Hoy la organización Amnistía Internacional publica su informe global sobre la situación de amenaza bajo la que bien los defensores de derechos humanos y México resalta por diferentes agresiones. Los esfuerzos en el país han quedado insuficientes y denunciar se ha vuelto una causa para ser puesto en la mira de agresiones. El Relator Especial de la ONU sobre la situación de Defensores de Derechos Humanos Michel Forst manifestó su preocupación por la gente con la que se había reunido en su última visita de febrero, anotó el trabajo de la organización. El Mecanismo de protección de personas defensoras de derechos humanos y periodistas no ha parado la ola de ataques; hoy el periodista Javier Valdez Cárdenas, un referente en temas de seguridad del país, ha sido asesinado, así como la semana pasada Miriam Rodríguez, defensora de derechos humanos del Colectivo de Desaparecidos de San Fernando, en Tamaulipas. ¿Cuál es la perspectiva del país?
Ciudad de México, 15 de mayo (SinEmbargo). — Las amenazas y asesinatos de defensores de derechos humanos en México reflejan la ausencia del Estado en diversas áreas, apuntó Tania Reneaum Panszi, Directora Ejecutiva de Amnistía Internacional (AI) México.
El informe “Defensores y Defensoras de los Derechos Humanos bajo amenaza: La reducción del espacio para la sociedad civil” (ver a aquí) recoge la situación de violencia en la que se hayan tanto familiares de las víctimas, como activistas en México.
“Más de 30 mil personas han sido dadas por desaparecidas desde 2006. No se sabe con certeza cuántas son víctimas de desaparición forzada a manos de agentes estatales y cuántas a menos de agentes no estatales”, reza el trabajo.
En este contexto los defensores de derechos humanos se desenvuelven en medio de un ambiente de zozobra.
Recién, el 10 de mayo Miriam Elizabeth Rodríguez Martínez, una mujer miembro del Colectivo de Desaparecidos de San Fernando, en Tamaulipas, fue asesinada.
Este homicidio tiene un mensaje latente dirigido a otros defensores de derechos humanos, apuntaló Reneaum.
“La asesinan el 10 de mayo, un día emblemático, desde el punto de vista de nuestra cultura en reconocimiento a las madres. Y, además, tanto en la Ciudad de México, como otras ciudades, hubo manifestaciones respecto a hijos e hijos desaparecidas. Justamente una mujer que buscó los restos de su hija, a los responsables, y que se manifiesta a la marcha fue asesinada. El mensaje es claro si todas las personas se comportan de la misma manera el desenlace puede ser ese”, dijo la Directora Ejecutiva.
Reneaum sostuvo que los ataques tienen como denominador común la falta del Estado, aún cuando estos son perpetrados por el crimen organizado.
Por otra parte, hay casos en los que las autoridades son coparticipes; un entramado de corrupción que se reproduce en diversos sitios del país.
“Es cada vez mayor el miedo a denunciar ante las autoridades de la desaparición de familiares o amigos debido a la evidencia de que existe una connivencia entre funcionarios públicos y bandas delictivas, y a la impunidad casi absoluta en la que permanecen estos crímenes”, expone el informe.
El informe resalta que la falta de presupuesto para los mecanismos de derechos humanos en la región se ha convertido en una de las principales preocupaciones manifestadas por las organizaciones no gubernamentales.
El subsecretario de Gobernación, Roberto Campa Cifrián, confirmó a finales de marzo al diario La Jornada que el Mecanismo [de Protección para personas defensoras de derechos humanos y periodistas] no había recibido en el 2017 “ni un peso”.
De tal suerte que la defensa de periodistas y defensores de derechos humanos se ha tornado contradictoria con el discurso del Gobierno peñista.
“México tiene un doble discurso. Por un lado, reconoce a los defensores como un importante contrapeso […] pero después cuando nos vamos al plano de la integridad, seguridad física, personal, nos encontramos que dado el contexto de la grave situación los defensores corren un gran riesgo a su integridad”, acusó Reneaum.
Hacia febrero la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) contabilizaba 24 defensores humanos asesinados en la región; dos en México. En el caso de periodistas al menos han sido asesinados sólo este año.
Las amenazas a la integridad de defensores y periodistas ha tomado diversas formas. Una de ellas empieza a hacerse más palpable en la web.
AI apuntó en su informe global que las amenazas en las redes sociales se han vuelto un nido de ataques, en ocasiones, orquestados o bajo el anonimato.
El defensor mexicano Alberto Escorcia, dijo a Amnistía Internacional, que “un día cualquiera” encuentra: “Dos o tres trending topics generados por trols. Puede haber entre mil y tres mil tuits al día. Muchos operan en ‘bandas de trols’ organizadas, que cobran por hacer que un tema se vuelva viral o por lanzar campañas de difamación o de ataques contra periodistas”.
Estos linchamientos digitales también han sido dirigidos hacia medios de comunicación.
La periodista Carmen Aristegui ha calculado que cada señalamiento de trols reduce la capacidad de su medio independiente entre un 20 por ciento y un 50 por ciento, cita el informe, dado que destina personal para ocuparse de responder con explicaciones.