Con el 1 de julio a sólo semanas de distancia, Enrique Peña Nieto tiene una sólida ventaja de dos dígitos en las encuestas. Sin embargo, los votantes y los observadores mexicanos y estadounidenses confiesan que no saben realmente qué es lo que el candidato representa. Tampoco están seguros de cómo gobernará México, un socio comercial vital para Estados Unidos y aliado en la lucha contra los cárteles de la droga, afirma este lunes el prestigiado The Washington Post.
En una nota firmada por Nick Miroff y William Booth, y fechada en Atlacomulco, la ciudad donde nació el ex gobernador del Estado de México, el principal diario de la capital estadounidense destaca el nivel de desconocimiento de los electores sobre el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
“’¿La gente realmente lo conoce?’, preguntó el encuestador independiente Roy Campos. ‘No, pero quiero llegar a conocerlo’”, responde la mayoría de sus encuestados en México, revela el Post.
Con el título “El candidato líder a la Presidencia de México es guapo, popular, pero sigue siendo un misterio”, los periodistas Mirroff y Booth plantean que EPN es menospreciado por sus oponentes que lo llaman “un títere bonito y un estafador telegénico”. De 45 años de edad, Peña Nieto es en realidad un político magistral al por menor, que a través de la disciplina y un sofisticado marketing sofisticado se ha convertido en la nueva cara del viejo Partido Revolucionario Institucional, el PRI, “la máquina de política autocrática que cayó del poder en 2000, después de correr México a través de una mezcla de corrupción y coerción durante 71 años”, exponen los corresponsales de ese diario.
“Peña Nieto nació en el seno del PRI en esta ciudad más rural [Atlacomulco], tranquila y a sólo unas horas del noroeste de la capital [Ciudad de México]. Se enteró de la política en la mesa familiar. Ya de niño, con su pelo bien peinado, sus modales eran impecables. Parece que su vida ha sido como una campaña incesante”, dicen.
“En lugar de jugar con otros niños de su edad, él siempre quería estar con los adultos, hablar de política”, dijo a los reporteros del Post una de las tías de EPN, Berta del Mazo. “Le dijeron que él iba a gobernar algún día”, añade la tía Bertha.
The Washington Post destaca que el joven Enrique se educó al viejo estilo de los jefes políticos del Grupo Atlacomulco, en una clase que goza de patrocinio y poder.
Cinco hombres de su familia se han desempeñado como gobernadores del Estado de México, la entidad más poblada del país; 2005 fue el turno para Peña Nieto, lo que lo fijó en el camino hacia la carrera presidencial de este año.
“Uno de sus mentores, miembro de la familia, fue Arturo Montiel, que le precedió como gobernador y más tarde enfrentó acusaciones de enriquecerse con dinero público”, afirma el Post.
Además, destaca, la pregunta que hizo el candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, en el primer debate presidencial, “expresando en voz alta la pregunta que está en la mente de muchos”, acotan los reporteros: “¿Quién es de verdad Enrique Peña Nieto?”.
“Él ha estado siguiendo un guión desde el principio. Todo es como un guión”, cita el Post a Jenaro Villamil, reportero del semanario Proceso, quien insiste en el candidato priísta es una creación hecha para la televisión, principalmente para Televisa, el conglomerado dominante en el país los medios de comunicación.
En sus libros y artículos, ya citados por los rivales de Peña Nieto, Villamil dice que como gobernador Peña Nieto dio millones a Televisa en contratos de publicidad para garantizar la máxima exposición en su programación, lo que el candidato rechaza, plantean los corresponsales.
“Peña Nieto dice que los mexicanos quieren un cambio, y él es el que puede lograrlo. El presidente Felipe Calderón, del Partido Acción Nacional, está constitucionalmente impedido para postularse a una reelección.
“El rígido y obstinado Calderón, a menudo visto a sí mismo como un general del ejército, ya sea luchando contra las mafias criminales de México o contra la arraigada clase política, dominada justo por el PRI de Peña Nieto, que fue el que bloqueó el paso de la agenda de Calderón”, finaliza el texto del Post.