Ciudad de México, 20 julio (SinEmbargo).– El Centro de Análisis e Investigación Fundar reveló que los subsidios al campo no les llegan a los pequeños y medianos agricultores y dijo que los apoyos al campo “se concentran en las manos de las grandes empresas agropecuarias que no necesitan recursos públicos”. Esto, dijo Héctor Robles, especialista en Desarrollo Rural, “quiere decir que al pequeño productor no se le apoya con subsidios, pero tampoco con financiamiento y todos los apoyos sólo se concentran en un sector que es altamente competitivo”.
En diez años se espera que a nivel global aumente el crecimiento de la producción agrícola y, con ello, los precios de los productos bajen ante la demanda de alimentos, informó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Pero no para México. De acuerdo con trabajadores del campo, puede que el escenario no sea el mismo para el país.
En el informe Perspectivas Agrícolas 2015-2024, realizado por la FAO y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), se prevé que “los precios de todos los productos agrícolas disminuyan durante los próximos diez años conforme el aumento de producción, apoyado por un crecimiento de la productividad y los bajos precios de insumos, supere lentos incrementos de la demanda en los países”.
Robles, quien es doctorado en Desarrollo Rural, dijo a SinEmbargo que es posible que aquí aumente la producción en función de la tecnología que se utilice para trabajar la tierra, pero consideró “difícil” que los precios del sector agropecuario bajen como lo prevén dichos organismos en otros países.
El también coordinador del blog “Subsidios al Campo” explicó que “el producir más sí es viable, sobre todo porque la agricultura pequeña y mediana juega un papel muy importante, pero si seguimos trabajando sobre la base de paquetes tecnológicos que incorporan insumos nada más, sin considerar otras propuestas, la realidad es que bajar costos es muy complicado, y si no baja un costo, un sector va a presionar porque los precios de los productos aumenten”.
La FAO y la OCDE precisaron por otro lado que “la expansión de la agricultura será más lenta durante la próxima década, con un menor crecimiento en todas las regiones del mundo; sin embargo, América Latina y África tendrán un crecimiento significativo con tasas anules de 1.8 por ciento y 2.4 por ciento respectivamente, mientras que en México se mantendrá con una tasa del 2.8 por ciento durante periodo.
De acuerdo con las perspectivas agrícolas 2015-2024, “los cambios principales en la demanda se verán en los países en desarrollo, donde el continuo pero lento crecimiento de la población, el aumento de los ingresos per cápita y la urbanización aumentarán la demanda de alimentos” y publicó que Australia, Turquía y México tienen la mayores tasas proyectadas de crecimiento de población entre los países miembros de la OCDE.
El análisis amplió que el periodo de 2012-2014, el porcentaje de los ingresos brutos de los agricultores procedentes de apoyo ( PSE, por sus siglas en inglés ) fueron del 12 por ciento en México, a diferencia de otros países como Chile con el 3 y Brasil con 4, de los países que integran la OCDE.
MAL MANEJO DE SUBSIDIOS
En agosto del año pasado, el Centro de Análisis e Investigación Fundar, reveló que los subsidios al campo no les llegan a los pequeños y medianos agricultores y dijo que los apoyos al campo “se concentran en las manos de las grandes empresas agropecuarias que no necesitan recursos públicos”.
La organización amplió que el sexenio pasado, el 60 por ciento de los recursos del Programa de Apoyos Directos al Campo (Procampo) se destinó únicamente al 20 por ciento de productores beneficiados, lo que significa que el otro 40 por ciento se repartió entre el 80 por ciento de los beneficiarios.
Al respecto, el coordinador de la página “Subsidios al Campo” explicó en entrevista que la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero (FND), así como el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), clasifica a los productores en tres categorías de acuerdo a su ingreso: los PD1, que son los productores de menos ingresos, PD2 los de medianos y PD3 los de mayores.
Con base en lo anterior, el investigador acusó que los productores PD3, que son los que representan al 3 por ciento de todos los productores, reciben el 80 por ciento del crédito que otorgan las instituciones financieras.
“Quiere decir que al pequeño productor no se le apoya con subsidios, pero tampoco con financiamiento y todos los apoyos sólo se concentran en un sector que es altamente competitivo”, agregó.
Fundar también reveló que el apoyo que otorga el Gobierno federal llegó solamente a 7 por ciento de los campesinos que tienen menos de una hectárea para cultivar, 19 por ciento a los que tienen de una a dos, y 39 por ciento a los que tienen de dos a cinco hectáreas, mientras que entre los 10 principales beneficiarios están empresas que cuentan con más de 20 hectárea o incluso a sociedades de producción rural que pertenecen a grupos industriales grandes.
En mayo de este año el sector agropecuario, que representa el 3.5 por ciento del total del Producto Interno Bruto, creció durante el primer trimestre de este año 3 por ciento, y un 12.5 por ciento anual, respecto al último trimestre de 2014, según dio a conocer la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Héctor Robles agregó que en México, el Gobierno federal no se ha preocupado por dar más apoyo directo a los trabajadores del campo y que los subsidios que otorga privilegian a los grandes productores. Destacó que el 39 por ciento de los granos básicos que alimentan el país son cultivados por los pequeños y medianos productores.
La Auditoría Superior de la Federación (ASF) reveló además en la Cuenta Pública 2013 que del programa “Agricultura de Autoconsumo, Apoyo a Pequeños Productores”, dentro de la Cruzada Nacional Contra el Hambre, se entregaron un millón 41 mil pesos a 362 beneficiarios que habían fallecido antes de solicitud del apoyo en Guerrero, Chihuahua, Durango, Chiapas y Tamaulipas.
CADA VEZ MENOS APOYO
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos informó que desde 2012 que los subsidios a la agricultura en este país bajaron de 12.8 a 13.3 por ciento respecto a los ingresos del mismo sector. México ocupó el noveno lugar entre los países que menos apoyos otorga a sus campesinos, de un listado de 47 países.
En ese sentido, Héctor Robles comentó que “el problema es que desde hace muchos años en el país se percibe a la pequeña y media agricultura como no competitiva e inviable, que apoya muy poco a la alimentación y es por esta percepción es que el gobierno atendió a los pequeños productores como pobres”.
De acuerdo con el informe de políticas agrarias de 2012 de la OCDE, México redujo en más de la mitad los subsidios agrícolas en los últimos 20 años y detalló que la baja ocurrió desde que reformó las políticas agrícolas por la liberación del comercio con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
El análisis destacó que apenas el apoyo gubernamental que se destina al campo mexicano apenas representa el 0.7 por ciento del Producto Interno Bruto, además de que el subsidio para la producción de maíz se redujo “sustancialmente” al pasar de 43 a 7 por ciento.
El investigador de la UAM comentó además que la mayoría de los pequeños y medianos productores reciben apoyos de carácter social, y mencionó como que el programa del Gobierno federal Prospera “no fortalece directamente a las actividades productivas”.
Luego de que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) anunció que el presupuesto para el ejercicio fiscal del 2016, el Gobierno Federal propuso una disminución de 26 por ciento en el número total de programas de la Estructura Programática vigente, productores pequeños y medianos han decidido lanza la campaña Valor al Campesino “para que se elabore un programa productivo y recibir apoyos financieros, asistencia técnica, entre otras cosas, y generar los alimentos de calidad y saludables”, puntualizó Héctor Robles.