Caracas, 21 ago (dpa) – La polémica sobre la aplicación de un sistema de control de compras mediante huellas dactilares ganó hoy terreno en Venezuela, con el presidente Nicolás Maduro defendiendo el proyecto que busca mantener el abastecimiento en los mercados.
El llamado “sistema biométrico de abastecimiento en las redes de alimentación públicas y privadas” se pondrá en funcionamiento a fin de año, según informó el superintendente de Precios Justos, Andrés Eloy Méndez.
La noche del miércoles, al revelar que visitó al líder cubano Fidel Castro, Maduro calificó el proyecto como una “bendición antifraude” y lo comparó con el sistema de votación que se usa en las elecciones.
Señaló que será activado en “todos los sistemas de distribución y comercialización, públicos y privados”.
“Eso va a ser como fue el captahuellas en el sistema electoral: una bendición antifraude. Es un sistema perfecto”, dijo. “Para algo es la tecnología”, agregó.
El sistema es utilizado en el país desde hace diez años a nivel electoral y también se aplica en aeropuertos para activar la entrega de divisas a los viajeros, dentro del control de cambios.
El mecanismo utilizará lectores ópticos de huellas para reconocer a cada persona que compre productos básicos, muchos de ellos subsidiados o sujetos a controles de precios. Méndez dijo que el sistema permitirá que las personas compren lo necesario, lo que recudirá el contrabando y la venta ambulante, que ofrece los mismos productos a precios más altos.
El proyecto fue revelado en medio del desabastecimiento de productos de bienes de consumo masivo en los mercados, que se ha agudizado en el último año, acompañado por una inflación de 60 por ciento.
El líder opositor Henrique Capriles dijo en su cuenta de Twitter que el 8 de marzo Maduro anunció una “tarjeta de abastecimiento seguro y lo que vemos es puro desabastecimiento seguro”.
“Quieren implementar un sistema biométrico en los mercados que no es otra cosa más que una tarjeta de racionamiento, otro fracaso del gobierno”, recalcó.
En su primera reacción al mecanismo, Capriles señaló que el gobierno “cree que con una ley, decretos o medidas van acabar la escasez”.
“Las filas para comprar comida no se acaban con una ley. No es un problema de normas, es el modelo fracasado que no funciona”, aseveró.
Por su lado, el portavoz de la organización no gubernamental Alianza Nacional de Usuarios y Consumidores (Anauco), Roberto León Parilli, señaló que el sistema no es el más adecuado para enfrentar el problema de desabastecimiento en los mercados, pues lesiona los derechos de los consumidores.
Recordó que este año se intentó aplicar en la región occidental de Zulia, en la frontera con Colombia, para enfrentar el contrabando y recibió el rechazo popular. Recordó que el propio Maduro manifestó su descontento.