Las tres grandes coaliciones partidistas que participarán en la elección federal están ya perfiladas también a nivel local: Morena, PT y PES lograron la representación de la unión “Juntos Haremos Historia” en 29 de las 30 entidades que tendrán comicios locales; PAN, PRD y MC hicieron los propio con “Por México Al Frente” en 21 estados, y el PRI-PVEM-Panal que integran “Todos por México”, sólo en nueve.
En los estados se jugarán congresos, alcaldías y gubernaturas, y los frentistas lograron candidato de unidad en solo cuatro de las nueve candidaturas a mandatario estatal, y el tricolor y sus aliados únicamente en dos.
Analistas sostienen que el candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador, arrastrará el voto para sus aliados a nivel local, que podrán impulsarlo al tener una figura fuerte. En el caso de Ricardo Anaya, apuntan, a que representa una fragmentación de los sufragios a nivel local y federal por la ideología de los partidos políticos que lo impulsan y la fuerza que cada uno de ellos tienen en las entidades. Mientras que José Antonio Meade, señalan, no representa garantía de triunfo a nivel local y deberá apoyarse en la maquinaria del PRI para poder ser competitivo en la elección.
Ciudad de México, 15 de marzo (SinEmbargo).– La alianza entre el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Partido del Trabajo (PT) y Partido Encuentro Social (PES) lleva ventaja a las otras dos coaliciones electorales que postulan candidatos a nivel federal y local para los comicios del 1 de julio, pues logró la coalición en todas las entidades en donde habrá elecciones, coincidieron analistas políticos consultados por SinEmbargo.
El primer domingo de julio habrá elecciones locales en 30 entidades, y sólo Baja California y Nayarit acudirán a las urnas a votar por los integrantes del Congreso de la Unión y por el próximo Presidente de la República.
La coalición “Juntos Haremos Historia”, que postula a Andrés Manuel López Obrador para la elección presidencial, concretó su símil a nivel local en 28 estados del país y en la Ciudad de México. En Quintana Roo, ese acuerdo se cayó en días recientes.
La coalición “Por México al Frente”, entre los partidos Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC), con sus variantes locales, se logró en 21 estados y de ellos en cuatro de los nueve que elegirán Gobernador, de acuerdo con Alejandro Sánchez Camacho, secretario de Acción Política Estratégica del Comité Ejecutivo Nacional del Sol Azteca.
Los frentistas lograron ponerse de acuerdo para postular un candidato la gubernatura en Tabasco, Puebla, y Veracruz, y para Jefe de Gobierno en la Ciudad de México.
No se lograron alianzas locales en Sonora, Coahuila, Nuevo León, Hidalgo, Chiapas, Morelos, Guanajuato, Yucatán. En Jalisco la unión no incluye candidato a Gobernador y en San Luis Potosí, la unión partidista es sólo para algunos municipios.
La alianza “Todos por México”, entre los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza (Panal), se ubica con la mayor desventaja, pues sólo concretó ir en coalición por dos gubernaturas: Chiapas y Yucatán, y en Oaxaca, Campeche, Coahuila, Quintana Roo, Sinaloa, Sonora y Tlaxcala formalizó la unión de fuerzas para elegir ayuntamientos y congresos locales.
“Morena lleva ventaja, porque que se logre la coalición hace que los tres partidos trabajen en una misma ruta. Hay ventaja en dos sentidos: permite al candidato local no competir contra gente de su propia coalición a nivel federal, como sucederá en Jalisco con Enrique Alfaro [candidato de MC a la gubernatura] y el Frente [el Frente se logró únicamente entre el PAN y el PRD, pues MC decidió ir solo], y arrastrar votos de los estados a la elección federal”, dijo Ivonne Acuña Murillo, profesora del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana (Ibero).
La investigadora de la Ibero explicó que en caso contrario, lo sucedido al PRI y a sus aliados habla de un reacomodo de fuerzas políticas y de la forma en la que están observando el fenómeno los partidos políticos.
“Hay un fenómeno de traslado en masa de políticos hacia López Obrador. Lo que sucedió en Chiapas, en donde van en coalición obligados, pero que el Verde a nivel local no quiere ir con el PRI, nos habla de lo que está pasando con el PRI: sus alianzas se están debilitando, algo está pasando, hay un reacomodo de fuerzas políticas que empezó con la mudanza hacia Morena de personajes del PAN y los ‘prietos’, como les llamó Enrique Ochoa, que están haciendo una lectura desde adentro y que están tomando decisiones con base a eso”, explicó.
La alianza entre el PRI-PVEM y Panal se había acordado para 15 de los 45 distritos electorales en el Estado de México, pero hace una semana los partidos decidieron ir por separado.
En el caso de Chiapas, la alianza para la gubernatura se concretó porque la dirección nacional del Partido Verde Ecologista se empeñó e impugnó la solicitud de los verdes locales de romper la alianza para ir por su cuenta, o apoyar incluso a la candidatura del Frente.
