Ciudad de México, 15 de junio (SinEmbargo).- Alan Alexis Heredia Zepeda, estudiante de primer año de preparatoria en la Ciudad de México, encontró en los residuos de agave de tequila compuestos benéficos para la salud de las personas, cuya característica principal es que inhibe la formación de algunos tipo de células cancerígenas.
Se trata de los carotenoides, compuestos naturales que se encuentran en plantas y animales, y que son de suma importancia para la alimentación, salud y economía de la población, pues estudios anteriores han demostrado que además de sus propiedades anticancerígenas son excelentes suplementos alimenticios y actúan como antioxidantes. Además se emplean como aditivos en la alimentación del camarón y el salmón, para que estos mariscos obtengan su coloración rosada.
Específicamente se obtuvo astaxantina, que se ha comparado con la vitamina E por beneficiar la salud celular, piel y vista, y se está popularizando como suplemento para la dieta humana y aditivo en la nutrición deportiva en forma de cápsulas de gel.
El éxito comercial de la astaxantina le ha hecho alcanzar precios internacionales que promedian los 500 dólares por kilogramo, dependiendo del grado de pureza.
De acuerdo con un comunicado de la Universidad Iberoamericana (UIA), Heredia Zepeda, alumno de Prepa Ibero, desarrolló un proceso biotecnológico con el que participó en el concurso de ciencia y tecnología en línea Google-Science Fair, que anunciará a los 90 proyectos finalistas regionales el próximo 7 de julio en su sitio de internet.
Para lograr esta innovación, el joven recurrió al académico Javier Larragoiti Kuri, profesor de Química en dicho centro de estudios y a la maestra Lorena Pedraza Segura, académica del Departamento de Ingeniería y Ciencias Químicas de la UIA, con quienes trabajó en el Laboratorio de Bioingeniería de la universidad.
El estudiante y sus mentores se preocuparon porque el proyecto fuera benéfico para la sociedad y además diera sustentabilidad ecológica, por ello utilizaron el agave, planta utilizada para hacer tequila, de la cual anualmente se producen 120 mil toneladas de desechos en México.
En el comunicado de prensa, Alan explicó que para lograr la producción de carotenoides se hidrolizó la celulosa presente en los residuos orgánicos, primero mediante un tratamiento termoquímico y posteriormente con uno enzimático. La glucosa obtenida, proveniente de la celulosa, se utiliza en una fermentación efectuada por la levadura Rhodotorula mucilaginosa.
El licor obtenido después de la hidrólisis del agave es enriquecido con diversos compuestos, para que la levadura pueda crecer y desarrollarse de manera óptima. Posteriormente, la Rhodotorula mucilaginosa es pasada del inóculo a un medio de cultivo, donde durante 47 horas de fermentación la levadura produce astaxantina, el anticancerígeno.
La concentración máxima de astaxantina obtenida en el Laboratorio de Bioingeniería donde trabajó Alan fue de 3.11 miligramos por litro, a partir de una concentración inicial de 10.22 gramos por litro de glucosa.
“Lo más alto que está reportado hoy en día, y por medios sintéticos, ni siquiera aprovechando residuos, son 30 miligramos por litro. Al proceso de Alan todavía le falta la optimización, que cuando se haga, alcanzará un valor mucho mayor al de ahora”, dijo el ingeniero químico Javier Larragoiti.
Heredia Zepeda espera que su investigación, titulada "Obtención de anticancerígenos a partir de residuos del agave de tequila" tenga buenos resultados en la feria científica, pues no existe ningún antecedente de que se hayan extraído carotenoides de esta planta en particular.