Organizaciones nacionales y extranjeras alertan por el “riesgo” y “amenaza” que viven los periodistas en Veracruz. Este texto recoge la voz de quienes ejercen este su oficio en la entidad “más peligrosa para el periodismo en América”.
Ciudad de México, 22 de abril (SinEmbargo).– La casa estaba con la puerta abierta. Nada parecía fuera de su lugar. No se trataba de un robo. Allí estaban la computadora y la televisión. Aparentemente todo estaba bien, pero cuando entró a la habitación de su niña había muñecos de peluche tirados en el suelo marcando una línea hacia el jardín. Con miedo, fue siguiendo la estela de peluches esperando lo peor. Le temblaban las piernas, le sudaban las manos cuando vio la escena: tres ositos de su niño, medio enterrados, uno con un machete incrustado y destrozado.
“Fue un aviso”, dice sin temor a equivocarse la periodista Maryjose Gamboa acosada, amenazada y despedida de su trabajo por una supuesta orden de Javier Duarte de Ochoa, en cuya administración 12 periodistas han sido asesinados y desaparecidos; se suman, además, decenas de exiliados durante sus 22 meses de gobierno en Veracruz.
No era la primera vez que Maryjosé recibía un “aviso”. Antes, le quebraron a batazos los cristales de su auto, luego le poncharon las cuatro llantas, después siguieron llamadas amenazantes y de manera constante los despidos: “En Veracruz no hay libertad de prensa. Puedes decir lo que quieres, pero la consecuencia que pagas por decirlo, es desmedida: la vida, el exilio o el desempleo... Yo sé que siempre seré perseguida por el gobierno de Javier Duarte, hasta el último día de su mandato. En Veracruz no se respeta a los periodistas ni vivos ni muertos”.
Desde la llegada de Duarte de Ochoa al gobierno de esa entidad, el 1 de diciembre de 2010, han sido asesinados nueve periodistas en Veracruz y tres permanecen desaparecidos. Otros tantos decidieron exiliarse para salvar la vida y decenas fueron despedidos de sus empleos por supuestas órdenes de su gobierno, de acuerdo con comunicadores.
“Me dijeron: ‘hicimos una evaluación y hemos decidido prescindir de tus servicios’. Yo les pregunto: ‘¿me pueden decir qué hice mal?’. Y la jefa de personal no pudo decirme por qué me estaban corriendo, pero el director me comentó que el problema es que no había mandado la nota sobre el premio que la Asociación Mexicana de Editores de Periódicos (AME) le entregó al Gobernador. Yo no tenía por qué hacerla. Sencillamente no... Mi despido fue porque el gobierno no quiere, en esta etapa electoral, ninguna voz discordante”, dice Verónica Danell, despedida de Megacable, luego de convertirse en una “periodista incómoda” para el gobierno de Duarte.
El “chayopremio” como vulgarmente se le llamó, fue una burla para los periodistas asesinados y desaparecidos de Veracruz, dijo Darío Ramírez, director de Articulo 19 en México. Un premio “por proteger a periodistas” del cual se deslindaron la Sociedad Interamericana de la Prensa, el Diario de Juárez y Notiver, entre otros.
En un estado donde existe un contubernio entre la mayoría de los medios de comunicación y el gobierno, a través de los convenios de publicidad, la libertad de prensa es una falacia, porque el gobierno de Duarte se ha convertido en cliente de los grupos mediáticos y los controla a través del pago de publicidad, dice Lourdes López, periodista policiaca, amenazada de muerte en Veracruz y exiliada en Chiapas.
“Hay maltrato, descrédito, persecución. A cualquier de nosotros nos pueden hacer lo que quieran y no pasa nada. A nadie le importa. Viví el asesinato de mi compañera y amiga Regina Martínez. Ella no quería hacer las notas que le ordenaban desde el Distrito Federal, donde no tienen ni idea del miedo en el que vivimos, pero decidió escribirlas por responsabilidad y así terminó. Me duele mucho lo que estamos pasando”, dice llorando.
El miedo de los periodistas críticos e independientes es parte del oficio en Veracruz: “Tengo miedo todos los días. Vivimos con miedo. Te da miedo abrir la puerta de tu casa o estar aquí sin protección alguna. Miedo a los malos, y también a los ‘buenos’ como el gobierno. Es una delgadita línea entre ambos que se cruza y se rompe”, dice Félix Márquez, fotógrafo de la agencia Cuartoscuro, amenazado por el gobierno local de ser encarcelado por tomar fotos de los grupos de autodefensa. Él se exilió hace unas semanas de la entidad y ahora está de regreso.
Veracruz se ha convertido en el estado más peligroso para ejercer el periodismo en América Latina. El panorama va a peor debido a las próximas elecciones estatales a celebrarse el 7 de julio, un proceso que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el poder está dispuesto a defender frente a la prensa libre y crítica, afirman los periodistas consultados.
CONTROL TOTAL
Maryjosé Gamboa tiene 18 años como periodista. Sufrió la censura del gobierno de Fidel Herrera Beltrán, pero lo que ha vivido en la era de Javier Duarte, dice, es aún peor: “Lo que este gobierno hace con la prensa, no me había tocado verlo en ningún otro. Javier Duarte tiene la piel particularmente sensible: está cerrado a la critica, al cuestionamiento. Para él lo válido solamente es publicar un boletín oficial sin preguntar ningún dato. Les molesta el periodismo independiente”.
