El Gobernador de Morelos, Graco Ramírez Abreu, enfrenta la protesta social más fuerte de la historia de Morelos, única entre gobernadores. Quizás desde las manifestaciones de los universitarios contra Javier Duarte de Ochoa en Veracruz no se veía una movilización social tan importante contra un mandatario mexicano. La violencia en Morelos, la falta de respuesta de las autoridades, en hallazgo de fosas con cientos de cadáveres y la cerrazón del perredista para dialogar los problemas del estado han unido a izquierda y derecha.
Cuernavaca, Morelos, 16 de agosto (SinEmbargo).-Graco Ramírez Garrido Abreu, Gobernador de Morelos, enfrenta la mayor movilización en la historia de la entidad y, quizás, una de las más grandes contra un mandatario en México. Miles de ciudadanos salieron a marchar para exigir su renuncia y juicio político,
Fue una marcha multitudinaria: integrantes de al menos 100 organizaciones reunidas en el Frente Amplio Morelense, hombres, mujeres, estudiantes, ancianos, niños, taxistas, choferes, sindicalizados, maestros, sacerdotes, la izquierda, desplazados, familiares de desaparecidos, secuestrados, asesinados, un rector y activistas sociales como el poeta Javier Sicilia Zardain, recorrieron las avenidas y las calles de Cuernavaca en paz, con una sola consiga: Fuera Graco.
Tomaron las calles desde tres puntos distintos y al ritmo de la banda Tlayacapan se encaminaron hacia el zócalo de la ciudad de Cuernavaca. El rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) Alejandro Vera Jiménez encabezó el contingente más numeroso que salió del campus de la universidad y se dirigió a la Glorieta Emiliano Zapata.
Se unió en una sola voz la izquierda del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y la Iglesia católica, una de las principales convocantes. Caminó varios kilómetros la madre con un bebé en brazos. La mujer desplazada por la pobreza que no tiene vivienda, y el empresario harto de las extorsiones.
También marchó la señora que vende comida en una fonda y la vecina de un secuestrado, quien no dejó de llorar cuando el rector Alejandro Vera pidió un minuto de silencio para los desaparecidos y desaparecidas.
Ataviado con una gorra blanca, el rector amenazado de muerte, afirmó que la renuncia de Graco Ramírez Garrido Abreu es una demanda de miles de morelenses que ya no pueden más con la violencia y la inseguridad que azota la entidad.
“Es una manifestación de los universitarios con las organizaciones de la sociedad civil, con los pueblos, con las comunidades, con los sindicatos, con el magisterio, con la sociedad en su conjunto. Nos hemos organizado para expresar nuestro repudio a un Gobierno autoritario, represor, que se ha vinculado con la criminalidad y que ha exacerbado la violencia en nuestro estado”, dijo en entrevista a SinEmbargo mientras marchaba.
Vera insistió en la renuncia de Graco Ramírez y en que rinda cuentas a la justicia mexicanas por los delitos cometidos en contra del los morelensea, a quien acusó de estar coludido con el crimen organizado.
El rector aceptó que aún recibiendo intimidaciones y que el Gobierno de Graco “está pensando en cómo violar nuestros derechos y fincarnos responsabilidades”.
El líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD) Javier Sicilia marchó un poco más atrás que el rector de la UAEM.
Iba con su típico atuendo: sombrero de ala ancha, su chaleco y chamarra, barba cana y su cigarro.
“Es la indignación ciudadana y las organizaciones que se unen para sacar al Gobernador Graco Ramírez y a su gente que ha sido su cómplice en la destrucción, la mentira y la violación a los derechos humanos en un Morelos muy adolorido”, dijo.
Como siempre, Sicilia marchó en paz, a paso tranquilo, sin prisas, pero seguro de que llegaría al zócalo y se apostaría frente al Palacio de Gobierno. Estaba satisfecho con la convocatoria. Eran miles delante y detrás de él en una fila interminable de personas que gritaban consignas.
“¡Fuera Graco! ¡Fuera Graco! ¡Fuera Graco! ¡Fuera Graco!”, una y otra vez en un grito al unísono que retumbaba en medio de las casonas de Cuernavaca.
“La ciudadanía está perdiendo el miedo, a pesar de las intimidaciones del poder, la ciudadanía está por encima de ellos. Lo que quiere decir que la democracia otra vez está del lado donde debe estar”, dijo Sicilia y agregó que si Graco Ramírez tuviera dignidad se iría: “pero lo único que le interesa es trepar, usar, violentar con tal de obtener intereses que terminan por servir al crimen organizado”.