“La concreción de alianzas locales tiene que ver mas por la desproporción de fuerzas, que solamente con la lealtad o disciplina a un acuerdo programático o pragmático electoral. La alianza Morena-PT-PES es más fácil de explicar, porque en general Morena es un partido más fuerte que sus aliados, los aliados tienen más ganancias aliándose que no aliándose”, explicó Nicolás Loza Otero, investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
Loza Otero agregó que en las entidades donde hay paridad de fuerzas entre los partidos políticos, la coalición se dificultó.
“Lo vemos en Morelos o Jalisco. En caso de Chiapas, aunque obligaron al PRI y al Verde a mantener la alianza, hay un Verde rebelde que irá por su lado. En Chiapas la elección dará muchas sorpresas, pero en general donde la alianza nacional se replicó a nivel local habrá muy pocas dudas al respecto a lo que puede pasar con los votos de uno a otro a nivel territorial con respecto a otro nivel”, explicó.
EL ARRASTRE
De los tres candidatos presidenciales abanderados por las coaliciones, el arrastre de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones locales es el más claro, dijeron los analistas.
Lo es porque Morena va con sus aliados en todos los estados y porque la figura de López Obrador ha arrastrado votos en las elecciones de 2006 y de 2012 a los contendientes locales, como ocurrió en la Ciudad de México en el 20012 con Miguel Ángel Mancera Espinosa, actual Jefe de Gobierno.
“En el caso de López Obrador es evidente. Lo vimos con Delfina [Gómez] en el Estado de México, y lo vamos a ver en la Ciudad de México con Claudia Sheinbaum”, dijo Ivonne Acuña.
En el caso del candidato de la alianza del PRI, José Antonio Meade Kuribreña, el impacto se dará, pero de forma negativa.
“Con Meade más que arrastrar, vamos a ver la operación que hace el PRI con sus grupos organizados para mover votos. Incluso si Meade ganara la Presidencia, en un supuesto, sería la estructura del partido y todo lo que sabemos como lo vimos en el Estado de México, porque con Meade no le alcanza. Además arrastra la marca PRI y la marca [Enrique] Peña que le pesa de forma negativa. Para hacer ganar a Meade tiene que ser el Estado de México a la décima potencia”, indicó.
Y en el caso de Ricardo Anaya Cortés, aspirante de “Por México al Frente”, el impacto del candidato en las elecciones panistas es incierto.
De acuerdo con Alejandro Sánchez Camacho, secretario del CEN del PRD, se concretaron alianzas locales entre los partidos que conforman la alianza en Querétaro, Colima, Tlaxcala, Michoacán, Tamaulipas, Nayarit, Baja California Sur, Sinaloa, Durango, Guerrero, Oaxaca, Campeche, Chihuahua, Quintana Roo, Yucatán, Veracruz, Tabasco, Jalisco, Puebla y la Ciudad de México.
La alianza federal por la gubernatura se replicó en la Ciudad de México, Tabasco, Puebla, Veracruz y en Jalisco; y fracasó en Chiapas, Morelos, Guanajuato y Yucatán.
En Jalisco se concretó pero sin Movimiento Ciudadano, partido que decidió postular sin sus aliados del PAN y PRD a Enrique Alfaro.
“Será difícil saber si un votante de Alfaro en Jalisco, será con la misma seguridad de Anaya a nivel nacional. Hay un elemento de incertidumbre. Los partidos a nivel nacional no pueden tener la certeza de que el votante de Alfaro votará por Anaya en Jalisco”, ejemplificó Nicolás Loza.
El investigador añadió que uno de los fenómenos que se verá en la elección de este año es una votación fragmentada.
“Para un votante de izquierda votar por Alejandra Barrales es aceptable, pero votar por Ricardo Anaya quizás no lo sea del todo. Un elector ideológico podría votar en la Ciudad de México por Barrales y por López Obrador en la nacional. Un panista en la Ciudad de México podría votar por Mikel Arriola en lo local y por Anaya en lo nacional. Eso pasará, no sabemos en qué cuantía, pero pasará”, argumentó.
Gustavo López Montiel, experto en partidos políticos del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (Itesm), explicó que el impacto de los candidatos a la Presidencia de la República y de la concreción o no de las alianzas dependerá de cada estado en particular.
En algunas entidades, dijo, a los partidos les conviene ir por separado que en alianza, porque son más competitivos.
“Eso pasó en el Estado de México, dentro de la estructura del PRI le conviene ir sin alianza que con alianza porque así son más competitivos. En el caso de Chiapas es la estructura nacional del Verde, y es probable que las élites locales le hagan vacío. En el caso de Puebla es distinto; la elección es tan cerrada que si un partido no aporta votos, le pueden quitar un 2 ó 3 por ciento que al final de cuentas es la diferencia con respecto al ganador. Por eso cada alianza depende de la estructura local y contexto de las estructuras locales”, explicó.