La FIFA contribuyendo a la pandemia

19/06/2018 - 12:01 am
“El Presidente Enrique Peña Nieto recibe el Trofeo de la Copa Mundial de Futbol en su gira con Coca Cola”. Foto: Especial

Si alguna otra forma de vida inteligente pudiera observar la Copa Mundial de Futbol en Rusia, el evento deportivo más seguido por la humanidad a lo largo y ancho del planeta, tendría una idea clara del grado que alcanza la crisis civilizatoria terrestre. Se espera que cerca de media humanidad, 3,400 millones de personas, sigan el evento. Los ingresos por derechos de comercialización para la FIFA se calcularon en 1,650 millones de dólares y por derechos de transmisión televisiva en el ciclo 2015-2018 se espera llegarán a 3,000 millones de dólares.

Los alienígenas verían la pasión ante este deporte, a la mitad de la humanidad siguiendo la Copa Mundial de Rusia. Verían sobre la cancha a extraordinarios deportistas, personas con una excelente condición y destreza física. Sin embargo, se alarmarían al ver el nivel de sobrepeso y obesidad entre los espectadores, se enterarían por la Organización Mundial de la Salud, el mayor organismo de la humanidad para la protección de su salud, que la obesidad ha alcanzado niveles epidémicos. Algunos funcionarios de este organismo hablan ya de pandemia de obesidad por su extensión a varios países. Constatarían que nunca antes en la historia de la humanidad se había presentado un cambio en su aspecto físico como en los últimos decenios. Encontrarían que más de 1,000 millones de personas tienen sobrepeso u obesidad, es decir uno de cada siete y en poblaciones como la mexicana, entre los adultos, descubrirían que siete de cada diez sufren esta condición.

Se darían cuenta que algo no correspondía entre esa atención de la humanidad a la Copa del Mundo, entre esa apreciación al deporte y la destreza física, y su estado de sobrepeso y obesidad, entre una forma de vida saludable y otra que no lo es. Se informarían que esa pandemia es más o menos reciente, que se ha extendido aceleradamente, de manera especial, en los últimos 30 años por todo el orbe. Sentirían curiosidad de indagar cuales son las causas del aumento de peso en la mayor parte de la población humana y del aumento de las enfermedades y muertes relacionadas a esta situación: diabetes, enfermedades cardiovasculares, varios tipos de cáncer.

Con la capacidad de mirar hacia el pasado, los alienígenas encontrarían que la principal causa de la pandemia está en el cambio de los hábitos alimentarios de la población, que en cada uno de los pueblos representados en la Copa Mundial, y también en aquellos que han sido eliminados antes de llegar a Rusia, existieron alimentos y platillos muy diversos, culturas culinarias muy ricas y muy diferenciadas. Que los alimentos estaban ligados a los diversos ecosistemas donde se encontraban estos pueblos, ligados íntimamente a sus culturas. La alimentación y la cultura culinaria aparecía como el vínculo más profundo de cada una de estas culturas con la tierra, con el espacio particular en que se encontraban en el planeta, con su plantas y animales. Que los alimentos y sus platillos eran muy diversos.

Pero lo que verían en el pasado, no era lo que verían en el presente. Gran parte de esos miles de millones de personas que veían la Copa del Mundo lo hacían sentados, frente a televisores, bebiendo el mismo tipo de bebidas y comiendo el mismo tipo de comidas en todo el mundo, sin grandes diferencias: bebidas altamente azucaradas embotelladas, botanas grasientas y saladas, comida rápida sin valor nutricional y llena de azúcar, grasas y sal. Las diferencias habían ya desparecido, en su mayor parte. Aún quedaban resquicios de esas dietas tradicionales, en algunos países más que en otros. Se interesarían en analizar la composición de lo que estaban comiendo y bebiendo al mismo tiempo en todo el mundo miles de millones de personas frente a los televisores, una gran parte de ellas con sobrepeso u obesidad, otras más, enfermas por lo que comían. Encontrarían bebidas con muy altos contenidos de azúcar y endulzantes, comidas con alto contenidos de grasas y sal, todo en envases y envueltos, todos con las mismas marcas en los cinco continentes. Analizarían la composición de esas bebidas y de esos productos para concluir que eran una causa esencial de la pandemia de obesidad y de sus consecuencias.

