Productores de la flor de Nochebuena, originarios de Caltongo, Xochimilco, enfrentan serios problemas para comercializar la planta originaria de México y que simboliza a la Navidad en el mundo, debido a la obra “Rehabilitación y Modernización de la Avenida Nuevo León” donde, acusan, prevalece la corrupción alentada por el Delegado Avelino Méndez Rangel, y se impide movilizar la flor para su comercialización.
Además, a la crisis que tratan de superar –ya en plena temporada de venta de la flor– se suman los estragos del sismo ocurrido el pasado 19 de septiembre y que aún no han sido atendidos tanto por el Gobierno de la CdMx como por las autoridades de la demarcación, y la alta contaminación de los canales que conectan las chinampas con la zona de descarga de flores y plantas listas para comercializarse.
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Ciudad de México, 19 de noviembre (SinEmbargo).– La venta de la flor de nochebuena en el barrio de Caltongo, en la delegación Xochimilco, está amenazada por la corrupción y los estragos del sismo ocurrido el pasado 19 de septiembre en la capital del país.
La también llamada «Flor de Navidad», que representa las fiestas decembrinas alrededor del mundo, tiene orígenes en el sur de México y de acuerdo con la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), las seis principales entidades productoras en el país son Morelos, con 5.7 millones de plantas; Michoacán, con 4 millones; Ciudad de México, con 3.1 millones; Puebla, con 1.4 millones; Jalisco, con 1.3 millones, y Estado de México, con 883 mil plantas.
El año pasado, estas flores ocuparon 246 hectáreas de territorio nacional y con su producción generó más de 3 mil empleos directos y cerca de 9 mil indirectos.
En entrevista para SinEmbargo, la doctora Laura Trejo Hernández, investigadora del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que en 1825 el entonces Embajador de Estados Unidos en el territorio nacional, Joel Roberts Poinsset, llevó una planta de Nochebuena a su país.
En épocas prehispánicas, dijo, era una flor de ceremonia y actualmente, gracias a los franciscanos, es el emblema de las fiestas decembrinas en el mundo.
«La Nochebuena es el símbolo floral de Navidad en el planeta», sostuvo.
PRODUCTORES DE LA CDMX EN PROBLEMAS
En el barrio de Caltongo, en la Delegación Xochimilco, José Luis García Díaz –de 55 años– se ha dedicado desde hace cuatro décadas a la producción de Nochebuena y de plantas ornamentales. Así fue como sacó adelante a sus tres hijos, dos de ellos ingenieros agrónomos.
No obstante, las problemáticas que los agricultores de la región enfrentan en este momento y desde hace varios meses son principalmente la obra “Rehabilitación y Modernización de la Avenida Nuevo León”, además de los estragos del sismo ocurrido el pasado 19 de septiembre y la contaminación de los canales que conectan las chinampas con la zona de descarga de las flores y plantas listas para el comercio.
Luis Amauri García Valderrama, productor e ingeniero agrónomo por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), explicó cada punto:
–La remodelación de la Avenida Nuevo León, que abarca de la calle Violeta hasta el Puente de Urrutia, comenzó desde abril y las autoridades delegacionales se comprometieron a concluirla en octubre pasado, pero eso no ha ocurrido, por lo que en ocasiones se cierra el paso y si se encuentra abierto el tránsito vehicular es sumamente lento. Esto afecta a las plantas porque el intenso sol quema y deshidrata la Nochebuena, dijo.
–El sismo afectó la venta de las plantas, al no formar parte de los artículos de primera necesidad, expuso. El comercio se detuvo al menos un mes; por ejemplo, la venta de cempasúchil se paralizó y trajo pérdidas a los productores que hasta hoy continúan en incertidumbre, y ahora también por la venta de Nochebuena.
–Las aguas muertas en el canal de Caltongo –que conecta el área de chinampas con la zona de descarga de plantas para los campesinos– son otro problema al que se enfrentan, dijo. Esto ha sido ocasionado porque algunas personas han obstruido el canal, lo que provoca el estancamiento del vital líquido por falta de oxígeno y, por tanto, la acumulación de bacterias y virus que dañan raíces y tallos en las plantas que se producen en las chinampas.
