Ciudad de México, 22 de marzo (SinEmbargo).– A una semana de que la periodista Carmen Aristegui Flores fuera despedida por MVS Radio, la sospecha de que el gobierno federal habría intervenido en su salida del aire y en el despido de su equipo de trabajo es un tema que se mantienen en el aire, mientras que para la prensa internacional ha relacionado el hecho con el trabajo de los periodistas despedidos y organizaciones internacionales han puesto énfasis en que el asunto reviste un riesgo para la libertad de expresión en México.
Apenas el pasado jueves 19, en su edición semanal la revista inglesa The Economist hizo alusión a una posible intervención gubernamental y refirió que por el momento en que ocurrió el despido, “se plantea la sospecha de que el gobierno –que está luchando para recuperar su popularidad a menos de tres meses de las elecciones de gobierno– ha presionado a MVS Radio”.
La empresa radiofónica, propiedad de la familia Vargas Guajardo, ha negado que el gobierno federal haya presionado para forzar la salida de la periodista de su noticiero más popular. Sin embargo, la sospecha se ha cernido y para la prensa internacional no ha pasado desapercibido el hecho de que el equipo de periodistas afectados es el que reveló el caso de la “Casa Blanca”, sobre la adquisición de una millonaria y lujosa residencia por parte de la familia presidencial a uno de los contratistas del gobierno más favorecidos por las administraciones de Enrique Peña Nieto, tanto durante su gubernatura en el Estado de México, como ahora desde la Presidencia de la República.
Al día siguiente de anunciarse el despido de Aristegui (que ocurrió tras una semana en que la relación con la empresa se tensó por el supuesto uso inapropiado de la marca de MVS Radio que hizo el equipo de la periodista en el proyecto Méxicoleaks), el caso fue ampliamente difundido en las páginas de la prensa internacional. Desde los diarios españoles El País y El Mundo, hasta los medios estadunidenses The Wall Street Journal, The New York Times y Los Angeles Times y agencias internacionales de noticias consignaron la salida de la periodista de la estación de radio.
Varios destacaron o sugirieron el vínculo entre el despido y el trabajo de Aristegui y su equipo, como la agencia Reuters, que en su nota informativa sobre el caso dio cuenta de cómo el equipo de la periodista dio a conocer la adquisición “de una lujosa casa de un contratista del gobierno que ganó millones de dólares en negocios con el Estado”.
La agencia Associated Press señaló que los defensores de Aristegui “hicieron notar que el despido se produce a unos meses después de que los mismos periodistas avergonzaron al Presidente Enrique Peña Nieto, al revelar su esposa tenía una casa financiada por un contratista del gobierno”. Y la agencia Al Jazeera refirió:
“Una influyente periodista de televisión en México, cuyo informe sobre la mansión de la Primera Dama provocó un escándalo, ha sido despedida, lo que desató la ira de los seguidores que consideran su despido una afrenta a la libertad de expresión”.
The Financial Times retrató a Aristegui “como la más provocativa periodista de televisión” que ha forjado su carrera con historias “acerca de conflicto de interés que involucran casas lujosas y redes de prostitución entre los jefes de partidos. Sus crónicas sobre corrupción en México volvieron su programa matutino en MVS Radio el más popular en México. Pero eso terminó”.
Mientras que el jueves 19, el semanario The Economist contextualizó el despido en una realidad de socavamiento para la prensa mexicana, “donde los medios de comunicación siempre han estado dominados por el poder político”.
El periodista mexicano Jorge Ramos, conductor de “Noticiero Univisión”, ha publicado en su cuenta de Twitter, @jorgeramosnews, diversos tuits sobre el tema. “Lógica mexicana: Descubren conflicto de EPN; su esposa y Videgaray en compra de casas. ¿A quién despiden? A los periodistas que lo descubren”, se lee en uno de ellos, publicado tras darse a conocer la salida de los periodistas Daniel Lizárraga e Irving Huerta, parte del equipo de Aristegui.
