México, 17 Oct. (Notimex).- Un recorrido visual sobre el contexto cultural, social y económico de la tradicional y ancestral bebida de México, el pulque, fue inaugurado hoy en el Museo Nacional de Agricultura de la Universidad Autónoma de Chapingo.
Bajo el título “El Pulque y sus bienquerientes”, la muestra integra 35 fotografías algunas provenientes del Fondo Casasola, que resguarda la Fonoteca Nacional, y otras del fotógrafo Nacho López y Marco Antonio Cruz, quienes compartieron sus series “México acostumbra echarse una copa a las dos de la tarde” y “La hija de los apaches, la última pulquería de la colonia Roma”, respectivamente.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el espectador podrá apreciar hasta el 16 de noviembre cómo la bebida es procesada, desde la extracción del aguamiel y su paso por los tinacales, hasta su consumo.
Además, de los peculiares nombres de las pulquerías, las fachadas y sus interiores; los protagonistas y sus estados de ánimo; el departamento de mujeres y los orinales, entre otros espacios que transmiten movimiento y permiten adivinar los sonidos y hasta los olores de estos populares centros de reunión.
Según el tonalamatl, calendario adivinatorio de los aztecas, el signo de quienes nacían en un día ome tochtli, o dos conejos, era el de la borrachera; dicho augurio no debía tomarse a la ligera, porque al menos estaban implicados Mayahuel y Tezcatzoncátl, los dioses del maguey, el pulque y la embriaguez.
En la época de la Colonia, el pulque se desacralizó y algunos españoles con visión de negocio se dedicaron a explotarlo de manera comercial, mientras que otros se aficionaron a su consumo.
El 18 de noviembre de 1546 se abrió el primer establecimiento donde se expendía la blanca bebida en la Ciudad de México, pero casi de inmediato las autoridades civiles y religiosas desacreditaron su consumo y entre 1607 y 1625 estuvo prohibido, lo que sirvió sólo para elevar su precio y las ganancias de quienes traficaban con el.
Los castigos que se impartían a quienes consumían la bebida, variaban según el infractor, había alcohólicos de primera, representados por los españoles y los beodos de segunda, título correspondiente a los naturales, mientras que los indios borrachos eran encarcelados y azotados en la plaza mayor.
Una vez consumada la independencia en 1868, apareció publicado en el periódico progresista “La Orquesta” un artículo en el que el fermentado tomó la palabra para denunciar la persecución de la que había sido objeto y demandar un trato digno de los gobiernos nacionalistas.
Sin embargo, pocos años después Porfirio Díaz arremetió contra el pulque y apoyó de manera decidida a la cerveza; actualmente, la producción del pulque aún es artesanal y su consumo es cada día menor.