Ciudad de México, 15 diciembre (SinEmbargo).- Como el agente Q en Skyfall, el actor británico Ben Whishaw no le abrió una cuenta de Twitter a James Bond, pero casi, tal es la sorpresa del cincuentón 007 frente al joven geek que vive entre computadoras y gadgets y le habla casi en chino al agente secreto al servicio de Su Majestad.
Boothroyd no fue al principio muy bien aceptado por los fans de la saga escrita por Ian Fleming, pero le dio a Whishaw una promoción internacional que muy bien le vino para obtener el que podría ser considerado el papel de su vida.
Esta semana se supo que el actor nacido en 1980 en Inglaterra encarnará al ex vocalista de Queen, Freddie Mercury (1946-1991), luego de que Sacha Baron Cohen fuera despedido del proyecto por diferencias irreconciliables con los productores, entre quienes se encuentran los integrantes sobrevivientes de la banda.
UNA VIDA A TONO
Con guión de Peter Morgan, el “biopic” sobre el artista tendrá en el joven de 33 años un representante fiel de la comunidad homosexual a la que perteneció Mercury, puesto que el propio actor anunció a la revista Out su casamiento con el compositor Mark Bradshaw, a quien conoció en el rodaje de Bright Star, de Jane Campion.
De formación teatral, Ben se dio a conocer en el filme Regreso a Brideshead y recientemente lo vimos en Cloud Atlas, de los hermanos Wachowski.
El filme sobre Mercury narrará la vida del vocalista desde principios de los 70 hasta que fue diagnosticado con VIH en 1985.
La dirección estará a cargo de Dexter Fletcher, quien hizo Wild Bill (2011) y Sunshine on Leith (2013).
EL ACTOR DE EL PERFUME
Ben Whishaw protagonizó la adaptación de El perfume: historia de un asesino, personificando a Jean-Baptiste Grenouille, el personaje obsesionado de la novela de Patrick Süskind, un papel que obtuvo gracias al Hamlet que interpretó en un teatro londinense y por el que dejó “sin chamba” a Leonardo DiCaprio, quien había sido considerado originalmente para cubrir el rol.
El perfume, dirigida por Tom Tykwer, constituyó hasta la fecha su trabajo más difícil, por la complejidad del personaje a encarnar.
“Usualmente cuentas con otro actor con quien jugar, pero este personaje está solo el ochenta por ciento de la película. Es un personaje obsesivo y cerrado en su propio cerebro”, dijo Ben, quien por otro lado ha declarado en varias oportunidades no sentirse preparado para la fama que rodea a las estrellas internacionales, una categoría a la que parece irremediablemente destinado.
Como bue libriano tiende a ver las dos caras de las cosas, ama el teatro por sobre todas las artes y tiene un hermano gemelo. Aficionado a la fotografía, detesta las luces encandiladoras del show business y como artista prefiere crecer en las sombras, esclavo de la oscuridad, tal como declaró a The Guardian a principios de año.
Sus recientes trabajos en el cine son en Lifting y The Zero Theorem.