El método tradicional de control mediático del gobierno veracruzano a través de la publicidad, añade, se ha convertido en un instrumento que “ha envilecido” a parte de la prensa: “Los medios de Veracruz están tremendamente controlados a través de convenios de publicidad con el gobierno de Javier Duarte. De manera extraoficial se habla de 2 mil millones de pesos anuales entregados a medios de comunicación. La publicidad es abrumante. El gobierno se vuelve cliente del medio y los dueños y directivos dejan de entender que la venta de publicidad implica el espacio aire y no la línea editorial. Y en este estado, el hecho que el gobierno sea cliente de un medio, implica que tiene que controlar la línea editorial”.
“PEGAR PERO SOBAR”
De acuerdo con la actualidad mediática de Veracruz el panorama es de total sumisión ante el Estado. La frase más popular en los medios es “pegar pero sobar”. Los tres diarios calificados por los propios periodistas como “oficialistas” pertenecen a la Organización Editorial Mexicana (OEM) de Mario Vázquez Raña: El Sol de Córdoba, El Sol de Orizaba y Diario de Xalapa. También está Imagen del Golfo, de Pablo Robles Barajas, quien dirigía el Colegio de Veracruz y a quien el ex Gobernador Fidel Herrera calificó como “un mamador”, en un audio filtrado a la prensa.
Luego están, dicen, Política, Gráfico de Xalapa, Noreste de Poza Rica, El Dictamen, La Opinión, Marcha y Liberal del Sur, todos ellos, de acuerdo con datos de organizaciones defensoras de prensa, sometidos a la publicidad del gobierno, lo que ha provocado que en Veracruz la línea editorial sea: “Bájale o no te pago”.
Veracruz tiene un auge de medios de comunicación precisamente por los 2 mil millones de pesos destinados para su control. Durante la administración de Fidel Herrera, algunos de los típicos pasquines se convirtieron en portales online; es decir, en pasquines por Internet. Así nacieron cientos de “periodiquitos”, páginas web o portales que obtenían de 80 a 100 mil pesos mensuales, según investigaciones de ONG nacionales y extranjeras.
ESQUEMAS DE CONTROL
Cuando llegó Javier Duarte, la situación fue peor. El primero en caer fue Carlos de Jesús Rodríguez, “El Negro”, quien al amparo de Fidel Herrera creó su sitio web [www.gobernantes.com], que era la más leída durante ese mandato. Inició haciendo periodismo combativo, pero poco a poco se convirtió en un órgano propagandístico del gobierno.
Con el gobierno de Javier Duarte, a Rodríguez se le acusó de golpear a Gloria Concepción Solorzano Anguiano. El periodista fue detenido con una orden de aprehensión girada por el Juzgado Primero de Primera Instancia. No era la primera vez: antes ya había golpeado a otra mujer. Esta vez, “El Negro” fue encarcelado, golpeado, vejado y luego lo liberaron, pero fue internado durante 15 días en el hospital con un riñón desecho. Fue el primero de la lista de represaliados con la administración Duarte, dicen los periodistas consultados.
Maryjose Gamboa considera que el control de la prensa a través del dinero de la publicidad se debe a la personalidad del Gobernador de Veracruz: “Porque no tiene la madurez política, ni la capacidad intelectual de entender que la sociedad necesita una olla express donde sacar la presión social, la injusticia, la miseria, los abusos del poder, el robo, el saqueo, el proceso electoral manoseado hasta lo indescifrable, ante todas las circunstancias que envuelve el sistema heredado de Fidel Herrera y manipulado ahora por Javier Duarte. No se le ocurre otra cosa más que callar a todos los periodistas que diga la verdad, como si la gente no lo percibiera en la calle”.
Otros “periodistas”, en cambio, han sido beneficiados por el gobierno a cambio de prebendas y hasta obtenido puestos en el gobierno, afirman. Por ejemplo, Omar Alemán Chang, director de la revista Líder, se convirtió en el director de la “Oficina de Visitantes y Convenciones”, un puesto inventado a su medida.
También destacan el caso de Edel Álvarez Peña y su cadena de “periodiquitos” como Crónica de Xalapa y el Liberal del Sur, en Coatzacoalcos. Ambos medios publican íntegros los boletines del Estado, incluso con los mismos titulares, sin modificación alguna.
A cambio de su lealtad, Álvarez Peña ha ostentado cargos públicos, e incluso puestos dentro de la dirigencia del PRI. Durante el gobierno de Fidel Herrera se le otorgó una Notaría y actualmente está a cargo de una Sala Civil en el Tribunal Superior de Justicia.
El caso de sometimiento gubernamental más llamativo, dicen, es el del periódico Política, un diario fundado por el maestro don Ángel Leodegario Gutiérrez Castellanos, quien se destacó por enfrentarse abiertamente al ex Gobernador Patricio Chirinos Calero y se ganó el respeto de la prensa en Xalapa por su compromiso con sus lectores. Este periódico es ahora dirigido por sus herederas Yolanda Carlín Roca y su hija Yolanda Gutiérrez Carlín.
