#DatosCerrados | En 2014, el Presidente de la República usó el recurso epistolar para comunicarse con los ciudadanos y envió miles de cartas personalizadas a domicilios particulares, a través del Servicio Postal Mexicano. El gasto y la base de datos que sirvieron para este ejercicio fueron declarados por Los Pinos como información “inexistente” ante el INAI. En otras palabras, la Presidencia no registró los costos de la carta de Enrique Peña Nieto. De cómo se obtuvieron los nombres y domicilios expuso que tampoco sabe.
#DatosCerrados publica cada semana información negada por el Gobierno federal por ser inexistente, reservada o confidencial, y promueve su liberación para uso ciudadano.
Consulta de Datos: Acta CI/PR/6SE/2014
Ciudad de México, 20 de marzo (SinEmbargo).– El 1 de septiembre de 2014, una carta irrumpió en miles de hogares mexicanos. Venía en un sobre personalizado, rotulado con la frase Mover a México y en el lado superior derecho, podía verse la foto del Presidente Enrique Peña Nieto. En la misiva, el Primer Mandatario le expresaba al “estimado ciudadano” los cambios de su Gobierno y lo invitaba a continuar “sumando esfuerzos para alcanzar un nuevo México”.
“En 21 meses de gobierno, a partir del diálogo y el acuerdo, se concretó la agenda de reformas transformadoras. Ahora, vamos a poner esas reformas en acción, para que sus beneficios lleguen gradualmente a todas las entidades del país, a todos los sectores y hogares de México”, expuso el Presidente quien firmó al calce.
Fue un esfuerzo en el que toneladas de papel fueron utilizados para lograr que la carta de Peña Nieto llegara a miles de ciudadanos y fue también un episodio epistolar en el que se impuso la opacidad. ¿Cuánto se gastó en el ejercicio? ¿Cómo y de dónde obtuvo la Presidencia la base de datos de los nombres de los ciudadanos y los domicilios a los que Peña Nieto escribió?
La Presidencia de la República no realizó registro ni de la erogación ni de la localización de los ciudadanos por nombre y domicilio, por lo que declaró “inexistente” la información relativa a la carta de Peña Nieto ante los ciudadanos mediante el Instituto Nacional de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales, según quedó asentado en el acta de la sexta sesión extraordinaria del Comité de Información de Los Pinos.
Para negar información, el Gobierno se apega a tres criterios: la información está reservada, es confidencial o es inexistente. Los argumentos para estas clasificaciones son la protección de los datos personales, la vulnerabilidad de la seguridad de los funcionarios o la del país, o porque no se hizo registro y no hay evidencia documental. Así, las entidades gubernamentales determinan qué no revelar.
Además del gasto erogado y la obtención de la base de datos, la carta enviada por Peña Nieto originó otras preguntas de los ciudadanos. ¿Qué empresa fue contratada para imprimirla? ¿Cuántas se imprimieron? ¿De qué partida se obtuvo el dinero para realizar la campaña? Ninguno de esos cuestionamientos tuvo respuesta.
EL TELEGÉNICO PRESIDENTE
La tarde del 2 de julio de 2012, el candidato triunfador Enrique Peña Nieto celebró la vuelta de su partido, el Revolucionario Institucional, a la Presidencia de la República. La derrota del 2000 se cubría de tierra y olvido. Ahí estaba el hombre destinado a romper el guión del fracaso. Saludaba con los brazos alzados y las manos puestas en triángulo. No asistieron los grandes sectores del partido a la verbena en el edificio de Insurgentes Norte; pero estaban ahí sus fanáticos. En otras palabras, no había campesinos ni obreros. Esta vez, la convocatoria no era para aplaudir a José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari o Ernesto Zedillo Ponce de León. En el ser de Enrique Peña Nieto se inauguraba otra era en el poder presidencial: la de la telegenia, la del “producto milagro”, la de los admiradores que hicieron dispararse a las cinco grandes encuestas de salida con un rango mayor a los 10 puntos de ventaja frente a Andrés Manuel López Obrador, el contendiente de las Izquierdas Unidas.
Dos años después, cuando Enrique Peña Nieto le escribió una carta a los ciudadanos para exponer que había concluido el proceso legislativo de cinco reformas estructurales, la aprobación a su gestión era de 40 por ciento. Si se juzga el hecho de que esta cifra jamás repuntó y por el contrario, se fue en picada, la táctica de enviar misivas en las que el Jefe del Ejecutivo sostuvo que “movía a México” no logró impactar en la aprobación a su gestión.
Según los resultados de las encuestadoras GEA-ISA y los periódicos Reforma y El Universal, en mayo de 2015 iba en 39 por ciento y en noviembre descendió a 33. En el primer bimestre de 2016, se mantenía en 33 por ciento, pero en mayo ya iba en 32. En agosto bajó a 29 y en noviembre a 24. Hoy, se calcula en poco más de diez por ciento.
La Presidencia de la República ha gastado más de 100 millones de pesos en asesoría externa para la construcción de la imagen del Presidente Enrique Peña Nieto. Esa inversión se ha diseminado en encuestas, análisis de la recepción de los spots de las reformas, estrategias de publicidad, comunicación y políticas, ubicación de actores en redes sociales y hasta un taller de manejo de emociones, según la información reflejada en el Portal de Obligaciones y Transparencia.
LA CARTA
Estimado ...
El 1 de diciembre de 2012, al asumir la honorable responsabilidad de servir a los mexicanos como Presidente de la República, me comprometí a impulsar cambios de fondo para mover a y transformar a México.
En 21 meses de gobierno, a partir del diálogo y el acuerdo, se concretó la agenda de reformas transformadoras. Ahora, vamos a poner esas reformas en acción, para que sus beneficios lleguen gradualmente a todas las entidades del país, a todos los sectores y hogares de México.
Además de este importante logro de los mexicanos, con motivo del Segundo Informe de Gobierno, daré a conocer las principales obras y acciones que hemos hecho realidad a favor del país.
Te invito a que sigamos sumando esfuerzos para alcanzar un nuevo México, en el que cada persona tenga la oportunidad de desarrollarse y construir su propia historia de éxito.
Nos comprometimos a mover a México y estamos cumpliendo: México está en movimiento.
Atentamente,
Enrique Peña Nieto.