Ciudad de México/Ginebra, 22 de mayo (SinEmbargo/EFE).– México perdió nueve lugares en el ranking mundial de competitividad y bajó al lugar 41 del 32 que ocupaba el año pasado.
La disminución es más fuerte si se considera que el reporte de Competitividad Mundial del Instituto Internacional para el Desarrollo Administrativo (IMD, por sus siglas en inglés) evalúa sólo 60 naciones.
México perdió en todos los rangos que son evaluados para sacar el promedio, sobre el que se realiza el ranking. En Desempeño Económico bajó al lugar 18, desde el 14. En el de Eficiencia Gubernamental pasó al 41 cuando se encontraba en el 29. En el de Eficiencia de Negocios llegó 41, desde el 33. En Infraestructura perdió menos: de 51 a 49.
“El 2013 ha sido un poco decepcionante para México en términos de crecimiento del Producto Interno Bruto y algunas otras cifras macroeconómicas”, dijo Arturo Bris, director del Centro de Competitividad Mundial del IMD.
El descenso se debió también a factores indirectos como la recuperación de los países europeos que en el pasado, cuando tuvieron su crisis financiera, hicieron que México escalara posiciones.
Sobre México, que se ubica en el puesto 41 del ránking, dijo que tuvo un crecimiento económico “decepcionante, pese a los beneficios que se esperaban del NAFTA (Tratado de Libre Comercio de Norteamérica)”, aunque recalcó que “los expertos coinciden en que se trata de un declive temporal dentro de una tendencia positiva en general”.
En un sondeo realizado entre ejecutivos de distintos países, las mayores fortalezas que éstos observaban en México son su mano de obra bien formada, costos competitivos, su dinamismo económico y el entorno propicio para los negocios.
Otro caso que Bris destacó fue el de Brasil, sin mucho espacio de maniobra para contrarrestar los efectos negativos de los tipos de cambio.
“El gran error de Brasil ha sido la promoción del crecimiento económico sin crear las instituciones económicas necesarias para que ese crecimiento sea sostenible, ni las infraestructuras, físicas y no tangibles”, comentó el economista.
“En cierto punto, en los países donde el crecimiento se adelanta al desarrollo institucional, como es también el caso de China, las medidas puramente económicas pierden efectividad”, agregó, para luego enumerar lo que Brasil necesita: mejores caminos, educación, regulación financiera, valores de negocios, además de más transparencia y apertura a la inversión extranjera.
Bris dijo que todos ellos son factores “que requieren tiempo para cambiar”.
Brasil ha retrocedido en un año tres posiciones en el ránking de competitividad y ahora se ubica en el lugar 54.
Mucho más adelante, en el puesto 31, se encuentra Chile, cuya prosperidad atribuyó a la reforma de su sistema educativo, “incluso a costa del aumento de los impuestos a las corporaciones”.
Sobre Argentina (puesto 58) destacó que “su desarrollo económico es típicamente anticíclico y tiene tendencia a hacerlo mal cuando el resto del mundo va hacia arriba”.
Concretamente, indicó que el Gobierno de Buenos Aires está aumentando la deuda pública cuando el resto del mundo se encuentra en el proceso contrario, lo que resulta -entre otras cosas- en que la comunidad de negocios tenga una “pobre impresión” de Argentina.
A nivel mundial, el ránking establece que Estados Unidos es el país más competitivo del mundo por la resistencia de su economía, la recuperación de las cifras de empleo y su dominación en el terreno de la tecnología y la infraestructura.
Le siguen Suiza, Singapur y Hong Kong -tres economías pequeñas que deben su prosperidad a las exportaciones, a la eficiencia de sus empresas y a la innovación-, y Suecia, Alemania, Canadá, Emiratos Árabes Unidos, Dinamarca y Noruega.