El estereotipo o concepto de “Las locas de los gatos” se asocia a la soltería, pero últimamente mucho más a las mujeres con “discapacidad de romance” ya que orientan todos sus esfuerzos hacia sus carreras y viven con más de dos gatos. Estas mujeres que suelen ser mayores de 35 años de edad también han sido juzgadas por sustituir el amor de pareja o el de los hijos con los felinos, sin embargo los estudios y los especialistas apuntan a todo lo contrario.
MÉXICO, 16 de mayo (SinEmbargo).- “No tengo tiempo para una relación”, dice tajante Adriana de 38 años de edad mientras espera el metro por la mañana ya lista para ir al trabajo –”No creo ser ¨la loca de los gatos¨, estoy soltera, me gustan y tengo 5″. Lo que sí es que en estos dos últimos años llegaron más animales a mi casa que hombres.
Adriana trabaja como ejecutiva de ventas de una importante cadena de tiendas departamentales en un horario de 9:00 horas de la mañana a 17:00 horas. A veces sale más tarde y desde su última relación de pareja, en julio de 2014, afirma que no le interesa conocer a alguien nuevo por ahora, pues prefiere enfocarse en su carrera.
Su madre, sin embargo, no está muy de acuerdo, confiesa, pero ella le responde que tiene que ver con los cambios de generación. “Pues es que en sus tiempos a los 27 ya estaban casadas y con un hijo. Yo tengo 36 y me va muy bien en mi carrera, no sé si me vaya a casar, pero por ahora quiero viajar, conocer Europa”.
Adriana se encuentra fuera del promedio de edad de mujeres en el Distrito Federal en el que la mayoría se casa por primera vez a los 26, mientras que los hombres a los 29, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
El Distrito Federal es la entidad a nivel nacional con el menor porcentaje de población casada o en unión libre, de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2010.
El 49.7 por ciento de la población está casada o unida, mientras que el 50.3 por ciento de la población se encuentra sin pareja: soltera, separada, divorciada o viuda. Se trata sobre una nueva generación de mujeres que deciden –o no deciden- vivir el matrimonio y menos la maternidad, como explica en entrevista con SinEmbargo Olivia Tena Guerrero, Doctora en Sociología de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autóma de México (UNAM).
“Hay muchos discursos dentro de nuestra sociedad, que es un poco diferente a los discursos que hay en otros países, aquí hay una normatividad, un discurso que obliga social y culturalmente a las mujeres a contraer matrimonio a cierta edad, que es una edad que va vinculada con la etapa reproductiva de adulto”, afirma en entrevista.
MUJER DE GATOS
Eleanor Abernathy, mejor conocida como la “Loca de los gatos” en la serie animada Los Simpson, es la persona que retrata a una mujer de edad mayor y con problemas mentales rodeada de un gran número de gatos. Siempre que aparece en algún episodio se la pasa gritoneando, cabe mencionar. El personaje tiene historia, ya que se trató alguna vez de una mujer doctora y exitosa graduada de Harvard y Yale, pero que a sus 32 años no pudo con el alcoholismo y el estrés por lo que prefirió permanecer con sus gatos.
Adriana afirma en entrevista que conoce al personaje muy bien dadas las constantes burlas que recibe, pero que toma con ligereza. No le da miedo, aclara, convertirse en una mujer así.
“Hay hombres que nunca se casan ni tienen hijos y son exitosos, viajan e incluso tienen perros, pero no es algo que los defina, ¿me entiendes? Nadie se fija en eso, nadie dice: ‘Ahí va el maniático de los perros’”, argumenta la ejecutiva.
La escritora y bloguera de Forbes Estados Unidos, Kiri Blakeley, define a las “locas de los gatos” como un concepto que se asocia a la soltería, pero últimamente mucho más a las mujeres con “discapacidad de romance” ya que orientan todos sus esfuerzos hacia sus carreras.
La Doctora y Directora del Centro para Neuropsicología y Ciencia Forense de Comportamientos en Nueva York, Naftali Berrill dijo para un sitio de salud en 2009 que las mujeres con gatos eran personas “con malas experiencias para expresarse con otras personas” y que encontraban la necesidad humana de afección más fácil con una mascota.