El 17 de marzo, Ramos sumó otro tuit en el mismo tenor que los días anteriores: “Para saber quienes están detrás del despido de Aristegui y su equipo basta preguntarse ¿quienes se benefician? Hay muchos tipos de censura” (sic).
Para el director de la organización internacional Artículo 19, Darío Ramírez, un hecho importante a considerar es que el despido ocurrió apenas unas semanas después de que hubiera cambios en la oficina de Comunicación Social de la Presidencia y Eduardo Sánchez, ex abogado de MVS Radio, fuera nombrado coordinador de esa área y vocero del gobierno mexicano.
Un elemento que abonó a la sospecha fue la reacción del gobierno federal frente al despido. De manera inédita ante la salida de un periodista de un medio de comunicación en México, el martes 17 la Secretaría de Gobierno (Segob) se apresuró a decir que el despido de Aristegui era “un conflicto entre particulares”.
Lejos de funcionar para menguar la sospecha de que el gobierno podría estar detrás de la salida de Aristegui y su equipo, el inusual mensaje de la Segob atizó la duda.
La misma Aristegui aludió al tema al fijar su postura sobre su despido, el pasado jueves 19. En el mensaje que transmitió vía streaming, dijo que precisamente el hecho de que la Segob –encargada de la política interna del país– emitiera un comunicado sobre su despido evidenciaba que el asunto no era sólo un conflicto entre particulares, como la dependencia intentaba hacer ver.
La periodista dijo también que la reacción de la familia Vargas era inimaginable en un grupo empresarial y que más bien parecía indicar una intervención del gobierno o de otro tipo.
“La manera en que escalaron el asunto, evidentemente nos hace pensar, pero no tenemos un papel que lo demuestre, que ha habido una intervención gubernamental o de algún tipo”, sugirió, para enseguida recordar ese capítulo de 2011 cuando fue despedida por la misma empresa, tras cuestionar en su programa de radio si el entonces Presidente Felipe Calderón tenía un problema de alcoholismo
La periodista señaló en ese entonces que detrás de su salida había estado la Presidencia. La presión de la audiencia tras esa primera salida del aire de Aristegui, forzó a los Vargas a recular en su decisión y recontratarla.
“No sería la primera vez que un poder trate de someter o someta a un grupo empresarial de medios de comunicación”, dijo esta vez la comunicadora.
Pero al responder una pregunta de su audiencia sobre si su despido y el de su equipo había sido una orden desde Los Pinos, Aristegui fue más contundente en su señalamiento.
“Apunta a que así es”, contestó. “No me imagino una cosa de este tamaño sin algún tipo, por lo menos de anuencia, del máximo poder presidencial”. Previamente había declarado que su despido se fraguó “con anticipación, premeditación y mucho poder”.
Ese mismo día, un par de horas más tarde y a través de su vicepresidente de relaciones institucionales, Felipe Chao, MVS Radio rechazó una posible intervención del gobierno y aseguró que era una empresa con independencia económica y editorial.
Las posturas de Aristegui y MVS Radio fueron dadas a conocer casi al concluir la semana. Pero para entonces, ya había sido puesta sobre la mesa la sospecha de que el despido de Aristegui y su equipo pudiera estar relacionado con la investigación periodística que involucró al Presidente, a su esposa Angélica Rivera Hurtado y a uno de sus más cercanos miembros del gabinete, Luis Videgaray Caso.
El historiador Lorenzo Meyer, quien colaboraba como analista político en el noticiero de Aristegui, comentó a SinEmbargo que si bien no hay forma de probarlo, se puede suponer que el despido de la periodista y su equipo obedeció a un motivo distinto al argüido formalmente, a fin de limitar la influencia de su noticiero y las repercusiones que sus investigaciones tuvieran para el gobierno y el régimen.
