Ciudad de México, 14 de mayo (SinEmbargo/TICbeat).- Una nota de la agencia de noticias Associated Press hacía prender recientemente la chispa: desde el pasado mes de septiembre tres coches del proyecto de conducción autónoma Google Cars se han visto involucrados en accidentes sin daños personales en California, donde ya han recorrido 700 mil millas de prueba (algo más de un millón de kilómetros).
Si la chispa prendió es porque esa proporción supera la registrada por los coches que sí son conducidos por un piloto humano. De acuerdo con la administración estadounidense, la tasa de accidentes de automóvil con daños materiales es de 0.3 por cada 100 mil millas (160 mil 934 kilómetros) recorridas. La declarada por el equipo de Google Cars, sin embargo, es mayor.
Y lo es incluso después de que Chris Urmson, el director de este programa, corrigiera las cifras en un principio publicadas por Associated Press en una entrada de blog. Urmson especificó que desde sus inicios hace seis años, los Google Cars se habían visto involucrados en un total de 11 accidentes, tras recorrer 1.7 millones de millas, lo que supera los 2.5 millones de kilómetros. La proporción de accidentes con daños materiales continúa, aun así, duplicando la registrada por los automóviles convencionales: es de 0.6 por cada 100 mil millas. En su entrada Urmson defiende que muchos de los accidentes sin víctimas no son denunciados, con lo cual la comparación no estaría, a su juicio, haciéndoles justicia.
El gigante de Internet ha puesto en marcha su maquinaria de comunicación con el objetivo de defender la imagen de sus coches autónomos, con los que buscan que cuaje la idea de que la conducción autónoma podría evitar muchos accidentes, dado que la causa mayoritaria de éstos son los errores autónomos. Sin embargo, sigue habiendo voces que, pese a que las autoridades californianas obligan al gigante de Internet a publicar sus estadísticas de accidentalidad para permitirle seguir experimentando, acusan a la multinacional de no ser suficientemente transparente en cuanto a la seguridad de estos vehículos.
En su artículo, Urmson desgrana algunas de las causas de esos 11 accidentes para reducir la responsabilidad de los vehículos de Google en los mismos. En ningún caso, afirma, estos coches fueron los responsables del accidente. Por ejemplo, en ocho de los 11 accidentes el Google Car fue golpeado por otro automóvil, y en siete de ellos la colisión se produjo desde atrás, un dato que, a su juicio, exime al vehículo autónomo de toda responsabilidad.
El director del programa Google Cars ha aprovechado para recordar las estadísticas sobre distracciones al volante, citando estadísticas gubernamentales que afirman que 660 mil estadounidenses reconocen que miran a la pantalla de sus smartphones mientras conducen. Y, de paso, Urmson ha citado algunas de las situaciones más extravagantes que sus coches autónomos se han encontrado a lo largo de estos seis años en la carretera: “gente leyendo libros e incluso uno que iba tocando la trompeta”. El Google Car, asegura, está preparado para mantener constantemente el 100 por ciento de su atención en un radio de 360º, con sensores capaces de detectar peatones, ciclistas, vehículos y otros obstáculos a gran distancia.