En la cultura popular, igual de soltera y con más juventud, se trata de un personaje de ficción: Selina Kyle, mejor conocida como “Gatúbela” en el cómic de Batman, sin embargo, que también representa a una mujer de cierta edad, sola, que vive con y gusta de los gatos (y hombres murciélago).
“Es muy fácil tenerlos y hay una especie de estigma, que las mujeres tienen más gatos, pero es porque hay una facilidad del cuidado de los gatos. Si eres independiente y no siempre estás en tu casa, el gato sólo necesita su plato de comida, agua las 24 horas y su arenero”, explica Claudia Edwards Patiño, Médico veterinario zootecnista y Académica de la UNAM especializada en Conducta de gatos y perros.
De cien mujeres de menos de 29 años de edad, 74 de ellas se encuentran solteras. Es decir, 3 de cada 10 mujeres antes de los 30 años se casaron o viven en unión libre con su pareja.
El perfil de las mujeres solteras en la Ciudad de México, por ejemplo, es el adecuado para mantener a un gato por su estilo de vida: son las “solteras urbanas”, de clase media, media-alta, que tienen niveles educativos mayores y con aspiraciones profesionales, además que es una población que va en aumento en el Distrito Federal, una de las ciudades que alberga a la mayor cantidad de mujeres en este estado civil, explica Olivia Tena.
“Son mujeres que viven en libertad, que tienen redes sociales en términos de amistades, potenciales parejas, no dependen de nadie económicamente ni nadie depende de ellas. Muchas también tienen resuelto el aspecto sexual, se dan ese lujo de tener una vida sexual libre y amplia sin tener que darle cuenta a nadie”, afirma la también investigadora en normas morales y prácticas sexuales de mujeres en situación de soltería de la UNAM.
Por otra parte, los gatos, como cualquier animal de compañía requieren de atención y de cuidados es cierto, pero también son seres bastante independientes y tranquilos que no necesitan de constante vigilancia.
En general hay muchas mujeres u hombres solteros que les gusta tener gatos por esta facilidad de tener una compañía y no sentirse solo, pero que también te permite salir por un fin de semana y si se queda solo una o dos noches es más fácil, señala Claudia Edwards.
“Está solo por días y no le pasa nada como a un perro y en la noche puede darte todo el amor del mundo. Son animales amorosos y sociales, así que es una buena relación para la gente tener un gato. Es muy buena compañía, pero no demanda tanto como un perro”, aclara la también especialista en lazos humano-animal.
CONEXIÓN BIOLÓGICA
Tampoco es una concepción ideada por una serie animada ni por la presión social: es una realidad que las mujeres se sienten más cómodas y atraídas por los gatos y viceversa.
Un estudio publicado en el diario de divulgación Behavioural Processes, determinó que mientras que los gatos tenían una relación con sus dueños de ambos sexos, los felinos mantuvieron mayores interacciones con sus dueñas. Los investigadores registraron que los gatos se acercaban más a las mujeres que a los hombres y hacían cosas como saltar a los regazos de ellas para iniciar contacto. Manuela Wedl, de la Universidad de Viena y coautora del estudio explicó después a Discovery Channel que las relaciones con las mujeres era más intensa.
¿Y por parte de las mujeres? La especialista Claudia Edwards esclarece:
“Para empezar los felinos son seres neoténicos: es decir, que originan un proceso biológico que provoca la sensación de ternura al parecer siempre como un bebé.
“Ver a un animal así estimula un parte del cerebro que ocasiona conductas epimeléticas que hacen que cuando alguien ve a un bebé o cachorro de cualquier animal, la persona se sienta enternecida y lo lleve a cuidar de estos seres. Con el gato puedes llegar a tener un nivel de compenetración que es impresionante, que no lo sabe nadie hasta que tiene uno”, asevera Edwards.
Aunque tampoco se trata de solventar un “instinto” materno en el que si la mujer no tiene hijos, intente sustituir esta construcción social de la maternidad con mascotas, de acuerdo con la Doctora Olivia Tena.
“Es una construcción social entre las mujeres el querer formar una familia y quienes no tienen hijos se ven atraídas por otro tipo de compañías como las mascotas para pasar su tiempo libre porque, incluso algo que está muy corroborado: que la compañía de un animal, te saca del encierro del trabajo”, comenta Tena, también Licenciada en Psicología por la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, UNAM.