La hija del maestro Gutiérrez Castellanos ha sido acusada por los propios medios locales de usar el periódico como “trampolín” para acceder a cargos públicos, el último como directora de la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento. Con esta mezcla de funcionaria y periodista ha obtenido jugosos convenios de publicidad que mantienen sometida su línea editorial.
“PERIODISTA INCÓMODA”
La prensa se ha convertido en un gran negocio. Para subvencionarla, el estado gastó grandes cantidades de presupuesto y eso más otros excesos lo han convertido en uno de los gobiernos más endeudados de México. La crisis financiera estatal es grave: a los maestros y burócratas dejaron de pagarles sus préstamos en el Instituto de Pensiones, porque se gastaron sus fondos. El gobierno no trasladó los recursos del ISR ni los que retenía en concepto de descuentos por adquisición de casas, vehículos o artículos de tiendas comerciales que se ofrecían con descuento vía nómina a estos trabajadores.
En estas próximas elecciones, los “periodistas” también hacen su aparición en la aspiración de candidaturas del PRI, como es el caso de Eduardo Macías, dueño de periódicos regionales como El Diario de Misantla, El Martinense y El Heraldo de Xalapa.
Su salto a la política desde el periodismo lo lleva a buscar una candidatura a la diputación por el distrito de Martínez de la Torre.
Su imperio mediático se afianzó, relatan los reporteros, gracias a millonarios contratos de construcción durante el gobierno de Fidel Herrera y ahora con Javier Duarte extendió su poderío.
Entre las plumas que aplauden al gobierno está la de Marcha y su director Saúl Contreras, amigo de la vocera del gobierno de Javier Duarte, Gina Domínguez. Desde esa columna se anticipa de manera cotidiana, lo que dicta el Gobernador.
“La vocera del estado es juez y parte. Tiene tres periódicos: Veracruz News, El Águila y El Heraldo, dice Maryjosé Gamboa, y añade: “Todo aquel que mantiene una línea independiente es perseguido y difamado. Y no sólo cuenta con la fuerza del Estado, sino con parte de la prensa. El gobierno de Duarte se ocupa de vaciar toneladas de lodo sobre la memoria de los periodistas muertos y los vivos que le critican”.
SinEmbargo solicitó una entrevista con la vocera del gobierno de Javier Duarte, pero está no contestó. Yonath Méndez Medina, quien trabaja en esa oficina argumentó que la funcionaria estaba ocupada.
SE ATACA A QUIENES CRITICAN
Maryjose piensa en sus compañeros asesinados: Noel López Olguín, Miguel Ángel López Velasco, Misael López Velasco, Yolanda Ordaz, Regina Martínez, Gabriel Huge, Esteban Rodríguez, Víctor Manuel Báez Chino y Guillermo Luna, así como en los desaparecidos Gabriel Manuel Fonseca, Miguel Morales y Evaristo Ortega.
No se puede decir que los asesinó el gobierno. Pero hay que decir que los periodistas asesinados o desaparecidos pertenecían a líneas criticas. “El Estado se lava las manos porque a ese tipo de reporteros no le importa saber quién los asesinó”, añade.
En Veracruz, dice, están tan corrompidos los políticos como los dueños de los medios: “Desde la era de Fidel Herrera empieza la corrupción, pero en la época de Duarte empieza la censura absoluta y brutal”.
Fue directora del Canal de Veracruz de Megacable en Tuxpan y Xalapa, y conductora del noticiero nocturno: “Mi línea siempre fue muy dura, muy crítica y me contrataron sabiendo lo que yo hacía y cómo lo hacía. Cuando empecé el canal empieza a despuntar porque la gente estaba ávida de escuchar una noticia real, sin maquillaje; sin filias y sin fobias”.
A los pocos meses, Gina Domínguez, directora de Comunicación Social del gobierno del Estado la mandó llamar: “Me deja claro desde un principio que con mi línea editorial no iba a tener publicidad. Yo le repito que yo no había ido para venderle nada. Desde allí las cosas van muy mal. Sufrí la presión diaria: ‘¿por qué pasaste esa nota? ¿por qué pasaste ese muerto? ¿por qué preguntaste o cuestionaste al Gobernador?’”.
Luego acudió a un evento donde participaron 18 embajadores europeos y Javier Duarte les dijo que Veracruz es un estado con “gran fortaleza económica”, pese a que los números lo desmienten: 43 mil millones de pesos de deuda, lo que lo convierte en la tercera entidad más endeudada del país.
“Al cuestionarle esa nota con el dato duro es cuando surgió el acoso. Un día llegaron varios tipos afuera de la casa de mi mamá y me destrozaron los vidrios del coche. Después afuera del canal de televisión me reventaron las cuatro llantas, luego sucedió lo de los peluches de mi hija. Presenté tres denuncias. Jamás se investigó nada”, relata.
A partir de esa etapa, las llamadas desde el gobierno para quejarse contra ella eran constantes: “Un día me llamaron los directores y me pidieron las grabaciones de los noticieros de ciertos días. El desfile obrero en Veracruz fue un mitin priista con pancartas electorales y eso le estaba cuestionando Me dijeron que por qué insistía tanto en el tema de los periodistas asesinados, que porque hacía cuestionamientos al gobierno. Yo les dije que ya me conocían cuando me contrataron”.
