Copenhague, 16 ene (EFE).- Cuatro de los nueve límites planetarios clave para la estabilidad de la Tierra se han sobrepasado, lo que coloca a la humanidad en «zona de peligro», según un nuevo estudio del Centro de Resiliencia de la Universidad de Estocolmo.
Al cambio climático, la pérdida de la diversidad biológica y la alteración de los ciclos biogeoquímicos que ya aparecían en el anterior estudio de hace tres años se suma ahora el cambio en el uso del suelo, todos resultado de la actividad humana, de acuerdo con el trabajo realizado por 18 investigadores.
Tanto el clima como la diversidad biológica son considerados «básicos», por lo que llevarían a la Tierra a un «nuevo estadio» si sufren «alteraciones significativas», advierte el estudio.
«Transgredir un límite aumenta el riesgo de que la actividad humana conduzca al sistema terrestre a un estado menos hospitalario, dañando los esfuerzos por reducir la pobreza y deteriorando el bienestar humano en muchas partes, incluyendo los países ricos», afirmó en un comunicado Will Steffen, director de la investigación.
El concepto de «límites planetarios» fue presentado en 2009 por científicos del Centro de Resiliencia de Estocolmo, bajo la dirección de Johan Rockström, e identifica nueve procesos prioritarios para la estabilidad de la Tierra y vinculados a los cambios en el medio ambiente inducidos por el ser humano.
A los cuatro mencionados se añaden la desaparición del ozono, la «acidificación» de los océanos, el uso del agua, la carga de aerosol en la atmósfera y la introducción de nuevos productos químicos.
Las nuevas evaluaciones y cuantificaciones realizadas por los investigadores del centro constatan que la concentración actual de CO2 en la atmósfera es de alrededor de 399 partes por millón (ppm) y que la cifra óptima sería de 350 ppm.
Ese nivel se correspondería con una subida de la temperatura global del planeta de 1,5 grados respecto a niveles preindustriales, frente al objetivo de 2 grados que se busca consensuar en la próxima cumbre mundial sobre cambio climático en París.
«Nuestro análisis sugiere que, aunque tuviese éxito ese objetivo, contiene riesgos significativos para todo tipo de sociedades. Los dos grados deben ser vistos por tanto no sólo como una meta necesaria, sino como un objetivo global mínimo», afirmó Rockström.
En el caso de la diversidad biológica, el estudio estima una tasa de extinción anual de entre 100 y 1.000 especies por millón, frente al nivel máximo aceptable de diez.
El estudio, que será publicado mañana en la revista «Science», será presentado también en varios seminarios durante el Foro Económico Mundial que se celebrará la próxima semana en la localidad suiza de Davos.
Sus conclusiones coinciden con las de otro análisis dirigido también por Will Steffen en el mismo centro y que sostiene que el sistema económico mundial es el motor principal del cambio en los componentes clave del sistema terrestre, de acuerdo con 24 indicadores globales. EFE