“La razón formal es muy débil y dada la experiencia en un sistema como el mexicano uno supone que hay otra razón. No lo podemos probar, lo podemos inferir de la propia historia. Entonces sí podríamos decir, como hipótesis, que aquí hay un hecho bien interesante en cuanto a limitar la libertad de expresión […]. Aquí lo que se hace es cerrar uno de los medios que tiene más audiencia, ¿a quién conviene eso? ¿A la ciudadanía? No. A MVS no le conviene eso, porque era su programa estrella. Entonces, ¿a quién le conviene? Ahí dejo la pregunta”.
RIESGO PARA LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN
La noche del domingo pasado, MVS Radio informó del despido de Aristegui, aduciendo como razón que no aceptaba su ultimátum de reinstalar a Daniel Lizárraga e Irving Huerta, respectivamente coordinador y reportero de la Unidad de Investigaciones Especiales de Noticias MVS Primera Emisión. Ambos periodistas fueron despedidos unos días antes, el 12 de marzo, por haber hecho mal uso de la marca de la empresa al sumarse a la iniciativa colectiva Méxicoleaks, según la empresa.
Mexicoleaks es una plataforma colaborativa para la filtración de documentos a medios de comunicación, a fin de desarrollar investigaciones periodísticas.
Desde que se dio a conocer la salida de la periodista de la emisora de radio, varias y diversas voces, tanto de analistas como de políticos, se han pronunciado al respecto.
Para organizaciones internacionales como Human Rights Watch, Amnistía Internacional y Artículo 19, la dimensión del conflicto va más allá de Aristegui y su equipo de trabajo porque, consideran, en el fondo se trata de un tema de libertad de expresión.
En un breve mensaje, el director de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, dijo que el despido de Aristegui genera inquietudes sobre el estado de la libertad de expresión en México.
Consideró también como “lamentable y preocupante” el despido de Aristegui “porque priva a México de una de las periodistas de mayor prestigio en América Latina por su rigor profesional y credibilidad en la investigación de casos de abuso de poder”.
Artículo 19, organización de defensa de la libertad de expresión, consideró que las medidas tomadas por MVS Radio configuraban “un mecanismo de censura indirecta contra un espacio periodístico que se ha caracterizado por exhibir importantes casos de corrupción y mal gobierno”.
En tanto que la oficina en México de Amnistía Internacional también se pronunció sobre el caso y situó el despido de la periodista en un contexto en el que los comunicadores mexicanos cada vez tienen más complicado el ejercicio de su profesión.
“Este despido se da en un contexto donde la libertad de expresión está corriendo o ha corrido graves peligros. México se ha convertido en uno de los países más difíciles para el periodismo (…) es un golpe para la libertad de expresión”, dijo a Efe el director de Amnistía Internacional en México, Perseo Quiroz.
El equipo del National Security Archive (NSA), una institución no gubernamental que publica archivos desclasificados por el gobierno de Estados Unidos, consideró que “la pérdida de estos periodistas y el programa entero de Aristegui es un severo golpe al periodismo independiente y la libertad de expresión en México”.
En un comunicado emitido el pasado 16 de marzo, el equipo del NSA recordó que han colaborado con el de Aristegui en investigaciones relevantes para México, como el caso de las masacres de migrantes en San Fernando, Tamaulipas o la oficina de espionaje de Estados Unidos en la Ciudad de México.
Incluso la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) manifestó que con la salida de Aristegui del aire se limitaba el derecho a la información de toda la sociedad. En un comunicado, expuso que la libertad de expresión tiene dos dimensiones: una particular e individual y otra social o colectiva. “En el caso de MVS-Aristegui se están vulnerando ambas dimensiones de este derecho, pues se impide que Aristegui ejerza su derecho a la libre expresión y se limita que se use un medio de un bien público nacional para socializar y difundir esas opiniones y los resultados de sus investigaciones”.
