico del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), Eduardo González, lamenta que de ningún lado de la frontera se tienda la mano a los niños migrantes.
“En algunos centros de detención y repatriación (de Estados Unidos) prácticamente no hay diferencia en el trato entre adultos y menores, incluso en los Centros de Detención de Texas y del Estado de Arizona los menores son recluidos en compañía de diferentes adultos, son mal alimentados, en ocasiones pasan varias horas para que se les acerque alimento o se les acerque agua, y cuando son regresados a nuestro país prácticamente los mandan a la calle”, expone.
De 2011 a 2013 fueron deportados 49 mil 624 menores de edad de Estados Unidos a México. La mayoría originaria de Sonora, Oaxaca, Guerrero, Tamaulipas, Guanajuato y Michoacán, las entidades más expulsoras de niños migrantes.
“Esto es un problema muy serio, porque no solamente reciben un mal trato en los centros de detención, sino que además (al ser expulsados a la calle al llegar a México) caen muy frecuentemente en redes que los pueden utilizar para vender droga, pasar droga, que los pueden meter a la prostitución”.
“Sí es necesario que se ponga más atención no sólo en el proceso de detención de los menores, sino también en todo el proceso de repatriación”, alerta el doctor en Ciencias Sociales.
El Instituto Nacional de Migración tiene en la frontera y a lo largo del país Oficiales de Protección a la Infancia (OPI), que se especializan en su atención.
Adriana Noemí Rubio, quien es parte de la los OPI, explica que una vez que pisan suelo mexicano, los menores son recibidos por personal del INM para después ser canalizados al DIF del Estado fronterizo que corresponda, el cual se encarga de reincorporarlos a su lugar de origen.
Ante la crisis por el flujo de niños migrantes, Estados Unidos destinó un monto de 40 millones de dólares –más los 9.6 millones que envía a los gobiernos centroamericanos para apoyar la reintegración de los menores que migran a sus hogares en sus país– para un programa de educación de jóvenes en riesgo.
El gobierno de EU consideró que la creciente migración se trata de un “peligro en materia económica y de seguridad” para el país.
Sin embargo, la medida fue recibida por organizaciones defensoras de derechos humanos como un presupuesto para deportar a los menores más que para resolver el conflicto migratorio.
El secretario general de la Organización de Estados Unidos Americanos (OEA), José Miguel Insulza, afirmó que no hay motivo para que Washington deporte a los niños que han llegado indocumentados a la nación estadounidense.
En tanto, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) denunció que se han presentado al menos 100 casos de abusos sexuales y físicos por parte de agentes fronterizos.
El lunes pasado, un Congresista latino entregó a la prensa de Estados Unidos fotografías de menores migrantes de México, Honduras y Guatemala encerrados en jaulas dentro lo que las autoridades han llamado “refugios temporales”. Henry Cuéllar, como un grupo de organizaciones civiles, afirma que los llamados “menores extranjeros no acompañados” son víctimas de maltrato, hacinamiento y abandono.
Al respecto, la relatora de los Derechos de la Niñez, Rosa María Ortiz, hizo un llamado a las autoridades estadounidenses para que “primero y sobre todo vean a estos niños y niñas migrantes como niños y niñas”.
En el mismo sentido se pronunció la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en ingles), que denunció que esta crisis se extiende a lo largo de toda la ruta migratoria hacia los Estados Unidos, “desde las barriadas azotadas por la violencia en Centroamérica, hasta las traicioneras líneas ferroviarias y los hacinados centros de detención en México, y los amenazantes desiertos del lado estadounidense de la frontera donde cada año mueren cientos de personas”.
MAS DE 106 MIL MIGRANTES CENTROAMERICANOS EXPULSADOS DE EU EN UN AÑO: BIDEN
Más de 106 mil personas provenientes de Guatemala, Honduras y El Salvador fueron expulsadas de Estados Unidos en el último año fiscal, informó la Embajada de Estados Unidos en México.
Esto se debe al reforzamiento en acciones para cumplir la ley migratoria estadunidense, realizadas por los departamentos de Justicia y Seguridad Nacional, detalló la Embajada, con información de la oficina del vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden.
La representación diplomática indicó que, según una “Hoja Informativa” del vicepresidente, en el año fiscal 2013, (octubre 2012 a septiembre 2013) el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), elevó el número de expulsión de centroamericanos sin documentos.
Se trata de 47 mil 769 personas de Guatemala; 37 mil 49 de Honduras y 21 mil 602 de El Salvador, para hacer un total de 106 mil 420 personas, equivalentes a 29 por ciento de las expulsiones totales realizadas por ICE en el periodo.