Ciudad de México, 20 de junio (SinEmbargo).– La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) aseguró que las instalaciones de la mina Buenavista del Cobre, en Sonora, y que es propiedad de Grupo México, son seguras por lo que descarta una clausura de las instalaciones, a pesar de las quejas de integrantes del Sindicato Minero Sección 65 de Cananea sobre un posible nuevo derrame de tóxicos al Río Sonora.
“Nosotros cuando ocurrió la emergencia –en agosto pasado, cuando la mina derramó 40 mil metros cúbicos de ácido sulfúrico al río– realizamos varias visitas, no sólo a Buenavista del Cobre donde abrimos cuatro procedimientos administrativos, para verificar en todas las instalaciones, no sólo en los patios de lixiviados –líquido que resulta de la acumulación de basura en los verteros–. A partir de estas visitas abrimos varios procedimientos, porque sí encontramos algunas irregularidades, pero ninguna lo suficientemente grave como para realizar una clausura adicional a la que se había hecho”, dijo Arturo Rodríguez Abitia, subprocurador de Inspección Industrial de la Profepa en entrevista con SinEmbargo.
El funcionario contestó así, a la pregunta expresa sobre las denuncias que el Sindicato Minero de Cananea ha realizado desde que ocurrió el derrame de tóxicos en los ríos Bacanuchi y Sonora en agosto del año pasado.
“Implantamos una clausura parcial, solamente en el área de lixiviados, por las irregularidades que había. Estas irregularidades han venido siendo subsanadas en los tiempos que se establecieron a la empresa. Todavía quedan algunas irregularidades menores que deben componerse. Estamos en proceso de vigilar que se cumplan. En este momento no existen irregularidades graves para que las instalaciones sean clausuradas”, aseguró.
Antonio Navarrete Aguirre, del Sindicato Minero de Cananea, Sonora, advirtió en septiembre del año pasado, un mes después del derrame, que hay un represo –que tiene la finalidad de embalsar el agua– de la mina que resguarda desechos tóxicos desde hace 30 años, el cual puede colapsar y contaminar de forma irreversible el Río Sonora, en cualquier momento.
El líder sindical expuso que el represo de jales se encuentra ubicado en la raíz del río y que contiene millones de metros cúbicos de ácidos y reactivos para la recuperación de los metales, confinados ahí desde hace tres décadas.
“Ese represo colapsará en cualquier momento porque no se le ha dado mantenimiento. Si eso sucede, el daño será brutal, no se comparará con el que ya se le hizo al río, sino que será el fin de los pueblos donde viven 25 mil sonorenses”, dijo.
El represo, de acuerdo con Navarrete, mide 15 kilómetros de largo por 15 kilómetros de ancho, y la cantidad de desechos contenidos ahí, es incalculable.
Navarrete Aguirre recordó que fue el Sindicato Minero quien avisó a las autoridades federales y estatales en 2008 que el represo que derramó 40 mil metros cúbicos de lixiviados de Sulfato de Cobre Acidulado en el Río Bacanuchi y Sonora colapsaría.
“Nosotros tenemos en nuestro pliego petitorio cuando arrancamos la huelga, que los represos de la mina no tenían mantenimiento y que había peligro de un desastre ecológico como el que ya ocurrió”, dijo.
El minero afirmó que no fue la falla de una válvula lo que ocasionó el derrame tóxico del año pasado, como aseguró la empresa, sino una negligencia por parte de Grupo México, que ya sabía de los problemas del represo y no le dio mantenimiento.
Al interior de la mina hay 11 represos más que constituyen una amenaza latente para el Río Sonora, advirtió.
LA MINA ES SEGURA: PROFEPA
Pero Rodríguez Abitia aseguró que Buenavista del Cobre es segura para el río y que la Profepa cuenta con personal permanente en las instalaciones de la mina que monitorea diariamente las salidas hacia el Río San Pedro y Bacanuchi.
La dependencia revisa que se cumplan con los parámetros que establece la Ley en el agua, explicó.