RESPALDO CIUDADANO
La salida del aire de Aristegui y su equipo también ha provocado la indignación de sus radioescuchas y generado reacciones tanto en las redes sociales sociales como en las calles. En Twitter, los usuarios colocaron la etiqueta o hashtag #EnDefensaDeAristegui, que durante algunos días ocupó también los primeros sitios a nivel nacional e internacional.
Desde el lunes 16, los usuarios simpatizantes de la periodista situaron la etiqueta #AristeguiSeQueda como una de las más vistas en esa red social.
Ese mismo día, el grupo de ciberactivistas Anonymus México puso bajo control el blog de Dish Digital en rechazo a la salida de la periodista y anunció que filtraría documentos de la radiodifusora a la plataforma Méxicoleaks. La infiltración al sitio fue dada a conocer por el grupo MexicanH Team a través de Twitter (@MexicanH).
El fin de semana previo, la página oficial de Noticias MVS estuvo bajo presión de hackers, quienes colgaron un comunicado en defensa de Aristegui y tiraron en varias ocasiones el sitio web.
Además, en la plataforma change.org fue lanzada la petición #CarmenSeQueda, que hasta ahora suma más de 204 mil firmas, más del doble de la meta de 100 mil firmas que tenía fijada. Aunque la solicitud original era para que Aristegui se quedara en MVS Radio, ahora pretende mostrar el apoyo que tiene la periodista.
El lunes pasado, cuando ya se habían recolectado 170 mil firmas de apoyo, éstas fueron llevadas a las instalaciones de MVS Radio y entregadas al defensor de la audiencia de Noticias MVS, el académico Gabriel Sosa Plata. Las firmas recolectadas ocupaban cuatro cajas de cartón y junto a ellas fue colocada una más con chayotes, símbolo de la corrupción de los medios y los periodistas.
Junto con la entrega de las firmas se realizó una espontánea protesta en la que cientos de radioescuchas de Aristegui coreaban consignas como “¡Queremos a Carmen!”, “¡Libertad de expresión!”, “¡Todos somos Carmen!” y “¡Fuera Peña!”.
Alberto Escorcia, quien lanzó la petición, dijo que entonces que seguiría un plan de acción, consistente en continuar recabando firmas en la plataforma y boicotear a MVS Radio y sus anunciantes.
Sosa Plata dijo que haría una entrega formal de las firmas a los dueños de MVS Radio y luego procedería a hacer su propio análisis, considerando no sólo las firmas sino las numerosas llamadas telefónicas, correos electrónicos, mensajes de textos en redes sociales y mensajes de voz que había recibido tras despido de Aristegui y su equipo.
Ahora, en la plataforma de change.org se difunden otras peticiones en la que se solicita a Radio Ibero, Radio UAM y TV UNAM que se abra un espacio a Aristegui. También hacen un llamado a enviar mensajes a marcas patrocinadoras en MVS para exigir el regreso de la periodista. Una petición incluso la propone para presidenta del país.
El día de la entrega de firmas, el ombudsman de Noticias MVS calificó como “inédita” la protesta afuera de las instalaciones de MVS Radio. Dijo que una respuesta de este tipo por parte de la audiencia sólo se ha visto con Carmen Aristegui. “Quizá porque se ha convertido en una líder de opinión y la gente se ve muy reflejada en ella”.
El apoyo que la periodista ha recibido de su audiencia tuvo su más reciente episodio el jueves pasado, día en que Aristegui daría a conocer su postura frente a su despido.
El mensaje de Aristegui estaba previsto durante una conferencia de prensa organizada en el Museo Memoria y Tolerancia. Sin embargo, la cantidad de personas que llegaron al recinto, tanto de medios de comunicación como de ciudadanos que acudieron a apoyar a la periodista, rebasó por mucho la capacidad del lugar donde sería la conferencia, previsto para 200 personas.
La inesperada concurrencia, impaciente por entrar, provocó un caos en la organización del evento. Finalmente el evento fue cancelado por razones de seguridad.