Se trata también de una forma de reproducir un estereotipo donde se tiene a alguien a quién cuidar, continúa Tena Guerrero, aunque no lo tengan tan racionalizado quienes toman estas decisiones de sustituir la maternidad y paternidad por un cachorro.
“Esta necesidad de cuidar a alguien -que es una afinación que se da mucho más a las mujeres que los hombres-, no se cumple con matrimonio o con maternidad, pero se busca cubrir con esta parte que es el cuidado de otros que da responsabilidad”, dijo la Doctora en Sociología.
ROMPER ESTEREOTIPOS
Los hombres solteros también se quieren casar. Es un fenómeno muy nuevo que observa Olivia Tena en estas generaciones de jóvenes treintañeros que con más frecuencia son quienes quieren vivir junto con las mujeres, lo cual era al revés en años anteriores, señala.
“Ahora ellos quieren el matrimonio, son hombres con un pensamiento mucho más liberal y que admiran mucho a las mujeres libres y autónomas y no están dispuestos a relacionarse tampoco con una mujer que dependa de ellos. Replantean la masculinidad y están decidiendo ser padres, ser esposos, están pensando en una relación más igualitaria, en no ser el único proveedor. Aunque no hay la misma tensión como en las mujeres para que se casen”, admitió Olivia en entrevista.
En general, en México existen 20 millones de solteros, una cifra que aumentó en un 97 por ciento del 2000 al 2010, de acuerdo al INEGI. El porcentaje de hombres solteros, casados y en unión libre es mayor al de las mujeres, ya que el porcentaje de ellas prevalece una mayor proporción en términos de divorcio y de viudas pues los hombres en general vuelven a unirse.
Las mujeres solteras atienden constantemente a los discursos sociales del “qué te va a pasar, qué vas a hacer sola, qué va a ser de ti y tienes que casarte” y la socióloga de la UNAM asegura que a muchas se les tacha de egoístas y de temer al compromiso.
“Las mujeres significan el matrimonio como una situación de pérdida de libertad y de opciones profesionales, de tener que convertirse en mujeres dedicadas a otra cosa. Es una razón que repiten y que nos habla de una vida en este nuevo siglo y de finales del siglo XX donde las mujeres perciben el matrimonio como una opción, no como obligación”, dice Olivia a SinEmbargo.
Los hay también, hombres que tienen gatos y entonces también rompen estereotipos.
“Hay muchos hombres que no gustan de los perros chicos o los gatos por ser pequeños, por ejemplo, porque sienten que retan su masculinidad, pero una vez que uno vive con un gato ya los aman y adoran”, asegura la Doctora Claudia Edwards.
En este aspecto, Claudia señala un tema cultural importante en México: el machismo. Ella afirma que a los hombres les gusta más tener un perro porque es mucho más dominable y también les gusta jugar “rudo”. Y aunque uno puede jugar brusco con los gatos, a los perros les gusta más este tipo de actividades.
“Nos encanta la dominancia, la subordinación: los gatos tienen un grupo social diferente, no tienen que estar subordinados todo el tiempo, sino se morirían. Y los humanos no tenemos que estar dando comida a los gatos, ellos salen a cazar y se alimentan”, puntualiza Edwards.
La mujer soltera sin hijos urbana en México está consciente de sus derechos, de su libertad de decidir y sobre todo de que han roto con estereotipos de que la cuota correcta de vivir es en matrimonio y en pareja, según la especialista Olivia Tena.
Sin embargo, aún con esta decisión o indecisión, las mujeres viven con un discurso que obliga social y culturalmente a las mujeres a contraer matrimonio a cierta edad, lo cual les ocasiona incluso conflictos o crisis en etapas alrededor de los 30 y 35 años donde la presión social es muy fuerte.
“Cuando les preguntas por qué a los 50 años o porqué a los 40 años no han decidido casarse, -analiza Tena -nunca lo pienso en pasado del ¿por qué no te casaste? sino que uno hasta los 80 años puede establecer una pareja permanente o semipermanente. La pregunta correcta es cuál fue el proceso por el cual a estas edades, donde la sociedad esperaría que estés casada y con hijos, no lo has hecho”.