Ciudad de México, 16 agosto (SinEmbargo).– El aumento de consultorios adyacentes a farmacias (CAF) está a punto de duplicar su número en relación al 2010 y de acuerdo a organizaciones civiles esto es una señal de la ineficacia del sistema de salud para brindar cobertura de salud a la población.
Las 15 mil farmacias que brindan estos servicios en México generan 300 mil consultas diarias, de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública. Un modelo que ha proliferado por la escasez de servicios de salud y la mala atención, de acuerdo con organizaciones civiles.
“Esto da una idea de que si bien se ha aumentado la cobertura del Servicio Popular, por ejemplo, todavía la gente no le tiene suficiente confianza, o por la propia deficiencia del servicio. Hay un indicio importante de que se necesita todavía mejor atención y acceso efectivo a los servicios de salud de todos los niveles”, explicó Enrique Cárdenas Sánchez, director ejecutivo del Centro de Estudios Espinosa Yglesias.
Un estudio “sobre la práctica de la atención médica en los CAF”, hecho por la Fundación Mexicana para la Salud y el INSP del 2014, determinó que el 70 por ciento de los pacientes que acuden a estos sitios tienen seguridad social, lo que podría ser otro indicativo de la calidad de los servicios que reciben ahí. De acuerdo con expertos consultados, en zonas urbanas los usuarios esperan en promedio 1 hora con 40 minutos para recibir consulta.
Por otro lado, las consultas de farmacias tampoco serían una solución para atender los problemas por los que la gente acude en primer lugar, de acuerdo con la Red por la Salud. “Te dan puro paliativo, pero no tienen capacidad de diagnosticar una enfermedad crónica.
Esa persona que ha estado haciendo uso de esos servicios de treinta pesos, cuando ya llega a un hospital público de tercer nivel ya no hay nada que hacer”, aseveró Yareli Escudero Guadalupe, del Comité Coordinador de la red.
Estos consultorios tuvieron un auge a partir de un acuerdo en el 2010 que estableció lineamientos para controlar la prescripción de antibióticos e impuso como requisito la presentación de una receta médica para su venta. Desde ese momento nuevas cadenas como Farmacias del Ahorro y Farmacias Benavides se sumaron a un negocio dominado por Farmacias Similares que inició con el modelo de consultas en 1997.
Datos de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios detallaron el año pasado que de los CAF, el 35 por ciento pertenecía a farmacias Similares, el 19 por ciento a las Del Ahorro, y empatados con 6 por ciento del mercado, las farmacias Benavides, GI y Dr. Descuento.
De acuerdo con el estudio del INSP mencionado, independientemente del lugar de atención, el problema de la sobreprescripción de medicamentos es un mal generalizado en las CAF, ya que a los usuarios se les recetan tres o más medicamentos.
El mes anterior, la investigadora del INSP, Anahí Dreser Mansilla, sostuvo en conferencia de prensa que el 79 por ciento de los pacientes con un padecimiento respiratorio viral reciben antibiótico, de los cuales 78 por ciento son de amplio espectro, lo que habla de una sobreprescripción. Y de los pacientes que sí requieren antibiótico, el 70 por ciento recibe un medicamento que no es el más adecuado para su enfermedad, reportó la agencia Notimex.
SÍNTOMA DE POBREZA
De acuerdo con Enrique Cárdenas, hay diversos estudios que demuestran que los pobres son los más afectados por el sistema de salud que no les brinda servicios mínimos suficientes.
“Todo mundo utiliza servicios privados, sin importar el nivel de ingreso, pero la cifra es que el 40 por ciento de las personas que están en el primer quintil de la población, es decir, en el quintil más pobre, utilizan servicios privados, seguramente de las farmacias”, aseveró.
Esto sería un indicador de que los más pobres son también probablemente los que más gastan, dijo el especialista, esto a pesar de los esfuerzos del Gobierno, que no ha logrado hacer llegar de manera efectiva a la población el monto asignado al rubro de salud por el Presupuesto de Egresos de la Federación, el cual asciende a 34 mil 847 millones de pesos.
Un reporte de un grupo de organizaciones civiles llamado Acción Ciudadana Frente a la Pobreza sostiene que los recursos del Seguro Popular se han multiplicado por 16 veces entre 2004 y 2015, para llegar a casi 100 mil millones de pesos.
“El 44 por ciento del gato de los afiliados al Seguro Popular es gasto de bolsillo. Mientras que el estándar internacional es de 15 y 20 por ciento. Y uno de los síntomas es el crecimiento de farmacias, dijo Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, durante una conferencia de prensa en julio. En una panorámica general, y de acuerdo con un estudio de la Fundación Mexicana para la Salud, el 99 por ciento del gasto total den medicamentos en México lo pagan las personas como gasto de bolsillo.
Yareli Escudero sostuvo que ha sido una práctica de comercio recurrente que las cadenas de farmacias que brindan estas consultas ubican las zonas con menos recursos para poner un consultorio. Estas condiciones proliferan, de acuerdo a la especialista, porque los servicios de salud del Gobierno están centralizados.
“Es así, de hecho, quién regula los permisos para estos consultorios privados. Ahora el Gobierno no ha podido atender el tema de la pobreza con sus programas asistenciales, sólo llegan a los que tienen acceso a servicios. Haciendo trabajo de campo en el Estado de México, por ejemplo, nos hemos dado cuenta de que hay comunidades donde no hay agua ni luz, pero sí hay farmacias”.