El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, insistió en la construcción de un muro "grandioso" en la frontera con México, el cual, dijo, se negociará el precio para reducir los costos del mismo. Anunció que la próxima semana habrá una nueva acción ejecutiva para "proteger" al país, sin ofrecer más detalles. También defendió los "increíbles avances" que ha hecho desde que llegó al poder hace casi un mes, al considerar que heredó "un desastre" dentro y fuera del país dejado por su antecesor, Barack Obama.
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Ciudad de México, 16 de febrero (SinEmbargo).– En medio de la turbulencia por la que atraviesa su administración, el Presidente estadounidense, Donald Trump, salió a defender su mandato y reiteró su intención de construir "un gran muro" con México que no será "una broma como el actual". Afirmó que se involucrará personalmente para "reducir su coste", que las últimas estimaciones lo sitúan por encima de los 21 mil 600 millones de dólares.
"Va a ser un gran muro. Y lo negociaré yo, de modo que el precio se bajará como el resto de las cosas que he negociado para el Gobierno", dijo Trump en una rueda de prensa no prevista en su agenda en la Casa Blanca, en la que no mencionó, como en otras ocasiones, que será México quien se haga cargo de la factura.
El coste estimado del muro fronterizo ha ido creciendo progresivamente desde los alrededor de ocho mil millones de dólares que calculó inicialmente Trump, hasta los 21 mil 600 millones, según los últimos cálculos del Departamento de Seguridad Nacional.
Por ello, el Presidente indicó que se había reunido con su secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, para "comenzar el proceso" de construcción del muro en la frontera sur, algo que remarcó como "una promesa de campaña".
Trump subrayó que será un "muro que funcione" y no como la barrera actual, que es "o bien inexistente o una broma", sobre el tramo ya construido en partes de la frontera.
Achacó, además, a la falta de control fronterizo el hecho de que Estados Unidos se esté convirtiendo "en una nación infestada de drogas" en la que "son más baratas que los caramelos".
La relación bilateral entre México y EU vive uno de sus momentos más difíciles en años después de que el Presidente Enrique Peña Nieto cancelara una visita a Washington programada para el 31 de enero a raíz de la insistencia de Trump en que México pague el muro que ha ordenado construir en la frontera común.
Para tratar de suavizar estas tensiones, el próximo 23 de febrero, Kelly y el nuevo secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, realizarán una visita de trabajo a la Ciudad de México para verse con sus homólogos mexicanos.
En su conferencia también anunció que la próxima semana habrá una nueva acción ejecutiva para "proteger" al país, sin ofrecer más detalles. Aparentemente Trump se refirió así a la nueva orden migratoria que ha prometido para reemplazar a la que emitió a finales de enero, bloqueada temporalmente por un tribunal de apelaciones y que suspendía la entrada de refugiados a Estados Unidos y la concesión de visados a ciudadanos de siete países de mayoría musulmana.
El Presidente defendió hoy los "increíbles avances" que ha hecho desde que llegó al poder hace casi un mes, al considerar que heredó "un desastre" dentro y fuera del país dejado por su antecesor, Barack Obama.
"Para ser honesto, heredé un desastre, es un desastre, en casa y en el extranjero", dijo Trump en una conferencia de prensa, en la que aseguró que quería dirigirse "directamente al pueblo estadounidense" porque la mayoría de los medios de comunicación "no dicen la verdad" y "distorsionan" los hechos.
Con respecto a los puestos de trabajo en Estados Unidos, presumió que muchas empresas como Ford y General Motors han anunciado inversiones. Dijo que durante años "otros países han tomado ventaja de nosotros y no vamos a permitir que eso suceda más".
Sobre la renuncia de su asesor Michael Flynn mencionó que fue él quien se la solicitó, pero aseguró que "lo que hizo no fue errado".
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Este jueves, la administración Trump amaneció con fuertes críticas en los medios estadounidenses, que consideran que sus escándalos han sumido en un "caos" a su Gobierno, que no cumple aún su primer mes.
La revista Time, por ejemplo, destacó las principales polémicas como la renuncia de su asesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn, luego de que se dieran a conocer sus relaciones con un diplomático ruso en tiempos de campaña; el rechazo de la justicia a la orden ejecutiva de Trump de prohibir la entrada a inmigrantes a Estados Unidos y las filtraciones destapadas por The New York Times relativas a supuestos vínculos del entorno más cercano del republicano con miembros de la inteligencia rusa.
“En el primer mes de su presidencia, el multimillonario de Nueva York ha sido testigo la lección de Sansón: derribar el templo puede ser doloroso si tú tratas de hacerlo desde el interior”, destacó la revista en su edición impresa publicada este jueves.
En su última portada, la publicación escribe “no hay nada que ver acá” con una imagen del republicano sentado tras el escritorio presidencial y con viento soplando simulando una catástrofe natural.