La plaga de la roya en la Sierra de Guerrero ha arrasado con cientos de cafetales. La situación ha provocado una emergencia no sólo económica sino también ambiental, por la deforestación provocada por los esfuerzos para salvar las plantaciones. En otras zonas de la entidad, la siembra de alimentos ya no es una opción y los productores han optado por dedicarse al cultivo de amapola.
Ciudad de México, 14 de junio (SinEmbargo).- Productores de la Sierra de Atoyac, en Guerrero, aseguran que la siembra de café en la zona, uno de los principales cultivos que les da sustento está a punto de desaparecer por las plagas.
También enfrentan un problema ambiental ya que la deforestación para erradicar a plagas como la roya, ahora pone en riesgo los mantos acuíferos cercanos.
En contraparte, en la entidad, el cultivo de amapola crece: de los 31 laboratorios clandestinos de goma de opio desmantelados por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en los últimos seis años, 18 se han desmantelado en Guerrero y el resto en otros estados del país, según reveló una solicitud de transparencia realizada por el diario El Sur.
En comunidades como San Vicente de Benítez, hace 30 años llegaban tráileres para colectar toneladas de café, pero hace dos años bajó la producción en 95 por ciento ante la llegada de la plaga de la roya. La próxima cosecha será cercana a cero, coinciden productores entrevistados en la sierra y en esta cabecera y el dirigente de la Red de Agricultores Sustentables Autogestivos (RASA), Arturo García Jiménez.
El presidente de RASA consideró que para el café, el panorama es difícil. Quienes se van a quedar produciéndolo son “quienes le tienen amor al café y quieren trabajar”.
Según cifras oficiales, en Guerrero hay 40 mil hectáreas de vocación cafetalera. La visión de García Jiménez es que en su mayoría están infectadas, además de que son plantas que pasaron su edad productiva; algunas tienen hasta 80 años. Estimó que el 95 por ciento están afectadas por la roya anaranjada.
Tan sólo en Atoyac, la roya del cafeto tiene una presencia del 17.3 por ciento, de acuerdo con el Servicio Nacional de Sanidad Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), órgano desconcentrado de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) en su último reporte semanal del 23 al 26 de mayo.
De acuerdo con la página de la Sagarpa www.royacafe.lanref.org.mx Atoyac es la comunidad con más presencia de la roya del cafeto, le siguen los municipios de Tecpan y Petatlán, con el 15.8 y 15.9 por ciento de campos infectados.
El hongo de la roya se trasmite por una espora resistente y se transporta por corrientes de aire o si se adhiere a un objeto y éste roza con la planta del cafeto, germinando en apenas tres horas cuando las condiciones son óptimas para el hongo, como la humedad.
Los datos de Senasica parecen muy optimistas y lejos de la realidad que muestran los campesinos en esta región, que aseguran que la infección a sus huertas rebasa el 95 por ciento.
En la sierra baja de Atoyac, los caminos son rodeados por cafetales que deberían estar verdes, pero algunos cafetos apenas tienen cinco hojas ya con el hongo que se manifiesta en una coloración amarillenta y naranja; otros, la mayoría, son ramas que están secas.
Históricamente Atoyac es el primer municipio que introdujo el café. Del auge de la actividad económica principal fue testigo la señora Emilia Sánchez Sandoval, de más de 60 años, que tiene recuerdos de los primeros cafetales “bonitos y tristes”, porque a los 11 años su familia se fue a vivir al pie de la huerta.
En 1953 su padre llevaba cuidando tres años los cafetos, sabía que estaba por iniciar su primera cosecha productiva, sin mano de obra que pudiera pagar, toda la familia dejó la comunidad de Los Piloncillos para vivir en la sierra de El Paraíso. “Para levantar esas plantas no fue sencillo, pasamos carencias”, dice.
El Paraíso es el ejido principal productor del café. En Atoyac se localizan más de 23 mil 162 hectáreas dedicadas al café, de las 40 mil hectáreas con ese cultivo en el estado.
LA AMENAZA AMBIENTAL
El problema del café no únicamente amenaza a la economía de los productores de la región, ya que la planta es parte de la riqueza forestal, un amortiguador ecológico que detiene la erosión y retiene el agua. En la sierra de Atoyac, en la comunidad de San Vicente de Benítez se sabe que la deforestación amenaza con desaparecer el arroyo del poblado.
La caída en la producción del café por la roya y el bajo pago a los campesinos por el producto colectado propició que potreros y sembradíos que necesitan la luz del sol desplacen a los cafetales y con ello los árboles que les dan sombra.
En el 2001 de acuerdo con datos del entonces Consejo Mexicano del Café, había 50 mil 773 hectáreas y un registro de 10 mil 497 productores, 15 años después se redujo a 40 mil hectáreas cultivadas, detalló el presidente de RASA.
Por su parte, el delegado estatal de la Sagarpa, Mateo Aguirre Arizmendi, informó el 17 de febrero a el diario El Sur, que el número de hectáreas fluctúa entre 25 mil y 30 mil.
La baja en las hectáreas cafetaleras lleva también a la reducción de los bosques, como sucedió en San Vicente de Benítez en la sierra baja de Atoyac. Francisco Vega Rigueño, que nació cuando estaba el auge del café, recordó que antes de la roya la plaga de la broca afectó pero no a los niveles de la roya.
Dijo que el medio ambiente beneficia al hongo de la roya anaranjada “con los cambios climáticos, ha cambiado todo. Llueve un día y dos días soleado, eso hace que prospere el hongo”.
