Los niños son más vulnerables a enfermar a causa del cambio climático, revela un informe

21/01/2018 - 10:35 pm

Un informe advierte que los niños presentan mayor riesgo a padecer por causa del cambio climático debido a diversos factores, entre estos la inmadurez de su sistema inmunológico, mayor consumo energético y metabólico, y ausencia en la toma de decisiones.

Ciudad de México, 21 de enero (EFE).- El cambio climático afecta especialmente a la infancia porque amenaza su supervivencia, su desarrollo, su acceso a la alimentación, a la educación y a la sanidad.

Así lo advierte el informe “Cambio Climático y Salud” del Observatorio de Salud y Medioambiente, elaborado por el Instituto DKV de la Vida Saludable en colaboración con ECODES y difundido esta semana.

El informe aborda también el impacto en la salud que provoca el cambio climático en los más pobres y en las mujeres, y recuerda que según datos de la OMS, de las 250 mil muertes adicionales que se espera provoque el cambio climático cada año, entre 2030 y 2050, serán la malaria y la desnutrición dos de las principales causas.

DESARROLLO BIOLÓGICO

El informe sostiene que las razones que hay detrás de esta vulnerabilidad tienen que ver con su menor desarrollo biológico, mayor consumo energético y metabólico, y a su ausencia en la toma de decisiones.

. Desarrollo biológico: Los sistemas orgánicos de los menores no están completamente desarrollados. Lo harán cuando lleguen a la etapa adulta.

Sus sistemas fisiológicos, y en especial el sistema inmunológico y de detoxificación, aún no están maduros. Por ejemplo, sus pulmones no están completamente formados.

• Mayor consumo energético y metabólico: Los niños necesitan un mayor aporte de oxígeno y sustancias nutricionales que los adultos al estar en la etapa de crecimiento y desarrollo. Por ello, comen más alimentos, beben más líquidos y respiran más aire por kilogramo de peso corporal que los adultos.

• Comportamiento social: Suelen pasar más tiempo en ambientes exteriores y tienen menos capacidad de autocuidado que los adultos. Por estas razones son más vulnerables a la contaminación ambiental y a los impactos del cambio climático.

• Mayor expectativa de vida: Los niños y las niñas tienen mayor tiempo de vida tras la exposición para experimentar las consecuencias y desarrollar efectos a medio y largo plazo, tras exposiciones crónicas en bajas dosis de los contaminantes ambientales.

• Ausentes de la toma de decisión: En la mayor parte de los países, los menores no forman parte del proceso de la toma de decisiones, en general, ni de la agenda climática, en particular, a pesar de ser la suya la generación que mayor impacto sufrirá por el aumento de gases de efecto invernadero en la atmósfera.

OLAS DE CALOR: CUIDADO CON LOS NIÑOS

Una de las principales consecuencias del aumento de gases de efecto invernadero en la atmósfera es el aumento de la frecuencia y la gravedad de las olas de calor.

La relación entre salud y temperatura depende de un complejo número de variables fisiológicas, económicas, sociales, culturales y sanitarias, que determinan el nivel de adaptación de la persona al aumento de la temperatura.

Por este motivo, continúa el documento del Instituto DKV y ECODES, son de nuevo los niños y las niñas, junto a las personas mayores, los principales afectados por el cambio climático.

Ello es debido a que tardan más tiempo que los adultos en autorregular su temperatura corporal y tienen menor conciencia del peligro que suponen las olas de calor para su supervivencia; por lo que no buscan protección tan rápidamente como los adultos.

Otros impactos directos de las olas de calor en la infancia incluyen la interrupción temporal de la educación; el melanoma; quemaduras y otros problemas de la piel; y el aumento de enfermedades que tienen que ver con la comida en mal estado (el calor hace multiplicar las bacterias y otros elementos infecciosos que se encuentran en los alimentos).