A los pocos días sucedió lo que se temía: “Me dicen: ‘estamos muy orgullosos de lo que has hecho, el posicionamiento de los tres canales va muy bien, las ventas también, el equipo te quiere; pero tu línea editorial ya no es compatible con la nuestra porque eres muy crítica contra el gobierno’”.
Luego intentaron retenerla proponiéndoles abrir canales en distintos estados de la República: “Yo les dije: ‘me voy a dedicar a llegarle a vender a la gente que somos un medio libre para que, cuando el becerro esté lo suficientemente gordo, lleguen ustedes y lo vendan’. No acepté”.
Fue cuando empezó a publicar una columna en Notiver, uno de los pocos medios críticos que quedan, junto a La Jornada Veracruz e Imagen del Golfo. También empezó a trabajar en radio del Grupo FM, pero el 31 de enero pasado la despidieron de la estación con los mismos argumentos: “Desde octubre empezó la presión de la vocera del gobierno Gina Domínguez contra los medios donde trabajaba. Me corrieron de todos los medios con los mismos argumentos: ‘te dijimos que no hicieras comentarios políticos, que hablaras de cosméticos’. Yo les decía: ‘es absurdo. Soy reportera y no de cosméticos’”.
Y añade: “Desde el 31 de enero empezó un mes de guerra de lodo en mi contra impresionante, difamándome, me inventaron historias oscuras, me volvieron parte de un grupo del crimen organizado, una verdadera cochinada. La guerra fue a través de las redes sociales. El gobierno de Veracruz tiene varias cuentas utilizadas para insultar a cada uno de sus adversarios políticos y a los periodistas independientes”.
Desesperada, Maryjosé dice con tono de hartazgo: “Si tanto es su aberración hacia mi, que el gobierno de Duarte se meta conmigo, no con mis allegados o familiares”.
Ante el acoso siguió publicando su columna en Notiver y decidió prácticamente vivir en el periódico. Hasta que el 24 de marzo se registró como candidata ciudadana del PAN para una diputación en las próximas elecciones y el 25 escribió su última columna explicando los motivos: “El lugar que registré como residencia, es en donde desde hace más de tres años permanezco de manera habitual por motivos de seguridad, Notiver”.
Maryjose explica que se pensó mucho su salto a la política: “Acepté porque para principios de marzo la guerra contra mi desde el gobierno de Duarte era total. En realidad no me interesa la política, pero me niego a seguir viviendo como víctima de un estado que está podrido hasta las entrañas; me niego a que me corran cada que se les da la gana con los mismos argumentos; me niego a que 98% de los medios vivan de de rodillas y por eso me animé.”
Desde que publicó su última columna, Notiver publica un cintillo donde dice: “Nosotros no la corrimos, ella se fue a la guerra”, en señal de apoyo. “Notiver es lo único crítico que queda. Es el único medio que sale en primera plana diciendo que por respeto a sus periodistas muertos, exiliados, por las persecuciones, amenazas y agresiones, se deslinda del premio a Duarte. En realidad el premio se lo dio él solo. Esa asociación que lo otorgó desde 2008 no lleva bien el registro de los medios que la componen y la mayoría es prensa marginal”.
LA LUCHA POR LA LIBERTAD
Veracruz tiene una Comisión Estatal de Periodistas, pero en realidad se trata de un órgano del Estado. Sus dirigentes se autorizaron un sueldo mayor a los 60 mil pesos y ahora no tienen dinero para tender los casos de agresiones a la prensa.
Los periodistas como Verónica Danell denuncian las agresiones, pero de nada sirve, aunque es fundamental hacerlo: “Regina Martínez sufrió acoso, un robo y no quiso denunciar. Y las autoridades han utilizado eso para decir que ella no denunció y así no atender la investigación. Se supone que el supuesto asesino de Regina tiene SIDA en etapa terminal y le dan 38 años. Como que todo es turbio. No hay certeza de que sea el asesino. Y ya han dicho que no lo es”, dice en entrevista luego de su reciente despido de Megacable.
“Durante toda mi carrera he recibido acoso y presión del gobierno de Veracruz. Es la historia de mi vida. Cada despido es decir: ‘otra vez’ y luego alguien me ofrecía trabajo. Eso ha sido siempre. La etapa más light fue con Miguel Alemán, pero con Fidel Herrera, ¡no por Dios!... Me llamaban para reclamarme que le había hecho preguntas cuestionadoras al Gobernador. Él era de exhibirme públicamente, de tratarme como chismosa ante todos. Era una confrontación constante. Me corrieron del Grupo FM por sus reclamos”.
Verónica se quedo sin trabajo dos meses, y al cambiar el gobierno con Javier Duarte la buscaron de la XEW para ofrecerle trabajo y les advirtió: “Les dije: ‘ya saben cuál es mi línea y no quiero que en seis meses me salgan con la burrada de que me corren’. Y me contestaron que no iba a pasar una situación así”.
Lamentablemente no cumplieron: “El problema se presentó en los primeros meses de la gestión de Duarte en un evento para niños donde él llegó tarde, lo cual provocó que se desmayaran como 20 niños expuestos al sol: “Cuando llegó le dije que por qué llegaba tarde y él me dijo: ‘No te voy a contestar porque tú todo lo tergivergas’. Así me lo dijo: ‘tergivergas’. Me dejó fría con esa grosería”.
