El sistema de refrigeración libre de sustancias tóxicas y el ajuste automático de la exposición en las cámaras fotográficas, son de sus aportes.
Ciudad de México, 20 de febrero (La OPinión/SinEmbargo).- Con el simple hecho de escuchar el nombre de Albert Einstein, nos viene a la mente un sinfín de cosas que van relacionadas directamente con la ciencia y la tecnología. El aporte que este brillante científico dejó al mundo es sencillamente incuantificable, sin dejar de lado su excepcional carisma.
Entre otras cosas, este físico nacido en Alemania en 1879 logró desarrollar la teoría de la relatividad. Además, contribuyó en gran parte con el desarrollo de la física teórica a principios del siglo XX, por lo que obtuvo el Premio Nobel de Física en 1921.
Además de todas las aportaciones que realizó a la ciencia, Einstein vivió una faceta que muy pocos conocen, pero que a través del tiempo realizó como una de sus más grandes pasiones: la invención.
Einstein puede presumir que dejó cerca de 50 patentes en diferentes países que, según se sabe, nació con este instinto inventivo, o por lo menos fue fomentado desde muy pequeño gracias a la labor de su padre Hermann Einstein, quien laboraba en un taller propio de aparatos eléctricos, llamado Elektrotechnische Fabrik J. Einstein & Cie.
Gracias al oficio heredado de su padre, el científico creó junto a Leo Szilard una de las patentes más destacadas como fue el sistema de refrigeración. Según la historia, Einstein decidió poner manos a la obra después de leer una noticia en el periódico que confirmaba la muerte de una familia entera por haber respirado durante la noche los gases emitidos por un refrigerador que presentaba una fuga.
Durante 5 años, estos dos personajes trabajaron en diversos mecanismos para mejorar el sistema de refrigeración, y aunque su trabajo no arrojó al final los resultados de enfriamiento deseados, lograron erradicar por completo las sustancias toxicas que se utilizaban para refrigerar.
Otro de los inventos que marcaron la vida como inventor de Einstein fue el de la creación de los audífonos electroacústicos, los cuales podían convertir la señal acústica en oscilación eléctrica para transmitirla mediante un sistema que adherido a la cabeza pudiera conducirla al oído. Este sistema lo realizó junto a Rudolf Goldschmidt.
De igual manera se pudo saber que este proyecto tuvo que ser abandonado debido al ascenso del nazismo en su país, que originó la partida de Einstein a Estados Unidos donde vivió el resto de su vida.
Por otro lado, junto a su amigo Gustav Peter Bucky, Albert Einstein patentó la cámara fotográfica automática, que ajusta los niveles de luz ambiental tal y como sucede en la actualidad. Esto fue logrado gracias a la incorporación de un mecanismo con una célula fotoeléctrica dentro de la cámara impulsando un eje conectado a pantallas de transparencia variable; así, dependiendo de la intensidad de la luz, la célula fotoeléctrica ajustaba qué pantalla iría delante de la lente principal.
Fue tanto el ímpetu del inventor alemán que hasta en la ropa buscó innovar con la creación de una blusa con diseño ajustable.De acuerdo a la Oficina de Patentes en los Estados Unidos, en 1936 registró un diseño nuevo, original y ornamental para una blusa de botones al frente.