Si bien el periodismo a nivel global experimenta una crisis a causa del crecimiento del Internet, en el caso de Argentina, expertos atribuyen la quiebra de numerosos medios a la dependencia excesiva de ingresos provenientes de publicidad del Gobierno anterior.
Buenos Aires, 14 de noviembre (AP) — Un centenar de fotógrafos vestidos de negro y con los ojos vendados protestaron el martes con sus cámaras en alto frente al Congreso por el cierre de la agencia noticiosa Diarios y Noticias (DyN), el último medio de comunicación que ha cerrado en Argentina por problemas financieros.
Bajo el lema “Sin trabajo no hay libertad de expresión”, los reporteros gráficos realizaron un “camarazo” convocado por la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA) y el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), que pidieron a las autoridades promover una ley para declarar la emergencia laboral en las empresas de comunicación y suspender los despidos por seis meses.
DyN es una de las tres agencias de noticias de Argentina y tiene un centenar de periodistas. Sus accionistas son una veintena de diarios de la nación sudamericana.
En lo que va del 2017 ya habían cerrado cuatro medios más: el diario Buenos Aires Herald, fundado en 1876 como el primero editado en inglés en países de habla hispana; la revista Veintitrés; el periódico El Argentino y el canal de noticias CN23. El año anterior dos diarios de menor circulación –El Ciudadano y La Mañana de Córdoba– dejaron de imprimirse, aunque aún operan en formato digital; un tercero, Tiempo Argentino, salía en papel todos los días y ahora sólo los domingos, aunque entre semana lo hace en línea.
El gremio periodístico local estima que en los últimos dos años han perdido su empleo unos 2 mil trabajadores de medios, sólo en Buenos Aires, tanto por cierres, como por reducción de personal y retiros anticipados.
Los medios de comunicación alrededor del mundo han enfrentado una crisis en su esquema de negocios tras la mayor penetración del Internet, aunque en Argentina algunos también la atribuyen a la caída de la publicidad oficial: el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA), integrado por profesionales de medios de comunicación y docentes, ha dicho que la mayoría de los medios que cerraron se vieron afectados porque “sólo se valieron de la publicidad oficial otorgada por el Gobierno anterior” de Cristina Fernández (2007-2015) y que con el nuevo Gobierno de Mauricio Macri “vieron flaquear esos ingresos y no dudaron en dejar en la calle a cientos de trabajadores”.
El FOPEA señaló que en otros casos los cambios tecnológicos y los ajustes en los hábitos de consumo han llevado a algunos medios a desaparecer, como se estima ocurrió con DyN.
Creada hace 35 años, DyN convocó para el 23 de noviembre a una asamblea de accionistas, entre ellos el Grupo Clarín y el diario La Nación, para disolver la sociedad y nombrar a un liquidador, tras argumentar graves problemas financieros. Su servicio era utilizado por periódicos, radios, canales de televisión y portales de Internet.
“Desde hace más de una década, los cambios tecnológicos que transformaron la tarea periodística, el auge de la digitalización y los nuevos ciclos 24 horas de producción informativa de los diarios, fueron disminuyendo progresivamente la demanda de servicios de la agencia hasta reducirla a niveles no sustentables”, dijo el directorio de DyN en un comunicado.
Los ojos están puestos también en la situación del Grupo Indalo, dueño de varias radios, un periódico y una cadena de noticias, que podría declararse en quiebra ante una negativa de la justicia a autorizar su venta debido a una deuda que mantiene con el fisco por 8 mil millones de pesos (451 millones de dólares). En ese conglomerado mediático trabajan unas mil 200 personas entre periodistas, productores, camarógrafos y otros.
El Sindicato de Prensa de Buenos Aires presentó el martes ante las comisiones de Comunicación y Libertad de Prensa del Congreso el proyecto para suspender despidos por seis meses.