Verónica pasó al aire todo el comentario completo y eso molestó a los dueños. Después llegaron los asesinatos generalizados, la persecución contra los periodistas, los colegas muertos, exiliados y el procurador Reynaldo Escobar intervino para denostar a los periodistas: “Dijo que había comunicadores relacionados con el crimen organizado. Yo pregunté los nombres y preparé una nota con entrevistas a colegas sobre la violencia que estamos viviendo, pero sin mencionar sus nombres. Subieron la nota al portal y a las pocas horas la bajaron, la borraron. Luego me llamaron diciendo que querían verme el lunes”.
Verónica ya se esperaba lo peor y no se equivocó: “Me dijeron: ‘estás dada de baja por las preguntas que le hiciste. Además esa nota se evaluó y tú no pusiste fuentes’. El resultado fue que ni me liquidaron, ni me dieron nada, simplemente me dijeron bye bye”.
A partir de su despido, “el portal cambió totalmente para convertirse en un órgano propagandístico a favor de Duarte y del gobierno del estado”. En los próximos meses Megacable despidió a Marijose por quejas del gobierno y directivos de la empresa en Guadalajara llegaron a Veracruz para hablar con ella:
“Me leen la cartilla: me dicen que no quieren línea crítica, sólo un noticiero equilibrado, que las notas sean cortas y que hiciera esas tareas e incluso asuntos administrativos. Me dicen que están buscando que el gobierno del estado les pague dinero que les debían y que se trataba de vender el espacio. Finalmente me advierten que Marijose Gamboa estaba fuera porque no cumplió con los intereses del medio, que es una locomotora muy buena, pero que no era lo que ellos querían”.
Verónica tenía un año en la empresa y continúo haciendo su trabajo: “Pero desde que llegó Javier Duarte ha habido un control absoluto de la prensa. Todos lo sabemos, pero el control se va haciendo más fuerte porque intentan controlar el desastre en materia de seguridad de Veracruz, porque por donde quiera surgen muertos”.
Las amenazas a los periodistas eran constantes, Verónica leyó varios mensajes enviados a sus colegas y empezó a cuestionar a la autoridad por ese tema. Además siguió su línea crítica por las condiciones lamentables de la ciudad, responsabilidad de la alcaldesa de Xalapa, Elizabeth Morales: “A ella no le gusta mi trabajo y empezó a haber presión contra la empresa, no les compraron publicidad en noviembre ni en diciembre. Y surgieron los problemas económicos. El gobierno no quiere que por ningún motivo que Miguel Ángel Yunes llegue al poder, ni que su hijo vuelva a ser Alcalde de Boca del Río y harán todo lo que tengan que hacer para que el PAN y el PRD se caigan”.
En sus noticieros, Verónica aborda periodísticamente la cuestión electoral, los excesos del gobierno de Duarte y las críticas a la administración de Enrique Peña Nieto: “La empresa me empezó a presionar: me gritaban, me trataban mal, ya era una situación insostenible, pero no me decían nada. La jefa de prensa Gina Domínguez tiene tres medios o por lo menos acciones y desde allí ejerce control”.
El contubernio entre parte de la prensa y el gobierno es tan evidente que en los despidos participa directamente: “A través del gobierno El Diario de Xalapa liquidó a la mitad de su plantilla. ¿Quién lo publicó? Nadie. A Lourdes López la despidieron y la contrató para el noticiero. Y empezamos a hacer un buen trabajo”.
Pero a López la amenazaron y salió de Xalapa rumbo a Chiapas: “Y a los 15 días apareció Víctor Páez de la página web Reporteros Policiacos hecho pedacitos en una calle del centro de Xalapa, a una cuadra del Palacio de Gobierno. Eso provocó el terror entre los compañeros. Llegó un momento en que me quedo sin reporteros porque nadie quería trabajar. La única reportera que me quedaba me dijo que Los grillos y El Águila le doblaban el sueldo para irse a trabajar con ellos. Era una novata, pero lo que intentaban desde afuera era desarticular mi equipo. Eso es meter mano desde el gobierno. Son señales de socavar un noticiero”.
La situación tampoco iba mejor al interior de la empresa. De pronto se anunció que bajaban el sueldo de los periodistas a 4 mil pesos y finalmente la despidieron: “Alejandro López, gerente del canal, me explicó que tomaron en cuenta el pasado en la evaluación que me hicieron y que no la pasé. Y luego me explicó que hubo un problema porque yo no tomé la llamada que solicitaba la nota del premio de periodismo a Duarte. “¿Yo por qué la iba a mandar? A mí no me tocaba. Pero Raul Frías en Guadalajara se enojó y llamó a Veracruz, pero yo no le contesté porque estaba haciendo un programa del viernes”.
Con tono de cansancio, concreta: “En Veracruz no se puede hacer periodismo. Los periodistas estamos acotados hasta en nuestras fuentes de información. Puedes ser muy buen periodista y hacer buenas notas, pero al presentarlas a la mesa de redacción no se publican o media hora después de que las suben a sus respectivos portales online las tienen que tirar. En Xalapa hay un control absoluto de la prensa. Y nadie me puede decir que miento. Es una realidad”.
