Borge cuenta dólares pero no los cuerpos: 20 feminicidios en 2015

16/11/2015 - 12:05 am

El asesinato de siete mujeres en menos de tres semanas en Quintana Roo, a la luz del día o en la tiniebla, volvió a conmocionar a México porque fue reflejo de uno de sus problemas más insoportables: el feminicidio. El Gobernador Roberto Borge Angulo rechazó una Alerta de Género, minimizó las muertes y pidió que no fueran “politizadas” para “no afectar” la derrama económica en ese destino turístico. Tanto la incidencia del delito como el mensaje político han hecho que en ese territorio del Caribe se haya instalado el riesgo.

Miles marchan para  exigir justicia por Karen, la universitaria asesinada en Cancún. Foto: Cuartoscuro.
Miles marcharon el 1 de noviembre para exigir justicia por las mujeres asesinadas en Cancún, Quintana Roo, durante las últimas semanas. Foto: Cuartoscuro.

Ciudad de México, 16 de noviembre (SinEmbargo).– De seguir los números, no hay ninguna duda que, para los turistas del mundo, Quintana Roo es el paraíso en la Tierra. En las oficinas de la Secretaría de Turismo del estado se analizan datos que engolosinan: dado un volumen de reservaciones que llegó al 84.3 por ciento, este año cerrará con una derrama histórica de poco más de ocho mil 200 millones de dólares debido a la imparable afluencia por mar, aire y tierra. Los cruceros no dejaron de llegar; tampoco los aviones repletos de hombres y mujeres atraídos por la brillantez de Cancún y la Riviera Maya.

Las cifras oficiales brindan un relato espléndido. En el primer cuatrimestre del año, Quintana Roo recibió tres millones 740 mil 497 turistas, 5.9 por ciento más que en el mismo periodo del año pasado, cuando ya se había impuesto un récord.

Es más, debido al Cancún Travel Mart –una feria magna para proveedores turísticos de todo el mundo– la demanda superó a la oferta de infraestructura.

Quintana Roo es el primer destino turístico de México.

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De seguir los números, no hay ninguna duda de que, para sus mujeres, Quintana Roo es la parada del infierno. 2015 cerrará con datos macabros: casi veinte asesinatos, siete de los cuales ocurrieron en las últimas dos semanas. Será un número que se añada a la montaña de cadáveres que figuradamente tiene la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) de Quintana Roo en sus archivos. En 2012 se documentaron 15, un año después 20 y durante 2014, se contabilizaron 12.

Cuchilladas, puñaladas, labios que simulan flores desgranadas, charcos de sangre en baños y habitaciones, articulaciones rotas, cuellos amoratados. La muerte no anda rondando; se ha hecho presente. Y parece que ha encontrado aliados para que este territorio sea propicio. Cuando, el 4 de noviembre pasado, el cuerpo de Abril Alejandra López Valencia (36 años, originaria de Mérida, migrante en su propio país) fue encontrado en una zona verde que rodea la zona hotelera de Cancún, el Gobernador Roberto Borge Angulo iniciaba una visita a Londres, Inglaterra, para visitar la feria del Travel Market, organizada allá. Fue en su calidad de presidente de la Comisión de Turismo de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago). Al lado de la Secretaria de Turismo, Claudia Ruiz Masseiu, inauguró el pabellón de México.

Desde allá, envió un comunicado.

“Los que hablan de feminicidios y promueven que se emita esta alerta sólo buscan atentar contra el éxito de Quintana Roo, frenar el desarrollo y crecimiento sostenido en turismo, generación de empleos, economía familiar. Quienes hacen esta propuesta, estoy seguro, no conocen siquiera la ley.

“Lo que vemos es que se dispararon en 15 días los casos de violencia intrafamiliar (…) Hay grupos que se han querido aprovechar de estos hechos lamentables… para querer generar un estado de psicosis”, dijo el Gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge Angulo.

Quintana Roo es el estado número 13 en feminicidios de la República Mexicana.

¿POR QUÉ BORGE DICE LO QUE DICE?

El priista Roberto Borge Angulo. Foto: Cuartoscuro
El priista Roberto Borge Angulo ha minimizado el asesinato de mujeres. Foto: Cuartoscuro

El boletín del gobernante fue emitido después de que el Colectivo Ciudadano de Avance Legislativo (Aval) de Quintana Roo y el grupo #Niunamenos de la Universidad del Caribe solicitaron al Gobierno Estatal y al Congreso del Estado su intervención para que se envíe a la Secretaría de Gobernación (Segob) la a solicitud de alerta de género para Quintana Roo. Hasta el cierre de este texto, la solicitud tenía cinco mil firmas.

