Guerrero se vuelve territorio hostil para periodistas, denuncian comunicadores y ONG’s

15/11/2014 - 12:02 am
Los violencia en el estado hace que ejercer el periodismo se convierta en una labor peligrosa. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo
La violencia en el estado hace que ejercer el periodismo se convierta en una labor peligrosa. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

Ciudad de México, 15 de noviembre (SinEmbargo).– La organización internacional Artículo 19 lanzó esta semana una alerta por los ataques a periodistas perpetrados por policías de Guerrero durante la manifestación de miembros de la Coordinadora Estatal para Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG), en las oficinas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Chilpancingo, Guerrero, el pasado martes. Donde al menos dos comunicadores resultaron heridos.

Entre ellos el fotoperiodista Jesús Eduardo Guerrero Ramírez de La Jornada de Guerrero, quien fue agredido en la frente con una piedra. Mientras que el periodista Carlos Navarrete Rubio del diario El Sur fue golpeado por los uniformados. Además los elementos de seguridad agredieron a otros fotoperiodistas que se encontraban en el lugar documentando los hechos.

Luego de los ataques de policías municipales contra estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, donde tres jóvenes perdieron la vida y otros 43 desaparecieron, el pasado 26 de septiembre, periodistas y fotógrafos de México y el mundo se han reunido en el estado para dar cuenta de los sucedido y del desarrollo del caso, sin embargo, desde semanas atrás los comunicadores han sido objeto de persecusiones e incluso de agresiones.

El pasado 11 de octubre, SinEmbargo publicó una nota donde daba cuenta del acoso del que algunos comunicadores fueron objeto en el municipio de Iguala, donde halcones se concentraron en diversas partes y persiguieron reporteros, les tomaron fotografías, los siguieron en motos y a pie.

Varios reporteros de distintos medios nacionales e internacionales fueron presas en ese momento, del monitoreo constante en Iguala y en Chilpancingo, a pesar de la fuerte presencia policiaca de la Gendarmería Nacional y del Ejército.

Días después, un video que fue difundido en las redes sociales y por varios medios de comunicación, daba cuenta de un nuevo ataque contra reporteros de televisión. En la grabación se observaba a supuestos elementos de la policía ministerial federal amenazandocon armas de fuego a los comunicadores que se trasladaban en una camioneta, en el municipio de Cocula, Guerrero, y que se dirigían al punto donde fue hallada una fosa clandestina.

En el video se mostraba a cuatro hombres armados que descendían de un vehículo gris y sin placas de circulación, el cual fue atravesado sobre la carretera. Lo que obligó a parar la marcha del vehículo en el circulaban los reporteros.

Al día siguiente, la Secretaría de Gobernación (Segob), informó a través de un comunicado que el ataque con armas de fuego a reporteros de televisión en el poblado de Apetlanca, municipio de Cuetzala del Progreso, en Guerrero, fue perpetrado por Elementos de las Divisiones de Inteligencia e Investigación de la Policía Federal mientras realizaban sus tareas de manera encubierta.

El objetivo del trabajo encubierto, explicó en su momento la dependencia, fue la detención de un presunto responsable de la desaparición de los jóvenes normalistas de Ayotizinapa. Esto obligó a parar la marcha del vehículo en el circulaban los reporteros. Sin embargo no se proporcionó más información.

El martes pasado maestros de la CETEG irrumpieron en la sede del PRI estatal causando destrozos y un incendio en las instalaciones.  Ahí los manifestantes se enfrentaron con policías. Durante la refriega, varios periodistas y fotógrafos resultaron heridos.

Uno de ellos fue Navarrete Rubio, de El Sur, a quien al menos unos 10 policías lo golpearon cuando intentó fotografiar la agresión que éstos le propinaban a una persona de la tercera edad que no formaba parte del contingente de Maestros que tomaron las instalaciones del PRI y a pesar de haberse identificado como representante de la prensa. Aparte, uno de los policías le arrojó una piedra en el rostro provocándole una herida en la ceja, detalló Artículo 19.

Navarrete Rubio, de 23 años de edad, informó que recibió golpes con los escudos, patadas y una pedrada en la cabeza cuando iba tomar una fotografía de policías golpeando a un adulto mayor que pasaba por el lugar. Un agente lo golpeó por la espalda con su escudo, detalló El Sur, sobre la agresión.

Durante la agresión a Navarrete, los fotoperiodistas Sebastián Luna y Anwar Delgado también fueron golpeados y amenazados verbalmente por los policías al intentar rescatar a su colega de los golpes que le propinaban.

“Los policías deben capacitarse en materia de derechos humanos… (Porque) Desde el principio les quedo claro que yo era reportero y no les importó. Se comportaron de manera salvaje”, dijo Navarrete Rubio a Artículo 19.

La organización denunció que aparte de que los policías amenazaron verbalmente a otros comunicadores que acudieron a documentar la protesta de los maestros y el desalojo de los policías.

En tanto el fotoperiodista Jesús Eduardo Guerrero Ramírez del diario La Jornada de Guerrero fue agredido en la frente con una piedra. El ataque ocurrió cuando el comunicador se encontraba en la retaguardia del operativo de desalojo y justo en el momento que los Maestros lanzaban piedras contra los Policías.

Finalmente la organización señaló que las agresiones “vulneran la libertad de expresión de los periodistas afectados, sino que además se atenta contra el derecho que tienen los ciudadanos de buscar y recibir información de manera libre”.

Instó a la Policía del estado de Guerrero a adoptar las medidas necesarias para garantizar la protección efectiva del derecho a la libertad de expresión en contextos de manifestaciones o protestas públicas, como serían la adopción de protocolos de actuación dirigidos a los cuerpos de seguridad y otras autoridades en dichos contextos, a fin de que cumplan con su deber de prevenir y proteger ante cualquier agresión dirigida en contra de periodistas y personas que asistan y realicen la cobertura de manifestaciones, incluyendo la movilización de asistencia médica de emergencia en condiciones de seguridad y no criminalización.

en Sinembargo al Aire

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