Ciudad de México, 12 de septiembre (SinEmbargo).– El periodo de reformas ha terminado. Pero algunos creen que todavía no está claro si su efecto, por lo menos en el corto plazo, será positivo o negativo. En especial con la Reforma Energética.
A pesar de que el objetivo de la reforma en materia de energía es situar a México dentro del panorama mundial energético como uno de los principales productores, dicen que limita a Petróleos Mexicanos (Pemex) en competitividad y productividad, sobre todo si no se le da la facultad de poder elegir con quiénes se asociará en la Ronda 0.5.
Tanto la Comisión Nacional de Hidrocarburos y la Secretaría de Energía son las encargadas de licitar las asociaciones en las que Pemex solamente puede tener voz pero ningún voto.
Así, la empresa se encuentra entre la espada y la pared, coinciden especialistas, pues a pesar de que puede opinar respecto a lo que la empresa necesita, no puede decidir directamente con quién va a trabajar.
Durante la presentación del Informe del Panorama Energético Mundial 2014 de la empresa British Petroleum (BP), el Diputado panista Rubén Camarillo Ortega denunció a la Ronda 0.5 de restarle competitividad y productividad a Pemex, ya que tiene voz aunque no voto para elegir a sus asociados.
Se conoce como Ronda 0.5 en donde Pemex anuncia las primeras áreas en las que se asociará con terceros, para fortalecer sus capacidades técnicas e incrementar sus niveles de producción y restitución de reservas.
Declaró que el objetivo principal de la Reforma Energética fue combatir los monopolios. “Ya fueran públicos o privados, provocaban atrasos tecnológicos e inhiben la acción del mercado”.
La Reforma Energética comenzó con la propuesta surgida del Presidente Enrique Peña Nieto con los contratos de utilidad compartida. Lo que destaca el Diputado es que el Congreso se propuso ir más allá, ya que con las sugerencias iniciales no se arreglaría ni solucionaría el retraso.
Reconoció que el gran reto de la reforma estructural, es hacer una industria petrolera que invite a todos los jugadores internacionales a participar, y por lo tanto debe ser esto un ejemplo de apertura y competitividad.
Destacó que Pemex es un consorcio que, para aumentar el nivel de recuperación, “necesita definir las características del socio al que se unirá”, pero no puede elegirlo.
Rubén Camarillo aseguró que le preguntaban si la cifra del 35 por ciento del contenido nacional era correcta o no, respondiendo que depende de la política pública que acompañe a ese número y factor.
“La única manera de desarrollo del contenido nacional si es que las empresas extractoras como British Petroleum (BP) tomen esa estafeta y demuestren lo que su cultura a demostrado en otros países”, declaró.
Miriam Grunstein, especialista en el sector energético e investigadora del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), dijo también es una cuestión de ver cómo compiten las empresas para ser socias de Pemex.
“Ciertamente el Diputado tiene razón en sentido que no es la práctica internacional que el gobierno controle con quién se asocia Pemex. Sin embargo, Pemex también es muy propenso de asociarse a sus amigos que no son muy productivos”, afirmó.
Leticia Armenta Fraire sobre este tema afirmó que el Congreso pusieron estos candados, ya que “tienen el temor de que la actuación de Pemex no vaya en congruencia con los intereses nacionales”.
Afirmó que la pérdida de la competitividad radica en que Pemex sigue arrastrando el esquema que tenía como paraestatal, ya que las decisiones no le corresponden a la empresa sino al Estado.
“Esto acarrea burocracia y tiempo en la toma de decisiones, sobre todo por la diferencia de opiniones entre los distintos organismos, ya no solamente las personas que participan”, agregó la académica.
Debido a que la empresa sigue estando sujeta a los distintos organismos que tiene injerencia en el sector, “si se le compara con una empresa privada, definitivamente esto es un tema que tiene que resolver”.
Asimismo informó que es cierto que la Secretaría de Hacienda ha buscado mantener el control no solamente de Pemex, sino también de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
“La concepción que se tiene de que tienen un rol no tanto productivo sino su rol principal es el de generar ingresos a la Federación, entonces como el énfasis está ahí, la legislación lo único que hace es reflejar esta situación”, declaró.
PEMEX PUEDE DECIDIR
Ante las limitaciones a las que se enfrenta Pemex, Rubén Camarillo Ortega, afirmó que para que la reforma se aplique se tiene que estar pendiente con la reglamentación. “Se requieren revisar los 26 reglamentos para cerrar el círculo […] se necesita hacer la ley chiquita, acotarla”.
Sobre este tema Leticia Armenta Fraire, aseguró que sí hay condiciones en las que Pemex puede tomar la decisión, únicamente a nivel de contrato de servicio no tanto de asociación, “ya que no necesariamente los puntos de vista de la empresa van a ser los mismos que de los reguladores, quienes al final van a tomar la decisión de asociar o no”.
“Creo que podría flexibilizarse en tanto las experiencias vayan mostrando que en lugar de favorece al cumplimiento de los objetivos pues se obstaculiza a la empresa. Esto es un tema político que difícilmente con elementos técnicos se pueda acceder a modificarlos”, declaró.
Miriam Grunstein afirmó que la empresa paraestatal tiene muchísimas facultades para elegir positiva o negativamente en esos procesos. “Pemex tiene que aprobar muchas cosas para que a las empresas participantes precalifiquen. No se les priva de su opinión en ningún momento, yo creo que la opinión de Pemex tendrá bastante peso en ese proceso de decisión”, concluyó.