A Verónica Danell no le queda duda que su despido obedeció a presiones del gobernador Duarte. De hecho, unos días después, Enrique Yanuic se le vio en el Café la Parroquia y de allí se fue al Palacio de Gobierno a entrevistarse con el Gobernador.
Desde antes y después de su despido han intentado desacreditar su trabajo: “La presión es como el aire, no la ves pero la sientes. Los medios de comunicación en Veracruz están sometidos. No pueden dar un paso sin permiso del gobierno. Algunos no les pagan la publicidad. Hay un problema ahorita con El Mundo de Orizaba y El Mundo de Córdoba. Este gobierno inició mal económicamente, financieramente y políticamente. Hay muchos problemas en Veracruz; el más grave: el endeudamiento que le heredaron. Controlan a la prensa a través del dinero”.
VACACIONES FORZADAS
Los casos de periodistas despedidos por órdenes del gobierno abundan. Entre las decenas de comunicadores afectados por atreverse a criticar al gobierno de Javier Duarte está el periodista Álvaro Ortíz Reséndiz, suspendido de la conducción de “Radiorama Noticias”, que transmite en la estación XHGB-FM, Radio Vida, del Grupo Radiorama, en Coatzacoalcos. El 4 de junio de 2012 su “error” fue leer fragmentos de discursos y entrevistas del candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador.
También están los casos del periodista Manuel H. Naranjo, autor de la columna “El Flechador”, difundida en el diario Gráfico de Xalapa; el de Luis Velázquez Rivera, autor de la columna “Expediente”, publicada en el diario Imagen de Veracruz, y el caso del periodista Antonio Trujillo y Perdomo, autor de la columna “Verba Brava” del diario Notiver.
El caso de la periodista Lourdes López es paradigmático. Reportera policiaca desde hacía 10 años en El Diario de Xalapa, donde además se convirtió en editora de esa sección, muestra la “mano negra” del gobierno.
“Comentario reservado” se llamaba la columna donde exponía las quejas ciudadanas y desde donde denunciaba cuestiones judiciales y sociales: “Me empezaron a mandar fuera para sacarme del periódico, pero yo tenía muchos informantes. Después empezaron los recortes y aprovecharon para despedirme con el argumento de ‘el recorte’, aunque los de recursos humanos me comentaron que yo no iba en ese ‘paquete’, pero que fue por orden del Gobernador Fidel Herrera”.
Luego de su despido empezó a trabajar en el periódico Oye: “A los pocos meses Martha Mesa, quien trabaja con Gina Domínguez, se encargó de difundir desde el gobierno que yo era vocera de la delincuencia. Cuando las cosas se complicaron Santos Solís me quiso obligar a que acudiera al rol de reportera policiaca de nuevo y yo me negué. Y me salí”.
El peregrinar de los periodistas represaliados por el Estado es interminable. Luego de ese empleo entró a Cambio Digital con Cesáreo Valencia, y posteriormente con Megacable, pero el Gobernador Duarte tuvo una reunión con editores de periódicos donde les pidió que ya no se publicaran situaciones de violencia y la vocera Gina Domínguez se encargó de dar una lista de periodistas y los señaló por su nombre como “parte de la delincuencia organizada”: “En la lista estaba yo, pero dijo que el único que no se incluía era Víctor Báez, porque era su amigo... Luego lo asesinaron”.
Luego un funcionario del gobierno la invitó muy amablemente a tomarse unas vacaciones de tres meses en Cancún: “Yo le dije: ‘¿Cómo? ¿Me estás diciendo que estoy en peligro y me mandas de vacaciones a Cancún?’. Lo deje pasar porque pensé que era una vacilada y lo tomé por allí. En realidad, lo hicieron para que ya no publicara nada, porque finalmente nos enterábamos de todo el tema de violencia e inseguridad que sucede en Veracruz”.
Lourdes volvió a Veracruz debido a la cuestión económica. Desde allí intenta hacer periodismo libre con toda la dificultad que eso implica en estos tiempos: “Su gobierno [el de Duarte] no supo dialogar, creyeron que nada más iban a llegar y comprar las conciencias de los directores de los medios y los reporteros que le hicieran como quisieran. Pero se equivocaron. Duarte se rodeó de gente ambiciosa, está muy mal asesorado y está en medio de gente que se lo va a comer. Se han encargado de envenenarlo. Y lo manipulan. Él se ha dejado conducir, es un ser manipulable”.
REGAÑADOS POR DUARTE
Jon Lee Anderson se aproxima al pizarrón, pide un marcador, escribe un pequeño esquema de la estructura elemental del periodismo narrativo: suspenso, dramatismo, espontaneidad, originalidad, autenticidad, experiencias primarias... Y habla de los “hilos conductores” en una historia para captar al lector: del tiempo en la cronología de una crónica, del color en el lenguaje.
Imparte un taller en la Universidad Autónoma de Nuevo León. Sus alumnos lo miran con admiración y respeto. Es considerado uno de los mejores periodistas del mundo: el sucesor de Ryszard Kapuscinski, aunque él insiste en marcar las diferencias entre ambos.
Hace unos meses, él, Peter Godwin y Ed Vulliamy fueron llamados por el Gobernador Javier Duarte mientras participaban en el “Hay Festival 2012, Imagina El Mundo”. El Jefe del Ejecutivo local estaba molesto por sus críticas en torno a la violencia contra los periodistas en Veracruz y por la mala imagen que estaban dando del estado.