Recientemente, recuerda el informe, una ola de calor que asoló Japón (El Mundo, 2016) y que implicó unas temperaturas de 40ºC tuvo como resultado más de 800 hospitalizaciones, sobre todo, de personas mayores y niños por deshidratación y golpes de calor.

En Madrid (Público, 2017), la ola de calor de junio de 2017 provocó hospitalizaciones de los más pequeños y cierres de colegios (Madridiario, 2017).

Sin embargo, y a pesar de la alta vulnerabilidad que sufre la infancia, esta área de trabajo está poco investigada (Researchgate, 2013) y se le debe prestar mayor atención.

El documento también recalca que es importante recordar que el umbral de temperaturas a partir del cual se producen los impactos negativos sobre la salud de los niños y niñas no es igual para todas las regiones.

Y defiende que son necesarios estudios epidemiológicos que ayuden a determinar esta temperatura umbral para decidir a partir de qué momento se debe actuar y activar un plan de prevención.

AGUA Y AIRE
Los efectos del cambio climático relacionados con el agua afectan a millones de menores en todo el mundo: se calcula que hay más de 500 millones de niños y niñas cuya vida está en riesgo debido a las inundaciones, la mayoría en Asia.

Según el informe, es importante recordar además que los impactos del cambio climático no actúan de manera aislada, sino que se refuerzan unos a otros, haciendo aumentar el grado de gravedad de los mismos.

Esta contaminación está producida por la quema de combustibles sólidos (madera, excrementos animales, residuos agrícolas) y de carbón para cocinar y para calentar las viviendas (que utilizan aproximadamente 3 mil millones de personas en el mundo, según la OMS, 2016).

Este tipo de cocinas o estufas abiertas produce hasta 100 veces más partículas del nivel recomendado por la Organización Mundial de la Salud.

Durante la vida de los menores y los jóvenes, aquellos expuestos a aire contaminado se ven obligados a visitar el hospital de manera más frecuente y durante más tiempo que el resto, y con el tiempo, esta exposición provoca problemas de crecimiento de los pulmones y de su funcionamiento.

CRISIS CLIMÁTICAS Y MATRIMONIOS INFANTILES
De acuerdo con el Informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) sobre matrimonio infantil para el 2015, del total de 1.1 mil millones de niñas en el mundo, 22 millones ya están casadas, y otras muchas están en riesgo de estarlo en un futuro próximo, especialmente, en las regiones más pobres (UNICEF, 2015).

Las crisis climáticas pueden aumentar esta cifra, ya que en muchos países el matrimonio prematuro es percibido como una fuente de ingresos familiares.

Por otro lado, destaca también el sector agrícola que contabiliza el 60 por ciento de la actividad laboral infantil, sumando cerca de 90 millones de niños y niñas en el mundo. Las niñas representan el 37% de este total.

Esta explotación, cuando se ve sujeta a condiciones climáticas más extremas, puede desembocar en riesgos de abuso y violencia laboral, al forzar a los menores a alargar sus jornadas laborales o a trabajar más horas en actividades domésticas.

INFARTO CEREBRAL, NEUMONÍA Y MALARIA

Durante los primeros diez años de vida, los niños inhalan, ingieren y absorben más contaminantes ambientales por kilogramo de peso que un adulto. Foto: EFE

Las enfermedades que causan mayor número de muertes en el mundo son: la neumonía, el infarto cerebral y los problemas cardiovasculares.

Estas enfermedades, sostiene el informe, están directamente relacionadas con efectos ambientales resultantes del cambio climático como son las altas temperaturas agravadas por la alta contaminación y la mala calidad del aire, sobre todo, en las zonas urbanas.

En los países menos desarrollados y con pobreza extrema, enfermedades como malaria, diarrea y otras relacionadas con situaciones de falta higiene presentan también un riesgo mayor sobre todo por falta de acceso al agua potable (OMS, 2017).

Según los datos aportados por la OMS, de las 250 mil muertes adicionales que se espera provoque el cambio climático cada año entre 2030 y 2050, serán la malaria y la desnutrición dos de las principales causas.

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