Cambiar de actividad agrícola no está en sus planes, aunque no haya producción comercial y el pago por el café es bajo “a eso nos hemos dedicado toda la vida y aparte de querer hacer el cambio de uso de suelo, estaríamos dañando al medio ambiente y los mantos acuíferos”.
Advirtió: “Aquí en medio de los potreros, tenemos un arroyo que ya se nos empezó a secar, se seca, el agua ya no corre y se filtra”.
El productor de San Vicente de Benítez, recordó que hace 20 años, en el 96, por la baja en los precios del café y una plaga de la broca la gente salió de sus comunidades.
Ahora como las huertas cada vez más abandonadas, son un caldo de cultivo para el desarrollo de esa plaga, señaló Arturo García. El productor alertó el resurgir de la plaga que es menos fuerte que el hongo de la roya.
Anualmente hay programas para el frenar a la broca sin embargo ya no está funcionando por la ausencia de campesinos, al no poner las trampas mecánicas al insecto, va creciendo.
La broca del grano, es un escarabajo negro que tiene predilección de alimentarse de los granos del café cuando están tiernos, penetrando la cereza del cafeto. Del grano, además de alimentarse, lo usa como alojamiento hasta descomponerlo y seguir su etapa de reproducción. Se descompone y es un café que no sirve además de tornar el rojizo color de grano tierno en color negro.
PERO LA AMAPOLA FLORECE
En la medida que productores de Guerrero se quedan sin opciones, el cultivo de la amapola se ha convertido en un negocio que florece.
En Guerrero se han ubicado 18 de los 31 narcolaboratorios de goma de opio que en los últimos seis años ha desmantelado la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), lo que representa el 58 por ciento del total nacional.
De acuerdo con información de la Sedena, Guerrero es el mayor productor de amapola en el país, pero también es el estado en el que hay más laboratorios clandestinos que procesan la goma de opio para obtener la heroína o, por lo menos, es la entidad donde más se desmantelaron.
Contrario a las visión de que Guerrero es únicamente productor de amapola, y que los cárteles acudían a la sierra a comprar la goma de opio para procesar la heroína en otros sitios, los datos oficiales confirman que ahora la droga también se procesa en los municipios donde se cultiva la planta.
Tan sólo en Heliodoro Castillo (Tlacotepec), de 2010 a 2015 se desmantelaron nueve narcolaboratorios; en 2010 fueron dos, en 2011 ninguno, en 2012 ubicaron dos, en 2013 uno, en 2014 fueron cuatro, y el año pasado ninguno.
En marzo de 2014, el entonces comandante de la 35 Zona Militar, Juan Manuel Rico Gámez afirmó que el constante desmantelamiento de laboratorios clandestinos, principalmente en Tlacotepec, “es un indicio de que en Guerrero ya no sólo se produce opio”, ya se procesaba y se vendía la droga en el mismo estado.
Heliodoro Castillo es un municipio serrano conocido por la siembra de amapola; en los últimos cuatro años se ha informado de miles de desplazados por la violencia generada por grupos criminales que obligan a los pobladores a trabajar para ellos en la siembra de amapola o generan un ambiente hostil para que las familias huyan dejando pueblos fantasmas y así apoderarse de los lugares y sus parcelas.
En los municipios en los que se ha multiplicado este cultivo se han registrado desplazamientos y violencia entre familias y comunidades, principalmente los que están en colindancia con San Miguel Totolapan como Acatlán del Río, en El Caracol, en Tepehuaje y Las Parotas; y en Huautla, Tetela, Durazno del Rosario, El Tequimil y Chicahuales.
Heliodoro Castillo famoso por la siembra de amapola, la inseguridad y el alto número de desplazados, ahora es también el municipio con más laboratorios clandestinos en los que se procesa la goma de opio desmantelados de todo el país.
En Chilpancingo, también fueron localizados y desmantelados tres laboratorios clandestinos, uno en Coyuca de Catalán, cuatro en Leonardo Bravo, uno en Zirándaro más los nueve en Tlacotepec suman los 18 sólo en Guerrero, que forman parte de los 31 ubicados en el país en el mismo lapso de tiempo.
A mediados de mayo, en medio de la polémica que generó la propuesta sobre la legalización del cultivo de la amapola con fines medicinales, comisarios del municipio de Leonardo Bravo pidieron que los gobiernos federal y estatal asuman “con seriedad” esa propuesta y se comience a formalizar en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República.
De no ser así, exigieron que se otorguen proyectos productivos sustentables, apoyos directos a los campesinos y que se cree la Secretaría de la Sierra. “Así como la región Montaña tiene a la Secretaría de Asuntos Indígenas, que la sierra tenga su Secretaría para que detone el desarrollo en este territorio”, dijo uno de los representantes municipales.
Los líderes de las localidades de Tres Cruces, Tepozonalco, La Laguna, Los Morros, Iyotla, Filo de Caballos, La Felicidad de García Suazo y Campo de Aviación, coincidieron en que la legalización de la siembra de la amapola, será la única solución a la violencia, a la pobreza y al atraso que se vive en ese territorio, que es el primer productor del enervante.
Los comisarios están convencidos que la medida beneficiaría a 50 mil productores de amapola de 280 comunidades de la sierra, que actualmente sufren la persecución del Gobierno, así como el acoso y las amenazas de los cárteles de la droga que los obligan a venderles al precio que ellos disponen.
-Con información de El Sur