Por Pablo Ramírez Granados

La contaminación del aire es un problema tan grave en México que todos los días más de 50 personas, principalmente menores a 5 años de edad, mueren por ello. ¿Qué tenemos que hacer para que esto cambie?

Dado que la contaminación del aire es un problema muy complejo que involucra factores económicos, políticos y sociales, desde Greenpeace creemos que la solución tiene que venir del trabajo coordinado entre el gobierno, la academia y la sociedad civil.

Por ello, el mes pasado nos reunimos con autoridades federales y locales, investigadoras e investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública, Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, la Universidad Nacional Autónoma de México, y otras organizaciones de la sociedad civil como El Poder del Consumidor. El propósito fue determinar, desde sus distintos saberes, cuáles son las acciones necesarias y cuándo tienen que ocurrir para garantizar que México tenga un marco normativo capaz de evitar la contaminación ambiental.

De ese encuentro resultó la siguiente ruta de trabajo:

1) Actualizar las normas de salud ambiental porque los límites de contaminantes que permiten son muchísimo más altos a los recomendados por la Organización Mundial de la Salud. Esto es principalmente responsabilidad de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS).

Para lograr la modificación de las normas es muy importante que se inscriban en el programa de revisión y modificación del 2019, cuyo registro cierra el 30 de noviembre.

2) Actualizar la NOM 156 sobre monitoreo del aire porque nos urge tener información oportuna y válida sobre el aire que respiramos a nivel nacional. Esta tarea corresponde a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).

Para que esta Norma funcione de manera correcta es necesario especificar los criterios técnicos y geográficos que nos ayuden a identificar qué regiones requieren ser monitoreadas y también para determinar qué tipo de contaminantes se deben medir en cada estación de monitoreo. Es importante que esta Norma ponga énfasis en los grupos vulnerables e integre a la red de monitoreo las zonas rurales que hasta el momento no están contempladas en las regiones prioritarias para monitorear, a pesar de que frecuentemente son vecinas de grandes industrias como las refinadoras, ladrilleras, acereras, mineras, etc.

Ciudades y zonas obligadas a monitorear la calidad el aire

3) Trabajar en una Agenda Nacional de Calidad del Aire que permita fortalecer la Estrategia Nacional de Calidad del Aire y en la que se puedan conjuntar distintos esfuerzos que ya existen y que tienen el mismo objetivo.

4) Garantizar y fortalecer los mecanismos de participación de la academia y sociedad civil a través de la conformación de un Consejo Nacional de Salud Pública con dos comités: uno de normalización y otro de medio ambiente que acompañe y vigile los procesos necesarios de revisión, modificación y colaboración con las instancias gubernamentales para el cumplimiento de las normas de calidad del aire, que además garantice la transparencia y rendición de cuentas.

La contaminación del aire es un asesino invisible, necesitamos desenmascararlo y hacerlo público, como también tenemos que evidenciar a quienes son responsables de ello para que tomen acciones contundentes para resolver este problema pronto.

Nosotros también podemos ser parte del cambio. Te invitamos a sumar tu firma aquí para exigir a la COFEPRIS que modifique ya las Normas. 

*Pablo Ramírez Granados es campañista de Revolución Urbana de Greenpeace México

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Greenpeace

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