Cambia el color de las hojas de los árboles. En algunas partes del mundo es primavera, pero aquí el otoño ha sentado ya sus reales. Un tiempo para cantar, bailar y disfrutar –por qué no- de la melancolía
Ciudad de México, 17 de octubre (SinEmbargo).- Cuando el sol se vuelve reticente, las hojas de los árboles comienzan a palidecer. Todo indica que ha llegado el otoño y con él la melancolía, el esplín, ese letargo dulce e ideal para escribir poesía –aunque sea mala- y pensar en los amores perdidos.
No es la tristeza, es la vida de la especie humana que se adapta hasta con el espíritu a los cambios climáticos, aun cuando estos sean los tiempos –convengamos- en que el calentamiento global ha puesto las cosas patas para arriba en lo que a estaciones se refiere.
Pero aquí estamos para celebrar octubre, ese mes que la poeta y pintora Tanya Huntington es aquel en que le pasan cosas buenas, como por ejemplo que entren a la imprenta dos libros suyos en forma simultánea.
Nunca faltan canciones, menos en octubre.