Erbil (Irak), 15 jun (EFE).- Después de la fulgurante ofensiva de los insurgentes suníes, los frentes de batalla se han estabilizado en Irak, donde el número de víctimas se ha disparado en las últimas horas y cada bando habla de cientos de muertos.
Mientras el Ejército aseguró que ha acabado con la vida de 279 terroristas en 24 horas, los extremistas del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) difundieron a través de una cuenta en la red social Twitter fotografías de supuestas ejecuciones masivas, en las que habrían muerto unos mil 700 soldados.
Sin embargo, tanto el Ministerio del Interior como las Fuerzas Armadas declinaron confirmar la autenticidad de las imágenes.
"No hemos podido corroborar su veracidad. No sabemos si son del Ejército iraquí o de otro lugar, tampoco si son antiguas o recientes. No podemos comprobar el área de las supuestas ejecuciones porque es zona bajo control de los yihadistas", dijo a Efe una portavoz militar.
Pese a todo, reconoció que las imágenes podrían ser ciertas, puesto que las ejecuciones "son una práctica frecuente de este grupo terrorista, y ya lo han hecho más veces y en otras regiones".
El Gobierno insiste en que está retomando gradualmente la iniciativa y que sus tropas, apoyadas por voluntarios chiíes, han logrado frenar el avance rebelde a un centenar de kilómetros de Bagdad.
El Ejército advirtió hoy de que proseguirán los ataques con respaldo aéreo contra los insurgentes suníes, una amalgama compuesta por los yihadistas del EIIL, combatientes del antiguo Baaz (el partido único de Sadam Husein) y milicianos tribales.
Según el portavoz militar Qasem Ata, las Fuerzas Armadas destruyeron catorce vehículos cargados con armas y con rebeldes, además del escondrijo de un supuesto cabecilla del EIIL en la base de Al Qayada.
Para Ata, la situación en Bagdad, donde se están llevando a cabo "operaciones militares preventivas", está totalmente controlada.
Ese aparente control no impidió que hoy un coche bomba matase a una decena de personas e hiriese a otras 20 en el centro de la capital.
El artefacto estaba colocado en la zona de Bab al Sharqui, donde se concentraban numerosos vendedores ambulantes que resultaron afectados por el estallido, dijeron fuentes de seguridad.
Abrumado por la desbandada de sus tropas en Mosul el pasado martes, que permitió a los insurgentes tomar en apenas dos días esa ciudad (la segunda del país) y Tikrit (cuna de Sadam Husein), el llamamiento del Gobierno a la movilización ciudadana ha encontrado un amplio eco entre los civiles de confesión chií.
La insólita intervención del ayatolá Ali al Sistani, la voz religiosa más respetada del chiísmo, instando a los ciudadanos a tomar las armas ha llevado a miles de personas a los centros de reclutamiento.
Con ese fin, el Ejecutivo creó hoy la Dirección para la Movilización Popular, que ha abierto centros de inscripción en todas las provincias.
Cientos de hombres, algunos de ellos con armas, acuden a buen ritmo desde hace tres días a esas oficinas en Bagdad, mientras enarbolan banderas iraquíes y lanzan bravatas contra los yihadistas del EIIL.
Muchos voluntarios llegan a Bagdad en autobuses procedentes del sur del país, donde la presencia chií es más numerosa.
Las amenazas de los insurgentes contra los santuarios chiíes de Kerbala y Nayaf han despertado nuevos temores a un conflicto sectario a gran escala, pero también parecen haber contribuido a movilizar a ciudadanos de a pie.
La prioridad para alistarse la tienen los hombres que cuenten con instrucción militar y posean armas, según informó el consejero de Seguridad Nacional, Faleh al Fayad.
"Esta lucha contra el terrorismo no es solo del Estado, sino de todos los componentes del pueblo iraquí. Es una movilización desde el Kurdistán (en el norte) hasta Basora (en el sur) contra los malvados", subrayó.