Ciudad de México, 16 de junio (SinEmbargo).– Estudiantes agredidos en Xalapa, Veracruz, el pasado 5 de junio y organizaciones civiles denunciaron el día de hoy que el Gobernador Javier Duarte tiene una lista negra de 30 personas “peligrosas” para el orden público.
Dijeron que esa lista comprende a estudiantes, artistas, activistas, periodistas, consejeros locales del Instituto Nacional Electoral (INE) y académicos.
“Vivimos en un clima de persecución, detenciones arbitrarias, acusaciones a los estudiantes de Humanidades de ser responsables de ataques al INE en Xalapa. Hay una lista negra donde hay activistas y estudiantes que luchamos en contra de megaproyectos”, dijo Ignacio Córdova, uno de los estudiantes de la Universidad Veracruzana atacado el 5 de junio.
Aunque ninguno de los ocho jóvenes golpeados está en esa lista, en la víspera del ataque fueron señalados y criminalizados por el Fiscal General de Justicia del Estado, Luis Ángel Bravo Contreras.
“Nosotros somos universitarios que se solidarizan con las causas justas: movimiento magisterial, estudiantes de Ayotzinapa. La mayor parte de nosotros somos artistas, hacemos poesía, prensa, proyectos audiovisuales. Defendemos los ríos y afectaciones de las comunidades afectadas por la Reforma Energética”, indicó Ignacio Córdova.
Giovanna Mazzotti, académica de la Universidad Veracruzana, explicó que el ataque del 5 de junio no fue realizado para matar a los estudiantes, sino para amedrentar a todos los que están en la lista negra y demás estudiantes y activistas.
“El ataque fue planeado, casi quirúrgicamente, las agresiones son análogas a su participación política. Hay un señalamiento a esta población que no va dirigida a matarlos, pero a dejarlos muy mal para producir miedo hacia la participación”, dijo Giovanna.
Julián Ramírez, activista veracruzano, denunció que él sí está en la lista negra.
“Hay una lista negra. Yo estoy en ella. A los activistas, defensores del territorio y estudiantes se les hace una ficha y se boletina” dijo.
Los estudiantes agredidos exigieron el esclarecimiento del caso. Denunciaron que las agresiones que sufrieron fueron atroces: fractura de cráneo, de mandíbula, machetazos en la cara y cabeza.
El ataque, denunciaron, fue realizado por la colusión de grupos de parapolicías y policías.
Julián Ramírez, estudiante del área de humanidades de la Universidad, informó en días pasados que los hechos ocurrieron en la madrugada del viernes 5 de junio. “Era un grupo de personas encapuchados, que portaban chalecos tácticos policiales, con bates , bastones y armas largas”, explicó.
El joven responsabilizó de estas agresiones al gobierno de Javier Duarte de Ochoa y a las autoridades locales. “Hacemos responsables a todas las instancias del gobierno de éste y cualquier otro ataque hacia los compañeros y cualquier otro joven”, dijo Ramírez.
Luego del ataque, maestros, estudiantes y ciudadanos se concentraron en la plaza Regina Martinez cerrando la vialidad de la avenida Enríquez del primer cuadro de la ciudad. En la manifestación hicieron responsable al Gobierno del Estado y a la Secretaria de Seguridad Pública de lo que les sucedió a los jóvenes.
A la denuncia se sumaron académicos de la Universidad Veracruzana (UV) quienes manifestaron su indignación por la agresión.
“La magnitud de los hechos requiere una respuesta institucional a la altura de las circunstancias. Por lo que instamos a la autoridad estatal para que sean dadas a conocer las líneas de investigación que se siguen para el esclarecimiento de estos hechos, que a todas luces resultan ominosos y preocupantes para la sociedad veracruzana en su conjunto”, manifestaron 61 profesores mediante un pronunciamiento.
De acuerdo con el perfil de Facebook del Comité Universitario de Lucha de la Universidad Veracruzana al lugar de los hechos acudieron autoridades que abandonaron a los jóvenes ignorando su llamado de auxilio:
“Cinco minutos después de su huida [de los agresores], llegaron patrullas a fotografiar a los heridos, algunos de gravedad, y con fracturas craneales, para que, al arribar sujetos de civil en un pontiac blanco recibieran la orden de irse del lugar, por lo que dejaron a los estudiantes en las banquetas y otros dentro del domicilio que fue forzado ante los gritos de ‘ayuda’ y ‘no nos dejen, nos van a matar’”.