No hay grandes expectativas. Porque en aquella península del Caribe mexicano, la historia para darle frente a la muerte de mujer ha ocurrido al revés:

En 2011, cuando tomó posesión, Roberto Borge Angulo recibió un estado con “nivel medio” de riesgo para las mujeres, de acuerdo con el primer índice para Alerta de Violencia de Género (IAVG), elaborado por la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim). Un año después, el entonces Procurador General de Justicia del Estado de Quintana Roo, Gaspar Armando García Torres, se presentó en la Cámara de Diputados federal con el “Informe Relativo a las Acciones Implementadas en Quintana Roo, en relación a los Feminicidios Registrados en el País”, del que este sitio digital tiene una copia.  En ese entonces y de acuerdo con el documento archivado en el Congreso de la Unión, el funcionario dijo:

“Conscientes de la imperiosa necesidad de reducir al menor número que sea posible la incidencia de la violencia de género, en particular de las muertas y desapariciones de mujeres y de niñas, hemos emprendido acciones que buscan su protección. Nos encontramos ante conductas que amenazan con el orden social, por ende una de las primeras medidas que debemos adoptar es reconocer e identificar dichas conductas; por su incidencia, por el sector específico al que pertenecen las víctimas, a través de un estudio de sus principales rasgos socio-demográficos, por las circunstancias en las que ocurren y por el tratamiento que se le da a cada una de ellas”.

Prosiguió: “En segundo término, es necesario investigar los factores que favorecen o condicionan su realización, teniendo en cuenta que los factores no determinan las conductas sociales, sino que las propician …”.

El 24 de mayo de ese mismo 2012, el Congreso del estado emitió un decreto para modificar diversos artículos del Código Penal y tipificar el feminicidio. En el artículo 89 bis del Código Penal quedó estipulado que este delito se comete por razones de género. En las fracciones de la uno a la seis las describe. Una es que existan antecedentes de que el asesino haya ejercido sobre la victima violencia familiar.

Ya con un marco jurídico, el Procurador logró su cometido. Para 2014, sólo había un caso de feminicidio en la entidad.

¿Cómo le hizo este funcionario para erradicar en apenas dos años uno de los problemas más insoportables de México? Él mismo dio la respuesta en una rueda de prensa. Informó que la PGJE determinó tipificar como feminicidios sólo cuando se tratara de asesinatos seriales en contra de mujeres.

“No hemos tenido casos que pudiéramos catalogar como feminicidios. Porque nosotros no hacemos, incluso cuando tenemos un hecho (de homicidio contra una mujer) aunque sea violento, porque corremos el riesgo de que si no se dan los elementos de feminicidio como tal, puede el acusado obtener su libertad”, dijo.

Entonces, indicó que el único proceso de feminicidio en la entidad fue contra Jorge Rosales Piña, quien está bajo proceso por el asesinato de cuatro prostitutas en Chetumal. Así, el Procurador desechó el caso de una mujer cuyo cuerpo fue encontrado desnudo en una colonia popular en diciembre de 2013. Y también el de una joven chiapaneca quien apareció muerta en un cuarto de hotel de Cancún. Y ya no tomó en cuenta ni los charcos de sangre ni las huellas púrpura en ninguno de los cuerpos que aparecieron después. Ni siquiera cuando el asesino fue la pareja amorosa.

Sus palabras acentuaron la idea jurídica: “El feminicidio, en términos generales, va enfocado a que el delito se comete por el asunto de género. Es decir, es sólo una fobia, un coraje al solo hecho de que se trata de una mujer”.

Italy Ciani es autora de “Si te callas, te mueres. La violencia contra las mujeres en México”. Fue Subprocuradora para la Atención de Delitos Vinculados a la Violencia de Género en el Estado de México, la primera instancia de este tipo creada en México. Experta en la incidencia de feminicidios, expone: “La tipificación del feminicidio ayuda mucho. Brinda la posibilidad de diferenciarlo de los homicidios dolosos donde muchas veces, las mujeres quedan invisibles en las estadísticas. Las víctimas terminan como un número entre atropellados o víctimas del crimen organizado. Después, es imposible conocer la causa de su muerte”.

Para Ciani Sotomayor, las palabras del Gobernador Roberto Borge en su boletín desde Londres, extrañan si se lee al pie de la letra la fracción primera del artículo 89 bis del Código penal de Quintana Roo, el reformado en 2012. “Que existan antecedentes de que el sujeto activo haya ejercido sobre la víctima violencia familiar [en términos del artículo 176 BIS del Código Penal]. [Borge sostuvo que las muertes en Quintana Roo se debían a una violencia intrafamiliar exacerbada y que por lo tanto, no encuadraban en la tipificación de feminicidios].

