El estudio reveló que después del 2012 -año en que se incrementó en Estados Unidos el consumo de smartphones en un 50 por ciento- la autoestima y la felicidad de los jóvenes de desplomó.
Washington, 22 de enero (EFE).- Los adolescentes que pasan más tiempo enganchados al móvil son "notablemente" más infelices que los que invierten más tiempo en otras actividades, como el deporte o la lectura, según un estudio publicado hoy en la revista especializada Emotion.
"¿Por qué los niños súper conectados de hoy están creciendo menos rebeldes, más tolerantes, menos felices y completamente desarmados para la fase adulta?", se preguntó el autor principal de la investigación, Jean Twenge, de la Universidad Estatal de San Diego (California, EU).
Para examinar este fenómeno, Twenge y sus colegas analizaron datos del estudio "Monitoring the Future", una encuesta representativa de más de un millón de jóvenes estadounidenses de entre 15 y 18 años.
En esta encuesta, se preguntaba a los jóvenes sobre la frecuencia de uso de sus teléfonos, tabletas y computadoras, así como preguntas sobre sus interacciones sociales y su nivel de felicidad general.
En promedio, encontraron que los adolescentes que pasaban más tiempo frente a los dispositivos de pantalla eran "notablemente" más infelices que aquellos que invirtieron más tiempo en actividades como deportes, lectura e interacción social cara a cara.
Sin embargo, la abstinencia total de la pantalla tampoco conduce a la felicidad, ya que los adolescentes más felices usaban soportes digitales un poco menos de una hora por día.
Después de ese punto (una hora diaria de tiempo enganchado a la pantalla), el nivel de infelicidad aumenta constantemente al mismo ritmo.
"La clave del uso de los soportes digitales y la felicidad es el uso limitado", dijo Twenge.
Al observar las tendencias históricas de los mismos grupos de edad desde la década de 1990, los investigadores encontraron que la proliferación de dispositivos de pantalla a lo largo del tiempo coincidió con una disminución general de la felicidad entre los adolescentes.
En concreto, la satisfacción con la vida, la autoestima y la felicidad de los jóvenes se desplomaron después de 2012, año en que el porcentaje de estadounidenses que poseían un teléfono inteligente aumentó por encima del 50 por ciento.
"El mayor cambio en la vida de los adolescentes entre 2012 y 2016 fue el aumento en la cantidad de tiempo que pasaron usando medios digitales, y la posterior disminución en las actividades sociales en persona y el sueño", aseguró el científico.
Entre sus conclusiones, los investigadores recomiendan a los jóvenes que en ningún caso se superen las dos horas de uso recreativo de soportes digitales y que aumenten la cantidad de tiempo que pasan viendo a sus amigos cara a cara y haciendo ejercicio, dos actividades relacionadas de manera confiable con una mayor felicidad.