Donald Trump, Presidente de Estados Unidos, intentó establecer un complejo hotelero de lujo tanto en Tijuana (Baja California) como en Cozumel (Quintana Roo) hace más de diez años. Por falta de dinero y por la resistencia de grupos hoteleros no pudo concretar el jugoso negocio en arenas y mar mexicano. Hasta el 13 de septiembre de 2016, la marca “Trump Ocean Resort” y hasta el 12 de septiembre del 2016 la marca “Trump Isla Cozumel” estuvieron registradas ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (INPI). No las renovó. Pero actualmente hay nueve de ellas con vigencia, de las cuales Donald J. Trump Signature Collection, de prendas de vestir, se beneficia de empresas mexicanas.
Ciudad de México, 22 de enero (SinEmbargo).– La mano de obra mexicana barata le genera ganancias al Presidente de Estados Unidos. En Premium Brand Footwear, una empresa ubicada en Zapopan, Jalisco, se fabrica desde 2014 ropa y zapatos de la marca Donald J. Trump Signature Collection, una de las nueve marcas registradas por el magnate ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI). Además, la Marcaft Appareal Group, la cual hace los trajes con el sello del Presidente de Estados Unidos, se provee de telas de lana en fábricas del país.
SinEmbargo llamó a la empresa en Jalisco, pero negaron cualquier tipo de información.
De acuerdo con un comunicado de Trump Organization, la compañía ubicada en Jalisco y la marca de ropa de Trump firmaron el 24 de febrero de 2014 un acuerdo para producir y distribuir en México las prendas de vestir con el sello del magnate. “La oportunidad de asociarse con la marca de Trump para introducir el calzado bajo la marca Donald J. Trump Signature Collection en México es algo que tomamos con gran orgullo”, dijo Raúl Aljandro Aceves, director de la fábrica, hace tres años.
Respecto a las fábricas de telas de lana, el diario The New York Times publicó en 2006 una entrevista con Sheldon Brody, el dueño de Marcaft Appareal Group, que vende trajes de la marca de Trump. En la publicación se afirma que este grupo tiene fábricas de textiles en México sin especificar las zonas.
En el sector de bienes raíces y hoteles, su principal fuente de negocios, el republicano no tuvo la misma suerte en territorio mexicano.
“Aunque el turismo deja una gran derrama económica a la industria hotelera, también hay que tomar en cuenta que desde hace muchos años en las zonas de playa el crimen es un factor que hace bajar al turismo. A largo plazo es más sostenible tener una maquiladora que le cueste barato la mano de obra y él pueda vender el producto final en dólares porque le genera mayores ganancias”, dijo en entrevista el asesor en negocios Julio César Delgadillo.
En el 2006, Donald Trump, en asociación con la empresa inmobiliaria Irongate, buscó construir en Tijuana, Baja California, a solo 30 minutos de San Diego, el “Trump Ocean Resort Baja México”, un hotel y apartamentos de lujo con vista al mar, reportó ese año UT San Diego. “Es un lugar muy especial. Estoy en la verdadera entidad de los negocios”, dijo al diario. Pero no pudo. En 2009, ante la negativa de préstamo de un banco alemán, se quedó sin fondos y el proyecto fracasó. Como varios compradores ya habían dado un porcentaje del costo, lo demandaron ante un tribunal en Los Ángeles.
Siete años después, el empresario inmobiliario es el 45 Presidente de la primera potencia mundial.
Aunque mediante amenazas ha arrebatado inversiones de industrias automotrices en el país, desde 2005 Donald J. Trump y su empresa DTTM Operations LCC han registrado 23 marcas ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), de las cuales 13 están vencidas y sin renovación, y las nueve restantes son Donald J. Trump Signature Collection, The Spa at Trump, Trump Attaché, Trump Home y varias de “Trump”, las cuales son de prendas de vestir, muebles, bebidas alcohólicas y asuntos financieros, de acuerdo con el registro público del IMPI.
Todas las marcas están registradas con la misma dirección de la Torre Trump, ubicada en la Quinta Avenida en Manhattan. Algunas operan, además de en Estados Unidos, en otros países como Dubai, Canadá o Alemania. Solo la de Donald J. Trump Signature Collection, de prendas de vestir, se beneficia de México mediante firmas proveedoras.
“Lo que está haciendo este empresario es proteger su marca para que nadie la pueda utilizar en el país, es decir, que nadie pueda engañar a otras personas porque se trata de un producto auténtico”, aseguró el asesor Julio César Delgadillo. “Está protegiendo sus intereses”.