Fue un encuentro áspero. Un día antes, el 5 de octubre un grupo de escritores del Pen Club Internacional pidieron al auditorio del Hay Festival un aplauso por los 12 periodistas asesinados y desaparecidos.
“En Estados mafiosos los gobiernos, con un desdén y una impunidad total, arrasan con la libertad de expresión: amedrentando, matando a periodistas. Los periodistas en tiempo de guerra se convierten en grandes peligros porque son utilizados como instrumentos por ambos bandos. Hay mucha paranoia en la guerra”, dice John Lee Anderson en entrevista.
Está sentado en la terraza de un céntrico hotel y toma café. Va vestido con jeans y camisa sport. Hace una noche espléndida de 25 grados. Mira hacia la calle, se pasa la mano por su cabello alborotado por el aire, y reflexiona: “¿Por qué están matando tantos periodistas? Vemos un vacío de poder del Estado, un vacío gigantesco del Estado de Derecho en México”.
Para el veterano periodista, quien ha cubierto decenas de conflictos armados en el mundo, la guerra en México es una “guerra sucia”, una “guerra encubierta” que hace daño a sus ciudadanos y particularmente a los periodistas, quienes se convierten en blanco fácil.
“Los periodistas tienen que cuidarse las espaldas y tratar de seguir sobreviviendo por un lado. Si yo fuera periodista mexicano tendría la mirada fija en el Estado, allí están todas las claves. Los narcos son exóticos, se construyen mausoleos en el cementerio, llevan cadenas de oro, pero ellos existen por algo. Aquí el elefante en el salón es el Estado, la carencia de Estado. La carencia nos dice algo: si el Estado no está respondiendo para atender el vacío: ¿Hay negligencia? ¿Hay corrupción? ¿Hay incapacidad?... ¿Es una suma de todo eso? Hay que ir desentrañando ese entuerto, hasta entonces no se va a sanear México”.
Jon Lee Anderson sonríe y mueve sus manos al ritmo de las palabras: “Aquí los únicos que están dando la cara son los periodistas. Y a nadie le conviene. Si todos están metidos en el asunto y tienen algo que encubrir, el periodista es un estorbo si no es útil”.
Para el autor de La caída de Bagdad, el análisis de la situación de los periodistas pasa por la forma en que los bandos los utilizan: “El lío es que los periodistas se vuelven útiles, entonces hay que tener mucho cuidado en no convertirse en alguien útil para los bandos. Una cosa es ser útil para el público, las audiencias, los lectores. Si de pronto cruzas esa raya invisible y te das cuenta que te has convertido en alguien útil para un bando, ya te convertiste en blanco para el otro bando y eso aquí en México puede suceder muy rápidamente y de hecho ha sucedido”.
Jon Lee hace referencia a otros países donde asesinan periodistas con total impunidad como en México: “Allí está Rusia con periodistas asesinados con Putin, considerado un gran demócrata. Sabemos todos que es un mafioso, un ex KGB y que su régimen es una tanda de ex KGB saqueadores. No son honestos, son criminales. En Siria y en México. Pregunto: ¿Acaso México no puede proteger a sus periodistas? Si el Estado no los protege, ¿eso que nos dice?: ¿Qué el Estado los mata?... Puede ser”.
En México, durante 2012 se registraron un total de 207 agresiones contra periodistas, trabajadores de la prensa e instalaciones de medios de comunicación y 43% de los agresores fueron funcionarios públicos. La violencia contra los informadores ha aumentado en 20.34%, comparada con 2011, lo que significa una de las peores escaladas contra la prensa en los últimos 12 años, según el último informe de Articulo 19, denominado “Doble asesinato: La prensa entre la violencia y la impunidad”.
En los últimos dos sexenios fueron asesinados 62 periodistas y 15 permanecen desaparecidos. Veracruz ocupa el primer lugar en agresiones: “Cinco de los siete asesinatos contra periodistas perpetrados a lo largo de 2012 ocurrieron en las ciudades de Xalapa y el puerto de Veracruz (todos en un lapso de apenas 47 días), para elevar a nueve la cifra de comunicadores ultimados sólo en el periodo de Javier Duarte al frente de la administración estatal”, dice el informe.
Y añade: “Los testimonios recogidos entre decenas de comunicadores permiten advertir un excesivo control del gobierno estatal sobre la información que circula en los medios, particularmente la relativa a temas de seguridad pública y delincuencia organizada. Buena parte de las presiones se da vía el uso discrecional de recursos públicos a través de la publicidad oficial. A través de la lógica de premio o castigo, se busca incidir en las líneas editoriales de los medios”.
EL PODER DE UNA IMAGEN
El fotógrafo Félix Márquez de la agencia Cuartoscuro está convencido que una imagen habla más que mil palabras. Por eso buscó durante mes y medio la prueba contundente de la existencia en Veracruz de los grupos de autodefensa.
Con apenas 24 años, la pasión por la fotografía le lleva durante días y noches a buscar la imagen deseada y se internó en la sierra de Zongolica para estar en contacto con las comunidades indígenas: “Un día empezaron a hacer su patrullaje, iban armados con rifles de bajo calibre, llamados conejeros, y les dije que me invitaran a hacer un recorrido con ellos y aceptaron. A la cita acudieron hombres con el rostro tapado y con las armas. Y yo dije: ‘Aquí están mis fotos que tanto he buscado’. Hice el recorrido una hora y media con ellos”, cuenta en entrevista con SinEmbargo.