El Subprocurador de Inspección Industrial indicó que antes del derrame de agosto, la Profepa abrió procedimientos administrativos en contra de Buenavista del Cobre, no por una emergencia, sino por emisiones de partículas a la ciudad de Cananea.
“Lo que ocurrió fue una mala decisión de la empresa, porque empezaron a utilizar una instalación que no estaba terminada, que por no estar terminada no estaba vigilada por parte nuestra. Se supone que no estaba operando, la empresa quiso empezar a operar, aunque no estaba lista y sobrevino el accidente”, detalló.
LAS TAREAS PENDIENTES
El funcionario de Profepa explicó que la remediación del Río Sonora concluirá entre seis y ocho semanas, aproximadamente.
De acuerdo con el Plan de Remediación del Río Sonora, Grupo México deberá limpiar el río en cinco fases: la primera abarca desde el lugar donde se origino la emergencia, en el represo de Tinajas, hasta el kilómetro 30, el tramo seco de Tinajas, explicó.
“El segundo va del arroyo Tinajas donde confluye con el Río Bacanuchi del kilómetro 30 al 14. La tercera del 140 al 180; la cuarta del 180 a 224 y la última del 224 hasta la presa El Molinito”, detalló.
Rodríguez Abitia dijo que Grupo México construyó un sitio temporal para el confinamiento de los suelos contaminados que se retirarían del cauce.
Hasta el momento fueron removidos mil 300 metros cúbicos de suelo contaminado en 14 polígonos identificados como “impactados en la zona uno”, aseguró.
“Esta actividad ya terminó y nosotros estuvimos verificando que esto ocurriera. Actualmente la empresa ya está trabajando con la Semarnat [Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales] y está atendiendo las zonas dos, tres y cuatro. Nosotros estamos pendientes a estos trabajos para ver que vayan cumpliendo con todo lo que la Semarnat ordenó. Ya no llevará demasiado tiempo, tendrá que resolverse ya en unas semanas, entre seis y ocho semanas, todo dependerá de la velocidad con que la empresa siga trabajando”, indicó.
Al concluir con la remediación, la Profepa verificará a través de un muestreo final si se cumplió con los límites de contaminantes.
“El río queda absolutamente limpio y regresará a las condiciones originales en las que se encontraba antes de la emergencia. Independientemente de eso, se establece dentro de las medidas que se ordenaron por Profepa, Conagua [Comisión Nacional del Agua] y Cofepris [Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios], la obligación de hacer un monitoreo durante varios años para asegurarnos que la calidad del agua y de los suelos se encuentren como estaban antes de que ocurriera la emergencia”, afirmó.
En caso de que en el río se encontraran contaminantes que rebasan los límites establecidos, la Profepa investigará lo sucedido, advirtió.
AGUA DE LA PRESA EL MOLINITO ES SEGURA
Desde el pasado 10 de junio se inicio con el desfogue del agua de la presa Rodolfo Félix Valdés “El Molinito”, a pesar de que permaneció cerrada durante meses, debido a que se encuentra con más del 50 por ciento del límite de su capacidad.
Las autoridades de la Conagua informaron que se realizará el desfogue de la presa hacia la presa Abelardo L. Rodríguez, ubicada a 22 kilómetros río abajo, en el corazón de Hermosillo.
Serán vertidos 42.2 millones de metros cúbicos en Hermosillo, para preparar a “El Molinito” para las próximas lluvias. Las autoridades afirman que el nivel de los contaminantes está dentro de lo permitido por las normas y que se aseguraron de ello, tomando cuatro muestreos.
Arturo Rodríguez Abitia aseguró que el agua de la presa “El Molinito” es segura y que el tramo de río que corre hacia la ciudad de Hermosillo, no está contaminado, porque el agua que se contaminó “como consecuencia del derrame nunca llegó a ese sitio”.
“La presa El Molinito no es un problema de remediación de suelos, el problema es que el agua contaminada pudo haber llegado a la presa el molinito, pero de acuerdo con los últimos análisis que realizó la Conagua y la Cofepris en El Molinito, la contaminación del agua superficial no existe”, dijo.