Entonces recordarían, los alienígenas, algunos símbolos que observaron al llegar a Moscú para presenciar la Copa Mundial. Entrando a la Plaza Roja, al evento previo a la inauguración del mundial, entre la multitud observarían rodando sobre sus cabezas, dos gigantes balones rojos de aproximadamente ocho metros de diámetro con un gran logo con la palabra Coca Cola, la bebida que se estaba consumiendo por cientos de millones de espectadores televisivos a lo largo y ancho del planeta. Los niños, en un gran número de países ya estaban integrados al proceso de la Copa Mundial, venían llenando álbumes con los jugadores de los equipos que participarían en el evento, álbumes con el mismo logo, comprando esta bebida para obtener algunas estampas que sólo podían encontrar adquiriendo ese producto. Meses previos al Mundial, Coca Cola, con toda su propaganda había llevado la copa para visitar diversos países donde sería recibida, en varios casos, la Copa junto con Coca Cola, por los mismo primeros ministros o presidentes. La Copa y Coca Cola aparecerían como parte de una misma cosa. La empresa refresquera no es sólo patrocinadora de la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA), tiene la calidad de socia de esta federación. FIFA hiso socia a Coca Cola, vinculando su producto, el mismo que los visitantes extraterrestres habían confirmado que generaba un daño a la salud, con el espectáculo deportivo más visto por la humanidad, asociando el deporte y la vida sana con el consumo de un producto clave en la epidemia de obesidad y diabetes.

“Programa de Escorts de McDonald´s utilizando a los niños para promocionar el consumo de productos no saludables”. Foto: Especial

Por otro lado, otros niños, un grupo más selecto, cumplirían su sueño de salir a la cancha de la Copa del Mundo de la mano de sus estrellas, de los jugadores de las selecciones nacionales. Gracias al programa de Player Escort de McDonald´s, también patrocinador de la Copa Mundial, aunque no con la calidad de socio de FIFA que tiene Coca Cola, se “permite a los niños del mundo la posibilidad de entrar a la cancha de la mano de sus héroes del futbol”. Pudieron observar como los niños que acompañaron a las selecciones en los primeros partidos en Rusia llevaban en las camisetas el logo de McDonald´s, cómo atrás de cada entrevista a jugadores y entrenadores estaban, entre otros logos, los de Coca Cola y McDonald´s, como alrededor de todo el campo aparecían en las vallas circundantes los logos de estas empresas. Investigaron a esta empresa y se dieron cuenta que era la mayor vendedora de comida rápida alrededor del mundo y la que tenía las estrategias más efectivas para atraer a los niños al consumo de sus productos, utilizando un payaso como símbolo, introduciendo en sus espacios de venta juegos infantiles, convirtiéndose en la empresa que más juguetes distribuye en el mundo a través de su Cajita Feliz. Se sorprendieron al saber que McDonald´s ya se había retirado del patrocinio de los Juegos Olímpicos por las protestas en contra, por la incongruencia que un evento deportivo promoviera el consumo de alimentos no saludables. La mayor empresa de comida rápida había participado en el patrocinio de los Juegos Olímpicos por 41 años y se canceló el contrato antes de que llegara a su término en el 2020. Pero ahí estaba McDonald´s, seguía como patrocinador de la Copa del Mundo.

La salida de McDonald´s del patrocinio de los Juegos Olímpicos no fue explicada por los funcionarios del Comité Olímpico Internacional ni por la empresa. Quien explicó la causa fue Patrick Nally que en los años 80 ayudo al COI a armar su estructura de patrocinio. Se refirió a la creciente preocupación pública sobre los vínculos entre el consumo de comida chatarra y la epidemia de obesidad y señaló: “en cada juego se ve una tormenta de críticas en los medios de comunicación por que McDonald´s está presente en los Juegos Olímpicos y eso sólo ha empeorado”. El caso de McDonald´s es el principio.

