Dolia Estévez
19/01/2018 - 12:00 am
Injerencia yanqui
Difícil saber qué está detrás de la declaración de McMaster. La retórica oficial estadounidense, más aun la del gobierno de Trump, es engañosa. Seguido lleva doble mensaje. Busca generar polémica, desviar la atención de algún tema incomodo o tener impacto sobre una audiencia determinada. Con frecuencia, lo que dicen los funcionarios, aun los de más alto rango, no es verdad. Puede ser información falsa que los mismos servicios de inteligencia pasan a la Casa Blanca para avanzar sus propias agendas. Cualquiera fuera el caso, el comentario del militar, dicho a propósito o no, dirigido a México o no, falso o cierto, es una intromisión en los asuntos internos de México.
Washington, D.C.—Hasta ahora, la única injerencia concreta y visible en el proceso electoral mexicano viene de Estados Unidos, no de Rusia. El General H.R. McMaster, asesor de seguridad nacional de Donald Trump, recientemente dijo: "incluso, ya se se han visto indicios iniciales de [interferencia rusa] en las campañas presidenciales mexicanas", según constaté en un video en el Facebook de la Fundación Jamestown, el centro presuntamente fundado con ayuda de la CIA que patrocinó el evento donde habló. McMaster usó el "se" impersonal para eludir decir quienes, según él, "han visto" indicios de intervención rusa en México. Tampoco identificó a los beneficiarios de la presunta ayuda.
Medios y plumas obsequiosos no tardaron en extrapolar el comentario. El viernes pasado, Frida Ghitis, columnista de The Washington Post, usó las palabras del General para relacionar al aspirante presidencial Andrés Manuel López Obrador con Rusia vía John Ackerman, viejo partidario de AMLO. Para demostrar el tutelaje ruso sobre AMLO, Ghitis, cuyas opiniones no necesariamente representan la línea editorial del emblemático diario, se refirió a la colaboración de Ackerman con Russia Today, la cadena televisiva de Vladimir Putin. Ackerman, profesor de la UNAM quien además colabora con Proceso y La Jornada, niega ser agente ruso o de la CIA, epíteto que algunos también le endilgan. A su vez, la agencia noticiosa Reuters señaló que algunos académicos, a quienes no identificó, consideran a AMLO "el favorito del Kremlin". AMLO se mofa de las versiones y niega tener relación con Rusia.
“El que Russia Today le ha dado espacio a Ackerman, no es prueba [de interferencia rusa] pues Russia Today les da espacio a muchos, incluso me ha contactado a mi para entrevistas. Ser comentarista de la Voz de América no te vuelve agente de la CIA en automático", me dijo Patricia H. Escamilla-Hamm, experta sobre temas de seguridad México-Estados Unidos y ex catedrática del Centro de Estudios Hemisféricos de Defensa del Pentágono. Financiada con fondos públicos, La Voz de América es la contraparte estadounidense de Russia Today.
"Una lectura de la idea de que Rusia quiere promover la candidatura de AMLO, si es verdad, es que sea producto de la campaña de miedo y desprestigio contra él”, vaticinó Escamilla-Hamm. De ser el comentario de McMaster parte de la guerra sucia contra AMLO, querría decir que las expectativas del gobierno de Trump de que gane las elecciones de julio son más altas de lo que están dispuestos a reconocer públicamente. Lo dicho por McMaster podría ser un golpe preventivo para desacreditar desde ahora el eventual triunfo de AMLO.
Difícil saber qué está detrás de la declaración de McMaster. La retórica oficial estadounidense, más aun la del gobierno de Trump, es engañosa. Seguido lleva doble mensaje. Busca generar polémica, desviar la atención de algún tema incomodo o tener impacto sobre una audiencia determinada. Con frecuencia, lo que dicen los funcionarios, aun los de más alto rango, no es verdad. Puede ser información falsa que los mismos servicios de inteligencia pasan a la Casa Blanca para avanzar sus propias agendas. Cualquiera fuera el caso, el comentario del militar, dicho a propósito o no, dirigido a México o no, falso o cierto, es una intromisión en los asuntos internos de México.
McMaster no es el primer alto funcionario del gobierno de Trump en entrometerse. El año pasado, John Kelly, actual jefe del gabinete de Trump, pronosticó que si las elecciones "fueran mañana", probablemente ganaría "un candidato de izquierda y antiestadounidense" lo cual, advirtió, "no puede ser bueno para Estados Unidos". Luis Videgaray dijo en su momento que reclamó a Kelly el comentario y pidió que Estados Unidos no se metiera. Videgaray debe hacer lo mismo con McMaster. Debe pedirle probar su temeraria aseveración o callarse.
Nadie niega que Rusia o intereses rusos tienen la capacidad de intervenir o tratar de intervenir en las elecciones de otros países, como se ha documentado en Estados Unidos, Alemania, Francia, Cataluña, entre otros. Rusia dispone de ejércitos de hackers anónimos capaces de lanzar ataques cibernéticos de desinformación y difamación vía las redes sociales. Su propósito es sembrar miedo y confusión en el electorado. Los vimos actuar con virulencia contra Hillary Clinton en la contienda de 2016 y los estamos viendo nuevamente en las precampañas de las elecciones intermediarias en noviembre próximo en este país. De acuerdo a la firma especializada Trend Micro, hackers rusos recientemente abrieron direcciones en Internet muy similares al sistema de correo electrónico disponible sólo a usuarios de las redes de computadoras internas del Senado de Estados Unidos (The Post, enero 13, 2018). El propósito es engañar a los usuarios para que revelen sus contraseñas y datos personales.
No dudo que los rusos estén tratando o vayan a tratar de intervenir en México. Lo sorprendente sería que no lo hicieran. Sin embargo, no hay elementos suficientes para saber qué se proponen. O a quien apoyan. El hecho de que AMLO reciba cobertura positiva en medios rusos no es prueba suficiente de intromisión. Si, como dice McMaster, la meta de Rusia es "polarizar a las sociedades democráticas" para debilitarlas y generar caos, la imposición ilegítima de José Meade sería la vía más segura para llevar a México al despeñadero. En la lógica del Kremlin, tendría más sentido invertir recursos en Meade que en AMLO.
Sea como sea, el General McMaster tiene la obligación de explicar su afirmación. No tiene derecho a lanzar versiones infundadas que sólo echan más leña al fuego; propalar rumores desestabilizadores que sólo abonan al ya de por sí enrarecido clima electoral. Es irresponsable especular con algo tan delicado. Eso sí es injerencia.
Twitter: @DoliaEstevez
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