La mayoría de los mexicanos que gana salario mínimo considera que en los próximos meses aumentarán los precios de los productos básicos y los impuestos. Una encuesta del CESOP señala que más del 40 por ciento de las familias en el país depende de un solo ingreso.
Ciudad de México, 22 de mayo (SinEmbargo).- En México el 42 por ciento de las familias dependen de un solo ingreso, lo cual resulta insuficiente para cubrir sus necesidades básicas, según reportó una encuesta del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) de la Cámara de Diputados.
Si bien el 86 por ciento de la población sabe de la existencia del Salario Mínimo (SM), su valor no es importante para la mayoría de la gente en su vida cotidiana, pues solo una cuarta parte (26 por ciento) conoce su valor actual, mientras que el 30 por ciento no tiene ni siquiera una idea aproximada.
No obstante, dos terceras partes de la población considera que el salario mínimo debe servir para cubrir las necesidades de un individuo, no de una familia.
El 42 por ciento de las familias dependen de un solo ingreso, en un universo en el que casi el 40 por ciento son profesionistas. Con solo 53 por ciento de los entrevistados con trabajo (sin considerar labores del hogar), resulta poca la gente que se hace cargo del sustento de una familia de 4.2 miembros, en promedio.
Si la gente ve en el salario mínimo una cantidad que puede resolver los problemas económicos básicos de un individuo pero no de una familia, surge la pregunta: ¿Por qué no hay más personas en la misma familia contribuyendo al ingreso familiar?
Las respuestas, según las opciones, son las siguientes: por falta de empleo, por falta de capacitación y por falta de ganas.
LAS OPCIONES
Una de las principales opciones que tienen las familias para incrementar sus ingresos son las empresas de servicios, como las cadenas de cines o de limpieza que ofrecen trabajos con salarios por encima del mínimo y contratan casi permanentemente.
El asistencialismo es otra de las opciones: diversos programas sociales locales y federales son desviados de su propósito que es el combate a la pobreza, lo que genera una cultura de dependencia entre personas que tienen capacidad para incorporarse al mercado laboral.
Por otro lado, el trabajo en el hogar puede resultar indispensable para muchas familias mexicanas, lo que inhibe la participación de muchas mujeres en el mercado laboral.
Una tercera parte de la gente [32 por ciento] desconoce la existencia del trabajo informal y solo el 4 por ciento manifestó encontrarse desempleado.
Mientras el 37 por ciento estima que 3 mil pesos son suficientes para que un individuo pueda vivir, una tercera parte considera que ese mismo individuo requiere 50 mil pesos mensuales. Dieciséis veces más.
El 62 por ciento considera que es benéfico el incremento al salario mínimo, pero 80 por ciento estima que también subirán los productos básicos como consecuencia de ello.
¿PARA QUÉ SIRVE EL SALARIO MÍNIMO?
Dos terceras partes de la población entrevistada consideran que el salario mínimo debe servir para cubrir las necesidades de un individuo y no de una familia, como lo estipula la Ley Federal del Trabajo.
“Una vez que la gente conoce el valor del salario mínimo, de 70.10 pesos diarios, el 23 por ciento de los encuestados considera que es suficiente para que una persona cubra sus necesidades materiales, sociales y culturales. Pero la totalidad coincide en que su valor actual no alcanza para cubrir las necesidades de una familia”, señala la encuesta.
Respecto a la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami), 74 por ciento de la población la conoce, pero un 75 por ciento considera que no ha cumplido con fijar salarios mínimos de manera correcta. La existencia misma del salario mínimo es considerada como justa por el 61 por ciento de los encuestados.
LA DESIGUALDAD
La desigualdad que caracteriza a la economía nacional, de acuerdo con la encuesta, se refleja en los indicadores de necesidades básicas de la encuesta: por un lado, el 37 por ciento estima que 3 mil pesos mensuales son suficientes para que una persona solvente sus necesidades individuales; esto es, el equivalente a un salario mínimo de cien pesos. Mientras que otra tercera parte dice que un individuo requiere al menos 50 mil pesos mensuales; es decir un ingreso de mil 600 pesos diarios. Dieciséis veces más.
Respecto a las necesidades familiares, el 32 por ciento espera pagarlas con 5 mil pesos al mes, mientras el 51 por ciento considera cubrir sus requerimientos familiares con 50 mil pesos mensuales. Diez veces más.
El 58 por ciento de las personas que aportan ingresos al hogar ganan más de un salario mínimo, y dos terceras partes tienen un ingreso inferior a 12 mil 600 pesos mensuales, o 420 pesos diarios, que es superior al ingreso nacional promedio de la población económicamente activa: 264 pesos diarios, según el Instituto .
El factor positivo de un eventual aumento en el salario mínimo, según la encuesta, se ve en que el 62 por ciento de los encuestados creen que el ingreso de los trabajadores se verá beneficiado, pero también ven un riesgo porque representa un probable pretexto para aumentar el precio de bienes y servicios. Como percepción negativa podemos citar varios eventos detectados en la encuesta:
El 71 por ciento de la gente conoce el proceso inflacionario y el 52 por ciento considera que un eventual aumento en el salario mínimo impactará negativamente en la inflación: 80 por ciento cree que subirá el costo de los productos básicos, 73 por ciento los impuestos y 67 por ciento las multas y sanciones.
El 63 por ciento manifiesta estar muy en desacuerdo respecto al posible incremento de impuestos en caso de aumentar el salario mínimo, contra 4 por ciento que tiene una opinión muy favorable respecto a esta medida.