A pesar de la llegada del Ejército mexicano a cuatro municipio de Veracruz, la violencia en el estado no cesa. La madrugada de ayer, seis jóvenes fueron atacados a tiros al salir de un bar en Orizaba. Ahora, un comando irrumpió en una parroquia de Poza Rica y se llevó a dos sacerdotes, de 50 y 30 años de edad, así como al chofer de la Iglesia, quien de alguna manera logró escapar hacia la ciudad, donde es atendido de tortura. Los sacerdotes fueron encontrados muertos esta tarde. Utilizaron estolas para atar a sus víctimas antes de privarles la existencia. "La situación en Poza Rica, como en todo el estado, es preocupante. Estamos en una etapa de descomposición”, dijo el padre Juan Jaime Suárez Silva.
Por Miguel Ángel León Carmona e Ignacio Carvajal
Xalapa, Veracruz/Ciudad de México, 19 de septiembre (SinEmbargo/Blog Expediente).- "Mataron a dos compañeros sacerdotes. Cuando llegó la Fuerza Civil a la parroquia encontraron manchas de sangre en el piso. Desde entonces comenzó la tortura. Ahora nos confirma el Decano de Poza Rica que a ambos los acabaron a balazos. “La situación en Poza Rica, como en todo el estado, es preocupante. Estamos en una etapa de descomposición, carajo”.
Palabras del presbítero Juan Jaime Suárez Silva, quien confirma el asesinato de los sacerdotes: Nabor Alejo Jiménez Juárez, de 50 años y José Alfredo Suárez, de 30 años de edad, los cadáveres fueron encontrados en el predio conocido como La Cueva del Diablo. Los asesinos, en un acto escalofriante, utilizaron estolas para atar a sus víctimas antes de privarles la existencia.
Cabe mencionar que hubo una tercera persona secuestrada que logró escapar de los agresores, de él, únicamente se sabe que labora como chofer de la parroquia de Fátima en Poza Rica, Veracruz, donde los hechos se suscitaron durante la madrugada de este lunes, 19 de septiembre.
“No sabemos cómo, pero el chofer logró zafarse de estos hombres y se echó a correr. Llegó hace unas horas a la ciudad. Es todo lo que te puedo decir”, comenta el Jaime Suárez. Sin embargo, en imágenes, disponibles en las redes sociales, se aprecia el dorso desnudo del chofer del párroco Nabor Alejo, con marcas múltiples de tortura en sus brazos y en el pecho.
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Un hecho trágico que se practicó, no obstante el reciente arribo de seis Bases de Operaciones Mixtas del Ejército Mexicano en los municipios de Poza Rica, Tihuatlán, Coatzintla, Papantla; región que en los últimos meses se ha visto asediada por la reincidencia delictiva.
Para muestra, basta la numeralia del Sistema Nacional de Seguridad, ubicando a Poza Rica como la quinta ciudad más violenta del estado, según datos de la Fiscalía General del Estado; que hasta el último día del mes de junio, reportó 21 homicidios dolosos; 14 por arma de fuego, 03 por arma blanca y 04 sin especificar. Todo lo anterior, solo casos con una denuncia interpuesta ante las autoridades.
De acuerdo con el sacerdote Suárez Silva, los hechos se habrían suscitado durante la madrugada, el motivo, un presunto un robo a las instalaciones parroquiales que se encuentran en remodelación. “Yo creo que estas personas creyeron que por las labores de construcción, en contrarían dinero. Supongo que mis compañeros opusieron resistencia y por eso la sangre en el piso”.
En tanto, el decano pozarrincense, Víctor Grajales Lagunes, comparte que los presbíteros ultimados "fueron amenazados, los violentados y se los llevaron en vehículos desconocidos”. Los cuerpos de Nabor Alejo Jiménez Juárez y José Alfredo Suárez se encuentran resguardados en el Servicio Médico Forense de la ciudad de Papantla.
No obstante el fuerte operativo montado por elementos de la Fuerza Civil, las recomendaciones de los mandos estatales al obispo José Trinidad Zapata, fue que suma discreción, para no entorpecer las investigaciones.
Destaca que el secuestro en Poza Rica, no se trata de un hecho sin precedentes en la zona norte de la entidad jarocha, pues el pasado 30 de noviembre de 2013, los padres Hipólito Villalobos Lima y Nicolás De la Cruz Martínez fueron asesinados en Ixhuatlán de Madero, perteneciente a la Diócesis de Tuxpan, Veracruz.
Motivo por el cual, Juan Jaime Suárez Silva, sentencia diciendo: “Yo decía en la homilía de ayer a mis católicos que debemos tener cuidado, pues mucha gente solo está detrás del oro, aferrados sin importar los medios para conseguirlo. Estamos en una etapa de descomposición, carajo”.
LA IGLESIA CLAMA JUSTICIA
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) exigió a las autoridades estatales y federales que esclarezcan los hechos y apliquen la justicia contra quienes resulten responsables del asesinato de los dos párrocos veracruzanos.
"En estos momentos de dolor, impotencia y tragedia provocada por la violencia elevamos nuestra plegaria al cielo por eterno descanso de estos hermanos nuestros, e imploramos al señor la conversión de sus agresores; de la autoridad esperamos esclarecimiento de los hechos y la aplicación de justicia contra los responsables", dijo la CEM en una carta firmada por el cardenal Francisco Robles y el obispo Alfonso Miranda.
Por su parte, la Diócesis de Teziutlán, Puebla, de la que dependían los curas asesinados este día en Poza Rica, exigió al Gobierno de Veracruz una investigación puntual sobre los hechos, al mismo tiempo, hizo el llamado al resto de los sacerdotes a extremar medidas de seguridad ante las condiciones críticas que se viven en la región.
José Alberto Guerrero Hernández, Padre Vicario general de la Diócesis de Teziutlán, lamentó los hechos donde perdieron la vida los dos compañeros sacerdotes que se habían formado en el seminario Mayor de Teziutlán.
Destacó que los padres Nabor Alejo Jiménez Juárez, de 50 años, y José Alfredo Suárez, de 30, habían sido víctima de sustracción ilegal en la iglesia que encabezaban en la colonia Petromex de Poza Rica.
Comentó que se encontraban a la espera de la llamada de los agresores pidiendo el rescate, cuando lamentablemente, se dio la noticia de parte de las autoridades veracruzanas que sus cuerpos habían sido encontrados en Papantla.
En este tenor calificó de lamentable la crisis de inseguridad que se vive en Veracruz, por lo que pidió a "todos los padres, obispos, y a toda la feligresía en general a que nos cuidemos entre nosotros mismos".
Además se debe recurrir "a lo que sabemos hacer, que es pedirle a nuestro Señor que nos tenga en su presencia”.
Reconoció que en días pasados hubo un robo en la iglesia donde estaba el padre Alejo Jiménez, pero de ahí en fuera, no se habían presentado más eventos de inseguridad.
Expuso que los dos ministros eran egresados del seminario Mayor de Teziutlán, Alejo Jiménez, originario de Tehuacán, Puebla; y José Alfredo Suárez era de Paso Blanco, Misantla.
"Le hacemos un llamado a las autoridades veracruzanas, sabemos que hacen lo posible para la seguridad del estado, pero les hacemos un llamado a que nos cuiden mejor, que cuiden al pueblo y se investiguen estos hechos" finalizó.
Al respecto, la Fiscalía General del estado (FGE) de Veracruz, informó que ya identificó al probable responsable de asesinato de los clérigos. Sin dar más detales, y mediante un comunicado, también aseguró que continúa con la investigación de estos hechos.