Cuando el pasado 15 de septiembre, Gaspar Armando García dejó el cargo de Procurador; el Secretario de Gobierno, Gabriel Mendicuti Loria resaltó que en su gestión la incidencia delictiva había disminuido y además, se había aplicado con éxito el Nuevo Sistema de Justicia Penal. Pero hubo un delito por el cual, no se castigó a nadie: el feminicidio. La PGJE de Quintana Roo respondió a una solicitud de información a través de los mecanismos de Transparencia que no cuenta con información sobre si alguna persona había sido procesada o se le sigue proceso en este momento por tal delito.

FEMINICIDIOS NEGADOS

La joven estudiaba la Licenciatura de Turismo en la Universidad del Caribe (Unicaribe) y fue reportada como desaparecida el lunes. Foto: Facebook
La joven Karen Carrasco, de 19 años,  estudiaba la Licenciatura de Turismo en la Universidad del Caribe (Unicaribe). Su cuerpo fue localizado el 27 de octubre. Foto: Facebook

Aunque hay un abismo entre las cifras de antes y después de la modificación del Código Penal de Quintana Roo mediante la cual se tipificó el feminicidio, la muerte no descansa. Si se escarba un poco entre los casos que la misma PGJE ha hecho públicos, se infiere que las mujeres en la entidad paradisiaca están muriendo por una causa: machismo. En los siguientes asesinatos se alcanza a ver como constante. Ninguno está tipificado como feminicidio, por lo que estos nombres tienen el riesgo de ser olvidados en las estadísticas de la muerte que esconde causas, motivos y patologías sociales.

Karen Carrasco Castilla: Su cuerpo estaba en un lote baldío de la Región 217 de Cancún. Presentaba signos de violación. La necropsia reveló que la causa de la muerte fue por traumatismo cráneo-encefálico y trauma toráxico severos. Era estudiante de la Licenciatura de Turismo en la Universidad del Caribe. Su presunto asesino fue Carmen Ramos López, de 40 años de edad, adicto a las drogas. El mismo Gobernador Roberto Borge Angulo informó de su detención en rueda de prensa. Este asesinato, reportado el 27 de octubre pasado, prendió el coraje para realizar una manifestación por la zona hotelera de Cancún. No será recordado como feminicidio porque no corresponde a un asesinato serial.

Abril Alejandra López Valencia: Ella se fue el 1 de noviembre. La vida se la arrancó César Neri quien ya está detenido. En las horas en que Abril Alejandra no aparecía, él colgó un video en Facebook para informar sobre su desaparición. Lloró mucho frente a la cámara de la computadora y entre sollozos ofreció una recompensa económica a quien brindara información. Él fue su pareja. Ambos trabajaban en el Hotel Parnassus. Los elementos de la PGJE que investigan el caso creen que la tarde fatídica, ella le informó que se casaría con otro. A Abril la identificó su padre por un tatuaje y un collar con un dije. La necropsia reveló una hemorragia cerebral y traumatismo cráneo-encefálico severos. El asesinato no pasó a la historia como feminicidio porque el cuerpo de Abril no presentó signos de ataque sexual.

Rebeca Rivera Neri: Fue encontrada el domingo 18 de octubre. Su cuerpo reveló que perdió la vida por estrangulación. Tenía golpes salvajes y el rostro destrozado. Ella integraba el fenómeno de migración interna que vive Quintana Roo dada su derrama turística. Iba de Veracruz. Tenía signos de haber tenido relaciones sexuales antes de la muerte. La PGJE informó que puede presumirse que Rebeca conocía a su asesino. Por esta muerte no se ha detenido a nadie. Esta historia no está encuadrada en el delito de feminicidio porque no hubo agresión sexual ni se trata de un serial.

María Fernanda Vargas Sánchez: Tenía 13 años de edad. Fue violada y asesinada a golpes de pica hielo en abril de este año. Por su desaparición se lanzó la alerta Amber. 12 horas después, fue encontrada en un camino de terracería frente al fraccionamiento Paseos del Mar en la Región 251. Por la investigación de su muerte, la PGJE abrió dos líneas de investigación. Una, la venganza. La otra: un crimen cometido por un drogadicto. La primera se fincó por el hecho de que la menor y todos los habitantes del fraccionamiento Paseos del Mar utilizaban el camino de terracería para ir a las tiendas ubicadas en la colonia Cuna Maya. El otro posible móvil es que la zona del asesinato está llena de maleza. Se impuso la segunda y siete meses después, la PGJE detuvo a Luis Enrique Meza Calderón “El Peke” en Acapulco, Guerrero.  El sujeto, cuya edad no fue revelada; pero en apariencia está en sus treinta, aceptó que él fue quien asesinó a la menor cuando se encontraba bajo los influjos de varias drogas. Se investigó por homicidio grave y no por feminicidio porque no se trató de un serial.