El día que inició el desfogue, la Cofepris informó que el agua de la presa no representa una amenaza para la población.
“ Los resultados de los muestreos arrojan que el agua se encuentra dentro de los límites máximos permitidos en materia de metales y propiedades físico-químicas, por lo que la Cofepris descarta riesgos sanitarios por el desfogue”, dice un comunicado emitido por la dependencia.
El 5 de marzo de este año, la Cofepris indicó que hasta esa fecha se revisó la salud de 10 mil 875 habitantes del Río Sonora, de los cuales 270 de ellas presentaron algún tipo de afectación en su salud sin que ameritara hospitalización o haya provocado muertes.
“Cabe mencionar que durante la fase aguda de atención de agosto a septiembre de 2014, se registraron 37 afectados y a partir de octubre de 2014, se inició la búsqueda intencionada de pacientes encontrándose a la fecha 233 casos más cuya afectación ocurrió, en la mayoría de ellos, durante las primeras tres semanas posteriores al derrame, ya que se trata de gente que no acudió a algún centro de atención médica”, reportó la Cofepris.
El organismo reconoció que 85 por ciento de las personas afectadas, es decir 212, reportaron afectaciones dermatológicas, en el aparato digestivo y oftalmológico.
“Los síntomas han sido comezón en la piel, resequedad, lagrimeo y conjuntivitis”, indicó.
Hasta esa fecha, la Cofepris analizó más de 250 muestras de agua que demostraron que al calidad era “apta para uso y consumo humano”, informó.
Pero en la región hay personas que viven a 25 kilómetros de Hermosillo y a 50 metros de la presa “El Molinito” que presentan erupciones y manchas negras en la piel, las cuales, de acuerdo con especialistas, son provocados por arsénico en la sangre.
De acuerdo con un estudio, publicado en la página electrónica oficial del fideicomiso creado para el saneamieto del Río Sonora, en septiembre Laboratorios ABC Química Investigación y Análisis redactó el informe de resultados del muestreo y análisis del agua, sedimentos y biota de los ríos Bacanuchi y Sonora. En el documento se informa que la contaminación llegó hasta la presa “El Molinito” y que sería esta, el lugar en el que se concentrarían todos los contaminantes con el paso de los meses.
“Se puede estimar una masa de 74.8 toneladas de metales aportados al ecosistema por este derrame, principalmente fierro y aluminio [83 por ciento] seguidos de manganeso y zinc [8 por ciento]. Esta masa de metales, se repartió en los sedimentos de los ríos Bacanuchi y Sonora y en la presa “El Molinito”, se lee.
Más adelante, en las conclusiones, el informe concluye que: “La mayoría de los metales aportados por este evento se sedimentarán en la presa ‘El Molinito’ junto con los azolves del Río Sonora. El contenido de metales solubles en las aguas de los dos ríos es congruente con la geología superficial de la zona. Está compuesta principalmente por metales provenientes de los silicoaluminatos férricos [compuestos de silicio y aluminio] que son arrastrados por las aguas de lluvia, ya que esto ríos no proceden de fuentes subterráneas en su origen”.
El vocero del Sindicato Minero y miembro del Frente Unido Todos contra Grupo México, pidió la semana pasada las pruebas de Cofepris y Conagua y adelantó que ellos, realizan muestreos del río por su cuenta.
“Que nos demuestren con los resultados de sus muestreos. Nosotros también estamos realizando estudios que daremos a conocer. Es lamentable que una autoridad se siga prestando a proteger los intereses de Grupo México”, expuso.
Las muestras que ellos realizan son tomadas con recursos propios y de organizaciones civiles del extranjero, de las cuales omitió nombres. Los resultados serán presentados en breve, aseguró.
“Son organizaciones que nos han estado ayudando, ambientalistas. Una vez que se demuestre eso, el Gobierno mexicano deberá obligar a Germán Larrea –el dueño de la empresa– a que le responda por los daños a todos los afectados”, planteó.