El Senado Mexicano ratificó a Juan José Gómez Camacho, Manuel Gómez Robledo y Juan José Guerra Abud, como embajadores. Los dos primeros fueron cuestionados por su negación de la crisis de derechos humanos en México, y el tercero por su falta de experiencia diplomática.
Por Juan Luis García y Sergio Rincón
Ciudad de México, 16 de diciembre (SinEmbargo).– Defensores de derechos humanos y legisladores se mostraron preocupados ante los nombramiento que ayer aprobó el Senado de la República del nuevo representante de México ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Juan José Gómez Camacho, y de quien será el nuevo Embajador en Francia, Juan Manuel Gómez Robledo.
El primero avaló, en su carácter de representante de México ante la Unión Europea, la “verdad histórica” sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, y el segundo cuestionó a la ONU al señalar que en México no existía la tortura sistemática, como concluyó un informe de Juan E. Méndez, Relator Especial sobre la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes.
El pleno del Senado aprobó ayer seis embajadores y dos cónsules, pese a las críticas de expertos y organizaciones civiles que vieron en algunos de los diplomáticos la continuidad de políticas de puerta giratoria y de colocar en puestos clave a funcionarios que se han destacado por ocultar violaciones en materia de derechos humanos, y ser "alérgicos" a su reconocimiento.
Uno de ellos fue Gómez Camacho, quien fue aprobado con 105 votos para ser representante de México ante la Organización de las Naciones Unidas, con sede en Nueva York.
“Esto es un vil intercambio de favores. Esto desprecia la profesionalización de sus cuadros, una enorme tradición que tenía México. No me extrañaría que después pongan a Javier Duarte, o a César Duarte, como premio por los votos conseguidos. Y esto es lo que hacen los países fallidos”, expuso a SinEmbargo el activista Daniel Gershenson Shapiro.
El diplomático carga con los señalamientos que dejó durante su gestión, que inició en diciembre de 2013, como Embajador ante la Unión Europea (UE), en la que se encargó de evitar que el Gobierno mexicano fuera condenado por el Parlamento Europeo por el caso de los 43 estudiantes desaparecidos de la Normal Rural de Ayotzinapa.
Justo cuando los partidos de izquierda del dicho Parlamento amenazaban con romper el Acuerdo Económico Global, que tiene México con la Unión Europea, por la ausencia de garantías a los derechos humanos. Fue entonces que Gómez Camacho fue enviado a Estrasburgo, Francia, para cabildear con los eurodiputados de la Delegación de México.
Diversos medios locales refirieron cómo el entonces Embajador se dedicó a promover la “verdad histórica” del priista Jesús Murillo Karam, entonces al frente de la Procuraduría General de la República (PGR), y a minimizar la desaparición de los estudiantes, al decir que no reflejaría un retroceso en materia de derechos humanos.
Al respecto, Vidulfo Rosales Sierra, abogado de los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, consideró que el Gobierno que encabeza Enrique Peña Nieto está premiando con nombramientos diplomáticos a un grupo oligárquico que representa la "vieja guardia del autoritarismo priísta" y que tiene como objetivo hablar bien de México en el extranjero.
"Quieren mandar un mensaje del México folklórico, que aquí todo está bien y que las cosas van avanzando. Esos embajadores van a hacer un trabajo político en esta dirección, no son funcionarios que representen al país de manera objetiva. No vamos a ver embajadores que hablen de los problemas de México y que busquen la cooperación de otras naciones para enfrentar los retos que tenemos", aseveró Rosales.
“Yo creo que la designación de Camacho no interferirá con el caso de Ayotzinapa. Puesto que la Caja de Pandora ya está abierta. Me parece que, con esta administración, ahora más que antes, los embajadores llegan a servir los intereses del PRI [Partido Revolucionario Institucional] y su política de tapar violaciones a derechos humanos”, dijo Gershenson Shapiro.
Por su parte, Manuel Gómez Robledo, quien negó los resultados de un informe del Relator Especial de Naciones Unidas sobre la Tortura, Juan Méndez, en marzo de este año, fue avalado por el pleno para ser el siguiente Embajador en Francia.
Previo a su aprobación, el martes pasado durante su comparecencia en comisiones, Gómez Robledo ofreció una disculpa por las declaraciones hechas a finales de marzo en relación al Relator.
“Fue una situación de la que aprendí muchísimo, del comentario que hice en el Senado, en una reunión de carácter informal, dio origen a un debate que demostró cuán arraigada está la importancia de seguir luchando por una mejor protección a los derechos humanos. Y reconozco que ofendí a sectores importantes, y una vez más pido disculpas”, agregó Gómez Robledo.
“Imagínate, antes los embajadores que no eran de carrera, sí eran intelectuales. Octavio Paz en la India o Carlos Fuentes en Francia. Perdón, pero entre ellos y Gómez Robledo hay un abismo de diferencia”, opinó por su parte Gershenson Shapiro.
Luis Carlos Buob, integrante del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional, opinó que los funcionarios que ostentan altos cargos deben tener un perfil correspondiente al respeto y garantía de los Derechos Humanos.
"[Debe tratarse de funcionarios] que apoyen las recomendaciones de organismos independientes, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) o de otros en el marco de Naciones Unidas, que son quienes vienen a documentar y darle herramientas al Estado y a determinar la situación que se está viviendo, que se vivió en el pasado, sobre todo, para evitar que sucedan en el futuro", refirió.
EL PVEM: TAMBIÉN EN LAS EMBAJADAS
Mientras tanto, organizaciones civiles sostienen que estas designaciones siguen siendo parte de la política de puertas giratorias, como lo fue el caso de Juan José Guerra Abud, quien fuera hasta hace tres meses el titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
“Tenemos ya varios años en las que se usan las embajadas para mandar a los amigos, que ya no se pueden recontratar o tener en las instancias públicas de Gobierno. Qué está pasando con la Secretaría de Relaciones Exteriores, van varios ya que no vienen del cuerpo diplomático, relaciones exteriores tiene un servicio civil de carrera”, dijo Clara Jusidman, presidente honoraria de Iniciativa Ciudadana y Desarrollo Social (Incide).
A diferencia de otras aprobaciones, Guerra Abud llega al puesto por la afinidad que tiene con Enrique Peña Nieto, acusó la Senadora Layda Sansores San Román, del Partido del Trabajo (PT), durante una breve intervención desde su curul. “Peña Nieto no olvida: Abud fue su primer jefe, y ahora Peña Nieto le corresponde con generosidad”, dijo.
Organizaciones civiles, como Cause Ciudadano, han dicho que a pesar de los escándalos que han rodeado a dirigentes del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), como la salida del ex vocero de partido del Tucán Arturo Escobar y Vega de la Secretaría de Gobernación por arrastrar una investigación por delitos electorales, la alianza de dicho partido con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) sigue vigente.
“Italia es importante, tiene varios organismos internacionales, la FAO está radicada allá, tiene el Vaticano, aunque hay un Embajador ahí. Las organizaciones italianas ya están preguntando quién es este señor, qué sabemos de él, pero todo lo que sabemos fue su gestión en la Semarnat”, dijo Jusidman.