LA ALERTA DE GÉNERO: NO, NO, NO

El priista Eruviel Ávila Villegas, Gobernador del Estado de México. Foto: Cuartoscuro
El priista Eruviel Ávila Villegas, Gobernador del Estado de México, se vio obligado a solicitar la Alerta de Género para 11 municipios de la entidad, luego de una década de lucha de familiares de víctimas y grupos civiles. Foto: Cuartoscuro

Acéfala durante el primer semestre de Gobierno de Enrique Peña Nieto, la Conavim tiene el encargo de instalar el mecanismo de Alerta de Género en una demarcación cuando alguna Organización no Gubernamental o el mismo gobierno lo solicite. Pero de ocho millones de pesos etiquetados para ese fin, este año sólo ha gastado 179 mil 949.71 pesos, de acuerdo con la respuesta a una solicitud de información en el folio 0000400156615 del Infomex. El gasto fue para viáticos y pasajes de los expertos que hicieron trabajo en terreno.

En julio, el propio Gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, solicitó la Alerta para 11 municipios de su entidad. Después de una década de violencia en contra de las mujeres de manera sistemática, después de muchos cadáveres encontrados debajo de los puentes o en plena vía pública, Ecatepec, Nezahualcóyotl, Tlalnepantla, Toluca, Chimalhuacán, Naucalpan, Tultilán, Ixtapaluca, Valle de Chalco, Cuautitlán Izcalli y Chalco instalaron por primera vez en el país el mecanismo.

Promulgada en 2007, la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, marcó que la alerta no sólo es la declaración de riesgo en un territorio, también implica otorgar satisfacción en cuatro puntos: la aceptación de los Gobiernos de su responsabilidad ante el daño causado y su compromiso de repararlo; la investigación y sanción de los actos de autoridades omisas o negligentes que llevaron la violación de los derechos humanos de las víctimas a la impunidad; la instrumentación de políticas públicas que eviten la comisión de delitos contra las mujeres, y la verificación de los hechos y la publicidad de la verdad.

En Quintana Roo, el Gobernador Roberto Borge Angulo se resiste a la alerta de Género. Primero en un boletín y luego en entrevista radiofónica con Grupo Imagen descartó que en la entidad que gobierna haya condiciones para decretarla. Su argumento es que ninguna de las muertes reúne las condiciones para ser consideradas como feminicidios. Los últimos, sostuvo el Mandatario, son casos de violencia intrafamiliar.

‒ ¿No se dan los elementos para que se declare Alerta de Género; descartas que detrás de esto haya causas de género? ‒preguntó la periodista Adela Micha de ese grupo multimedia.

‒Estamos totalmente seguros de ello. Lo he platicado con los juristas que se encargan del tema en la Procuraduría General de Justicia del Estado, con los colegios de abogados, y también hay que destacar que la Alerta de Género es un mecanismo que no lo decreta el gobierno del estado; esto sería decretado por una instancia federal, y en este momento no están esas condiciones.

Alfredo Narváez, Maestro en Estudios de Género por el Colegio de México, exclama: “El mecanismo de alerta de género no funciona, porque los gobiernos estatales y el federal son juez y parte. Debe ser ejercido en la CNDH o alguna autoridad autónoma de los gobiernos. Por ello está estancada, porque nadie quiere mala prensa, perder votos, verse como un gobierno misógino”.

Para el experto, Borge Angulo politizó las muertes de mujeres en Quintana Roo, justo al pedir que no se politizaran.

“… No quiere nombrar como feminicidio lo que es. Y es por miedo a aceptar la realidad. La negación en México es muy poderosa, y más si se es un gobierno sin política de género. La perspectiva de género es peligrosa: hace visible lo invisible”.

Italy Ciani, estudiosa de los feminicidios en México, abunda: “Más que Alerta lo que se requiere es un reconocimiento por parte del Gobernador. Su discurso político ha logrado que el conflicto crezca. Con sus palabras y actitud, se colocó como el primer macho del estado”.

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Era 1 de noviembre, la celebración del Hanal Pixan, la tradición del pueblo maya para recordar a los que se adelantaron en el viaje a la eternidad. Las calles de uno de los principales destinos turísticos de México se colmaron para honrar a las estudiantes, la niñas, las amas de casas, las migrantes, las putas. Todas, víctimas de feminicidios. Por lo menos, así se leía en las pancartas.

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