Las fotos en el predio El Inglés, ubicado en la localidad de Piedras Negras, municipio de Tlalixcoyan, Veracruz, fueron publicadas el 14 de marzo bajo el título “Encapuchados de Tlalixcoyan” por distintos medios nacionales: Cuartoscuro, ABC Noticias, el periódico Imagen y La Jornada Veracruz, entre otros: “A medio día, el secretario de Gobierno, Gerardo Buganza, dijo que las imágenes no pertenecían a la realidad, que era fotos de archivo. Hasta allí no lo consideré un riesgo. Sin embargo, sí me molesté porque estaba desacreditando el trabajo no de una noche, sino de un mes y medio, casi dos”.
Pero al siguiente día, Arturo Bermudez, secretario de Seguridad Pública, declaró en rueda de prensa que “debería estar preso por haber tomado esas fotografías.”
“Después de esa declaración me alarmé. Pensé que podían hacer cualquier cosa. Y salí 15 días de Veracruz para que se calmarán las aguas y recibir asesoría jurídica de Artículo 19. Y el apoyo del Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) y Reporteros Sin Fronteras. Nadie del gobierno me ofreció disculpas por haber negado las fotografías, eso nunca lo hicieron, ni lo van a hacer”.
–¿Y por qué volviste a Veracruz?
–Yo estoy haciendo mi trabajo, no me voy a dejar amedrentar. Voy a seguir cubriendo Veracruz porque a ellos les favorece que yo no esté en Veracruz, pero si no, ¿quién va a contar las cosas?. La minoría es la que cuenta las cosas que verdaderamente están pasando. Y al final de cuentas lo que me sucedió es intimidación para todos, no nada más para mí.
Félix Márquez cuenta que nació en Veracruz y se siente comprometido con seguir informando a los veracruzanos: “Es por la sociedad donde vivimos y principalmente porque casi nadie cuenta cosas. Aquí nos enfrentamos a la censura y a la gente del medio que le gusta el dinero fácil. Y mis compañeros periodistas, el 80% están en nómina del gobierno o manejados por la misma publicidad gubernamental. Esa es la barrera a la que nos enfrentamos. No sólo es la barrera del gobierno, sino la de algunos compañeros que tienen sus convenios, sus chayos de 2 mil o 4 mil pesos, dependiendo del medio en el que trabajen”.
Comenta que la ola de portales de Internet ha suplido a los pasquines y se venden para obtener convenios de publicidad gubernamental: “Sólo sirven para cobrar porque no generan nada, sólo boletines y boletines. Por eso no quieren transparentar el presupuesto de la Dirección de Comunicación Social. Las autoridades han actuado visceralmente”.
El semanario Proceso informó que a raíz de la cobertura periodística y la coadyuvancia en las investigaciones ministeriales llevadas a cabo por Jorge Carrasco Araizaga en el caso del asesinato de Regina Martínez Pérez, recibieron información sobre la “presunta intención” de funcionarios y exfuncionarios del estado de Veracruz de atentar contra la integridad personal del periodista.
Félix Márquez se muestra temeroso por este caso y otros: “En Veracruz no hay libertad de prensa, todo se controla con una simple llamada desde la dirección de comunicación social para quitar notas y periodistas. El control total de los medios esta en la publicidad oficial. Se les hace fácil llamar y amenazar con retener convenio hasta que despidan a los periodistas incómodos”.
A pesar de todo, dice que seguirá trabajando en Veracruz: “Hay que contar lo que pasa. Deveras, vemos cada cosa que la sociedad no se merece el periodismo que tenemos en Veracruz, un periodismo irresponsable que no informa y se dedica a reproducir boletines, a publicar portadas con la misma cabeza del boletín. Ya ni siquiera lo podemos llamar periodismo”.
Maryjose Gamboa coincide en que seguirá siendo periodista en Veracruz: “Por la dignidad y por la libertad de los ciudadanos para ser informados con verdad y por el derecho que tenemos los periodistas de informar con veracidad y dignidad. Nada más. No me voy a ir de Veracruz, soy de aquí y no soy yo quien se tiene que ir. Si ya no tengo medios en Veracruz para alzar la voz, me voy a hacer otro caminito, pero me van a seguir escuchando. Si hay que meterse a las entrañas del sistema para intentar cambios, hasta allí me voy a meter y seguro no voy a salir incólume, pero sí viva. Y voy a seguir siendo reportera hasta el último día de mi vida”.
Verónica Danell recién despedida observa incierto su futuro profesional, pero comenta que quiere seguir siendo periodista en Veracruz: “No se qué voy a hacer. No tengo ofertas de trabajo. Dudo que después de este escándalo alguien me ofrezca un empleo. Pero voy a seguir siendo periodista. No me siento una víctima. Víctimas son los ciudadanos que recibirán una información matizada. No se trata de un derecho mío vulnerado, es un derecho colectivo; un derecho a ser informado sin matices. Es la sociedad que recibe información manipulada, sesgada, porque el control es muy fuerte”.