Moody’s prevé mayor presión financiera para las entidades federativas en 2017. La calificadora de riesgo crediticio alertó que la tasa de crecimiento anual de las transferencias federales presupuestadas sería la más baja desde 2009, año en que las transferencias federales cayeron 3.5 por ciento. HR Ratings, por su pare, destacó que la pérdida de valor de la moneda mexicana frente al dólar estadounidense podría tener implicaciones importantes sobre el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP), la medida más amplia de la deuda del país.
Ciudad de México, 20 de septiembre (SinEmbargo).– La disminución del 3.1 por ciento de los recursos de las transferencias federales a los estados, planteados en el proyecto de presupuesto para 2017, implicarán un factor crediticio negativo para las entidades porque acumularán más deuda hasta con sus proveedores, alertó la calificadora Moody’s.
Mientras, HR Ratings consideró que la pérdida de valor de la moneda mexicana frente al dólar estadounidense podría tener implicaciones importantes sobre el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP), la cual es la medida más amplia de la deuda del país.
La calificadora de riesgo crediticio, alertó que la tasa de crecimiento anual de las transferencias federales presupuestadas para 2017 sería la más baja desde 2009, año en que las transferencias federales cayeron 3.5 por ciento.
Las participaciones son transferencias no etiquetadas que también pueden usarse como colateral de deuda, y equivalen en promedio a 35 por ciento de los ingresos totales de los estados.
En su reporte, Moody’s explicó que existen tres tipos de transferencias federales a estados y municipios en México: participaciones, aportaciones y otras transferencias por convenio.
“Dada la alta dependencia que tienen los estados de las transferencias federales, así como también la implementación de nuevas regulaciones que limitarán la contratación de deuda, esperamos una mayor reducción de la disponibilidad de efectivo de los estados o una mayor acumulación de sus pasivos con proveedores”, refirió Moody’s.
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La calificadora mencionó que desde 2011, estas transferencias han crecido a una tasa de crecimiento compuesto anual (CAGR, por sus siglas en inglés) de 18 por ciento. Tradicionalmente, las otras transferencias han sido las más volátiles y, si se aprueba el proyecto de presupuesto, caerían 34 por ciento.
El reporte señaló que la desaceleración de las participaciones es el resultado de las previsiones de un lento crecimiento económico en México, bajos precios del petróleo y una caída de la producción petrolera, proyectada en 1.93 millones de barriles por día en 2017, frente a 2.13 millones de barriles por día en 2016.
Moody’s indicó que las aportaciones representan 35 por ciento de los ingresos estatales y son transferencias etiquetadas diseñadas para financiar funciones básicas del gobierno, como educación, salud, seguridad pública e infraestructura social.
Comentó que tradicionalmente, las otras transferencias por convenio han sido las más volátiles y, si se aprueba el proyecto de presupuesto, caerían 34 por ciento.
El informe plantea que estos cambios incrementarán la presión financiera sobre los estados y, en particular, la drástica caída de las otras transferencias presionarían negativamente los resultados financieros consolidados.
En 2015, los estados mexicanos calificados por Moody’s reportaron resultados consolidados de entre menos 6.7 y 9.3 por ciento de ingresos totales, pero si el presupuesto es aprobado como fue presentado, se espera que este indicador oscile entre menos 10 y 6.0 por ciento en 2017.
Dada la alta dependencia que tienen los estados de las transferencias federales y la implementación de nuevas regulaciones que limitarán la contratación de deuda, habrá una mayor reducción de la disponibilidad de efectivo de los estados o una mayor acumulación de sus pasivos con proveedores, abunda el reporte.
En agosto pasado, Jaime Reushe, vicepresidente analista senior de riesgo soberano de Moody’s, dijo que aunque México asegura que hay disciplina financiera y la deuda del país se estabilizará en los próximos años, ésta seguirá creciendo y llegaría a 39 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2019 si el Gobierno mexicano continúa con los apoyos que entrega a Petróleos Mexicanos (Pemex).
Durante la 17 Conferencia Anual de Moody’s, Reushe declaró que “en un escenario en el que Pemex no tuviera deuda, el Gobierno mexicano podría estabilizarse entre el 2017 y el 2018”.
La Reforma Fiscal ha funcionado ya que el Gobierno de México incrementó el gasto lo que impidió que las finanzas federales se estabilizaran, apuntó el analista.
HR RATINGS ALERTA DE MÁS DEUDA
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La pérdida de valor de la moneda mexicana frente al dólar estadounidense podría tener implicaciones importantes sobre el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP), la medida más amplia de la deuda del país, según estimó la calificadora HR Ratings.
El dólar, que ayer tocó su nivel máximo histórico frente al peso al alcanzar los 20.10 por uno en ventanillas bancarias, se cotizaba hace tan sólo diez días en 18.27 pesos, acumulando una caída de 7 por ciento desde el 7 de septiembre. El derrumbe, explicó HR Ratings, obedece a factores como la especulación entorno al probable incremento de la tasa de referencia de la Reserva Federal, el Brexit, la evolución reciente de la contienda electoral en los Estados Unidos y la preocupación en cuanto al incremento en la deuda pública federal en México, que según Hacienda, se espera sea del 50.5 por ciento del PIB a finales de este año.
"La SHCP reveló recientemente que espera que este saldo cierre 2016 representando el 50.5 por ciento del PIB. La estimación incluía ajustes por el tipo de cambio cuyo efecto sería aumentar el saldo en 200 mil 800 millones de pesos para todo el año, lo que incluye el supuesto de que el dólar se revaluará ante el peso entre julio y el cierre de 2016", dijo HR Ratings. No obstante, si el dólar mantiene sus niveles actuales, el ajuste podría llegar a una cifra alrededor de los 315 mil millones de pesos, lo que representaría cerca del 0.6 por ciento del PIB.
Lo anterior "llevaría a que los ajustes no esperados por tipo de cambio eleven el cociente del SHRFSP/PIB por arriba del 51 por ciento", señaló la calificadora.
Una elevación de la deuda como proporción del PIB es justamente la mayor preocupación por parte de firmas evaluadoras y analistas sobre la economía mexicana en el actual contexto internacional, pues si bien no se trata de una cifra desproporcionadamente alta, sí se da en un contexto de bajo crecimiento y alta volatilidad, lo cual pone en riesgo la calificación de la deuda soberana del país y por ende su situación financiera así como la calidad de vida de sus ciudadanos.
Datos de HR Ratings y de Bloomberg indican que el peso mexicano es la moneda que más valor ha perdido en el último año, de entre una canasta que incluye al Nuevo Sol Peruano, el Real brasileño y el peso colombiano frente al dólar estadounidense.