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ENEMIGOS DE LA NOCHEBUENA
Los vecinos y productores de plantas ornamentales del barrio de Caltongo denuncian corrupción por parte del Gobierno de Xochimilco a cargo de Avelino Méndez Rangel, a quien señalan por incumplir con sus obligaciones de transparencia y por negarse a entregar la obra “Rehabilitación y Modernización de la Avenida Nuevo León” que no presenta avances significativos, a siete meses de su inicio.
Las obras inconclusas han desatado diversas problemáticas entre las que destacan el tráfico vehicular intenso que además ha provocado el número de asaltos a automovilistas y transeúntes; escasez de agua, fugas del vital líquido, padecimientos respiratorios provocados por el polvo, cierre de negocios y riesgo en la comercialización de la producción de flor de Nochebuena, principal ingreso de las familias del barrio.
El lento tránsito vehicular causa que un tramo en el que antes de las obras se requerían entre 30 y 40 minutos, hoy incluso se quintuplique. Las plantas de nochebuena fácilmente se deshidratan y queman, por lo que en ocasiones ni siquiera alcanzan a llegar sanas a los destinos de venta que son los mercados de Cuemanco, Xochimilco y Madreselva.
Otra consecuencia del tránsito es la poca llegada de habitantes de otros puntos de la Ciudad de México a Xochimilco. Por ello, los inconformes exigen que el Delegado se presente en la plazuela de Caltongo para dialogar y poner fin cuanto antes a las obras.
«Ahorita nuestro verdadero problema es la avenida Nuevo León. [A las nochebuenas] les pega mucho el sol, las hojas se queman. La gente no ha llegado. Se quedan en la entrada porque no hay paso. Nos afecta demasiado», lamentó el señor José Luis.
Por la situación, teme que esta temporada, parte de las 50 mil plantas que produjo con la decena de personas a quienes ofrece empleo y sus dos hijos ingenieros agrónomos, se convierta en pérdida, como ocurrió con el cempasúchil.
Luis Amauri, hijo de José Luis explicó que desde el mes de marzo inician las tareas para pintar de rojo la temporada decembrina. Comienzan a sembrar el tercer mes del año, invierten hasta 12 horas diarias en los trabajos para que las primeras plantas comiencen a comercializarse los primeros días de noviembre.
Sin embargo, el joven egresado de la UAM declaró que este año la planta se adelantó en la pigmentación y en la floración, pues las tormentas y frentes fríos que se aproximan aceleraron el proceso.
Cada año, la familia García Valderrama produce entre 16 y 20 colores de nochebuena, entre los que se encuentran iceponch, que es rosa con el centro blanco; mari, amarillo con tonalidades durazno, monette, rosa con matices amarillos o viceversa, verde limón, rosa deslavada, rosa pastel, entre otros.
La temporada de venta dura un mes, comienza aproximadamente el 15 de noviembre y culmina alrededor del 15 de diciembre y prevén que sus plantas requieran un espacio de alrededor de 150 canoas para ser movilizadas al embarcadero y después a camionetas que las llevarán a los puntos de venta.
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SIN APOYO GUBERNAMENTAL
José Luis sostuvo que durante los 40 años que se ha dedicado a la actividad, ninguna autoridad le ha brindado apoyos o incentivos para la producción de plantas. Incluso, acusó, cuando ha intentado aplicar le son negados porque únicamente le son otorgados a «los cuates» del Gobierno delegacional en turno.
«Quisiéramos recibir algún apoyo, pero es nada más para puros amigos del pinche Delegado», acusó e hizo un llamado a «que haga consciencia por su pueblo. Es cuestión de consciencia, de querer hacer las cosas y si no puede que diga porque hay mucha gente preparada».
En el mismo sentido, Amauri denunció que «no hay ningún apoyo del Gobierno […] Se concentra en pocas personas, realmente no se hace colectivamente […] Prácticamente no se ha venido a parar ninguna autoridad: ni jefes de manzana ni delegados. Nadie apoya aquí».
Finalmente, urgió a las autoridades delegacionales a que «se vengan a parar un día [a Caltongo]. Que vean cómo es producir, qué tan pesado es estar de ocho de la mañana a ocho de la noche en este lugar, cuáles son las dificultades que hay en estos sitios con el agua, con el clima, y ahora hasta porque no hay por dónde circular».