No sólo Sicilia y Vera acusaron al Gobierno de Graco Ramírez de estar coludido con los criminales: la señora de la tiendita, la ama de casa, el trabajador que tuvo un primo secuestrado, también lo hicieron.
“Hay rateros por todos lados, asaltos. En el súper nos han asaltado: se meten dos, cuatro personas, lo avientan a uno y le arrebatan las bolsa”, dijo Leonor, una comerciante que salió al paso a la marcha con pancartas para apoyar al contingente.
Un trabajador administrativo de la Universidad aseguró que salió a marchar porque en su familia se vivió un secuestro.
“Un familiar fue secuestrado, no ahorita, pero ha vivido las injusticias que han ocurrido en Morelos”, indicó Gabriel Albarrán.
Edith Hernández López, una mujer desplazada, sin vivienda, afirmó que Graco Ramírez le pidió el voto cuando era candidato y después, sus policías, llegaron en la noche y le quemaron su casa.
“Me da mucho gusto que el pueblo morelense ya haya despertado, porque Graco empezó con la gente más humilde, los que vivíamos supuestamente en tierras que él dice, son reserva ecológica. Cuando él entró nos fue a quemar nuestras casas, nos dejó sin nada. Nosotros andamos sufriendo porque no tenemos donde vivir, por culpa de él”, dijo.
EL MITIN QUE SACUDIÓ LAS LÁGRIMAS
Cuando los tres contingentes se unieron en el zócalo de Cuernavaca, varios líderes de organizaciones, académicos y activistas subieron al templete en donde habría solamente un orador: el rector Alejandro Valencia.
La multitud invadió las calles aledañas al Palacio de Gobierno donde despacha Graco Ramírez. Gritaron consignas. Le exigieron su renuncia.
“El día de hoy el hartazgo de los morelenses se unió en un solo grito, una sola exigencia: ¡Fuera Graco!”, dijo el rector ante miles de personas congregadas frente en el Palacio de Gobierno.
Vera Jiménez afirmó que la violencia en Morelos es “demencial” y “desbordada”, porque impera la “legalidad por la colusión entre gobernantes y criminales”.
Denunció la colusión del poder legislativo y judicial con el Gobierno de Graco.
“Durante las últimas semanas hemos visto cómo legisladores, encabezados por Francisco Moreno Merino, se han constituido en el tapete y papel higiénico de Graco. Este Diputado calificó a Graco de pederasta, borracho, mitómano y gran estafador cuando era tapete de Marco Antonio Adame Castillo”, recordó.
El Rector exigió la intervención de las autoridades federales y anunció un plantón de dos días en el zócalo y otros puntos, el que, dijo, de no atenderse las demandas del Frente Amplio Morelense por la seguridad y la justicia, compuesto por cien organizaciones, se “radicalizarán las acciones”, dijo.
En los próximos días, adelantó, habrá una consulta pública sobre la renuncia del Gobernador.
Los manifestantes pidieron el inicio de la reconstrucción de Morelos, la salida de Graco Ramírez y que enfrente las denuncias interpuestas en su contra ante la Procuraduría General de la República (PGR) “por peculado, omisión y complicidad en los asesinatos, secuestros, desapariciones forzadas, robo con violencia, extorsiones y los que resulten”.
El Rector pidió a la multitud guardar un minuto de silencio en memoria de las miles de víctimas que “por complicidad de los gobernantes enlutecen nuestra patria y nuestro estado”.
Se cuentan por cientos dijo: “por nuestras y nuestros desaparecidos”. Inclinó la cabeza y el zócalo enmudeció.
Una mujer no dejaba de llorar. Era Marisol Rafael, quien desde lo lejos, entre la multitud, callada, se enjugaba las lágrimas.
“Me da sentimiento el ver cómo estamos aquí y que el maldito Gobierno, que por desgracia hemos escogido, no haga caso de las necesidades de primera mano para nosotros. Que tengamos que llegar a esto para que nos hagan caso” , contestó cuando se le cuestionó sobre la razón de sus lágrimas.
Aunque Marisol no ha padecido el secuestro o la extorsión, conocidos y hasta familiares han vivido esa experiencia:
“Familiares, vecinos, compañeros, los ha secuestrado, los han matado, los ha robado y dicen que es el Mando Único. Si esa es la autoridad que nos está poniendo el Gobernador, ¿qué esperamos de más arriba?. Todos tenemos miedo de salir, nadie usa joyas por el miedo a la detención. Simplemente con vernos, ya nos levantan”, denunció.