A los visitantes no terrestres, no dejaría de sorprenderles que el evento deportivo más visto en el mundo es promocionado por dos de las empresas globales más poderosas en la producción de comida chatarra y bebidas azucaradas, mientras la población enfrenta una epidemia de obesidad debido al consumo, justamente, de este tipo de alimentos y bebidas no saludables. La Organización Mundial de la Salud señala que: “La obesidad infantil es uno de los problemas más graves del siglo XXI”. Por lo anterior, la OMS creó la Comisión para Acabar con la Obesidad Infantil la que declaró: “Urgente promover la ingesta de alimentos sanos y reducir la ingesta de alimentos malsanos y bebidas azucaradas”.
Concluirían que la FIFA, sin duda, actúa en contra de las recomendaciones de la OMS, de ese órgano mayor de la humanidad para la protección de la salud, que la FIFA atenta contra la salud de los niños al permitir estos patrocinios que buscan inducirlos al consumo de productos que no son saludables, usando la relación con el evento más exitoso de deporte en el mundo, usando coleccionables, el logo en los eventos, la publicidad en los medios, concursos para que los niños acompañen a los jugadores, a las grandes figuras futbolistas promoviendo el consumo de sus productos, asociando a sus bebidas azucaradas con el deporte como si su consumo fuera parte de formas de vida saludables.
Concluirían que algo anda mal en una civilización que actúa en sentido contrario a la resolución de sus problemas, es decir, que los agudiza, una civilización guiada por el lucro de sus grandes corporaciones y no por la protección de la salud de la población, especialmente de los niños. Se preguntarían, entonces, si lo que habían encontrado en la tierra era otra forma de vida inteligente. Habían encontrado vida, sin duda, ¿pero inteligente?.

Los alienígenas se darían cuenta que no todo estaba perdido, habían encontrado que estos productos habían sido prohibidos en escuelas de varias naciones, que gobiernos realizaban campañas para reducir su consumo, que se les imponían impuestos para que las opciones más saludables fueran más accesibles, que se comenzaba a poner etiquetados de advertencia en sus etiquetas, que se hacían esfuerzos por revalorizar los alimentos y las dietas tradicionales, y que, incluso, comenzaban a realizarse campañas para que estos productos no se publicitaran en eventos deportivos, como la Copa del Mundo.

Una invitación:
Redes de organizaciones de consumidores, de derechos de la infancia y de protección de la salud de América Latina, junto con la organización Corporate Accountability, acabamos de lanzar una campaña de firmas para pedir a la FIFA y a los miembros del Consejo de Asesores de Derechos Humanos de esta federación internacional no acepten patrocinios de productos no saludables en los eventos que organiza, que se comprometan con promover y proteger la salud, especialmente de los niños, en este mundo afectado por una epidemia de obesidad, que no contribuyan a ella. Usted puede apoyar esta iniciativa firmando una carta que le llegará directamente a FIFA y a los miembros del Consejo Asesor de Derechos Humanos de esa federación, en: https://elpoderdelconsumidor.good.do/es/exigeafifa/

Alejandro Calvillo
Sociólogo con estudios en filosofía (Universidad de Barcelona) y en medio ambiente y desarrollo sustentable (El Colegio de México). Director de El Poder del Consumidor. Formó parte del grupo fundador de Greenpeace México donde laboró en total 12 años, cinco como director ejecutivo, trabajando temas de contaminación atmosférica y cambio climático. Es miembro de la Comisión de Obesidad de la revista The Lancet. Forma parte del consejo editorial de World Obesity organo de la World Publich Health Nutrition Association. Reconocido por la organización internacional Ashoka como emprendedor social. Ha sido invitado a colaborar con la Organización Panamericana de la Salud dentro del grupo de expertos para la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia. Ha participado como ponente en conferencias organizadas por los ministerios de salud de Puerto Rico, El Salvador, Ecuador, Chile, así como por el Congreso de Perú. el foro Internacional EAT, la Obesity Society, entre otros.
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