En marzo del año pasado, durante los debates para definir a los candidatos, el republicano Marco Rubio lo retó a decir que, fiel a su postura de regresar la producción a Estados Unidos, toda la ropa de Donald Trump ya no fuera hecha en China o México sino en Estados Unidos. Después, cuando ya era candidato republicano, su entonces rival, la demócrata Hillary Clinton, criticó durante su campaña que fabricara trajes en México en vez de en Estados Unidos.
El mismo Trump, aún como precandidato, reconoció en una entrevista con CNN que sus corbatas “muchas veces son hechas en China. Es muy difícil tener ropa hecha en este país”.
Delgadillo afirmó que “el principal problema que ven los empresarios estadounidenses en hacer la maquila dentro del país es el costo porque las prestaciones sociales de Estados Unidos son mucho más elevadas que las de países en vías de desarrollo como México o en países como China donde son tantos habitantes que deben dar el trabajo muy barato para que todos tengan aunque sea un ingreso mínimo. El ingreso entre México, China y Estados Unidos no tiene comparación”.
Además, de acuerdo con Wilbur Ross, el futuro Secretario de Comercio de Estados Unidos, la renegociación del Tratado de Libre Comercio busca impulsar las exportaciones estadounidenses porque tiene un déficit en su balanza comercial.
“Al tratar de invertir Trump en México con sus marcas, además de proteger su nombre en el mercado mexicano, busca abrir camino antes de empezar a exportar”, expuso Delgadillo.
LAS NUEVE MARCAS DE TRUMP
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El empresario Donald Trump, mediante DTTM Operations LLC, registró cinco marcas (“Trump” y Trump Elegance) en el IMPI en 2005, un año antes de su fracaso tanto en Tijuana, por falta de dinero, como en su búsqueda de establecer la “Isla Trump Cozumel”, frente a la turística Playa del Carmen, objetivo frenado por grupos ecológicos.
El proyecto en Quintana Roo se anunció en 2011, el cual implicaría una inversión de 65 millones de dólares, y Trump construiría dos hoteles con la cadena de hoteles Hilton, en un complejo que también incluiría un campo de golf y cuya construcción comenzaría en el siguiente año.
Ambos proyectos no se llevaron a cabo, y el magnate no renovó el registro en 2015, cuando correspondía de acuerdo con la Ley de la Propiedad Industrial.
María Luisa Eljure, abogada corporativa de Arochi & Lindner, firma que gestiona el registro de estas marcas, explicó a este sitio que una vez que el IMPI concede el registro, éste tiene diez años de vigencia. Si se quiere mantener otra década, debe solicitarse la renovación seis meses antes o después de la fecha de vencimiento.
De acuerdo con la Ley de la Propiedad Industrial, si no se renueva el registro deja de tener vigencia “y no puede hacerse nada al respecto”, aclaró Eljure, la “apoderada legal” de la mayoría de esas marcas, es decir, la encargada de renovar o cancelar un registro a petición del titular.
Las marcas que están en la base de datos del IMPI que tienen como fecha de vigencia cualquier mes y año anteriores a agosto de 2016, sin que aparezca que se solicitó su renovación, ya no están vigentes, detalló la abogada.
Sin embargo, en 2007, 2009, 2010 y 2013, pese al fracaso en el sector hotelero, Trump también registró nueve marcas en el IMPI, las cuales perderán su vigencia en 2017, 2019, 2020 (la de ropa) y 2023 respectivamente.
“Él es contradictorio en sí mismo”, opinó sobre ello el Alcalde de Tlajomulco, Jalisco, Alberto Uribe, quien en días recientes anunció que su gobierno dejará de comprar autos de Ford y Chevrolet por haber retirado inversión de México.
En 2007, además, el magnate firmó un acuerdo de negocios con el empresario Pedro Rodríguez por millones, con el fin de lograr el concurso de Miss Universo en la Ciudad de México, de acuerdo con The Daily Beast.
“Mientras Rodríguez le pagó una fracción del costo por adelantado, las propiedades de Rodolfo Rosas Moya aparentemente fueron acondicionados en un fideicomiso como garantía para el resto”, narra. “Había sido jodido en un acuerdo de negocios, y nunca lo olvidó”.
Ahora busca renegociar el TLC, deportar a al menos 3 millones de migrantes mexicanos y de alguna forma bloquear las remesas familiares que mes con mes envían a entidades nacionales.