Los cuatro terroristas que atacaron la sala de conciertos Bataclan fueron abatidos antes de que activaran su cinturón con explosivos, lo que habría elevado la cifra de víctimas por los atentados de este viernes 13 en París, Francia.
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París/Ciudad de México, 13 de noviembre (SinEmbargo/EFE/dpa).- Los ataques que en la noche del viernes lanzaron ocho terroristas, al parecer, en seis lugares céntricos de París han dejado un balance provisional de 120 muertos y 200 heridos, de los que 80 están en estado grave, informó hoy la cadena BFMTV.
Aunque no se conoce aún la identidad o el número total de atacantes, los medios franceses apuntan a que ocho terroristas se suicidaron o fueron abatidos durante las masacres.
Cuatro de ellos perpetraron la toma de rehenes en la céntrica sala Bataclan, donde mataron al menos a 70 personas antes de que las fuerzas de seguridad asaltaron la sala de fiestas para poner fin al secuestro.
Los cuatro terroristas fueron abatidos cuando se disponían a activar sus cinturones explosivos, según las mismas fuentes y a falta de confirmación oficial.
El Gobierno francés, que este día ha recibido la solidaridad de distintos países, anunció que cierra sus fronteras y declaró estado de emergencia mientras lleva a cabo investigaciones para dar con los responsables.
“Sabemos quiénes son esos criminales y terroristas”, comentó el Presidente Francois Hollande sin identificarlos.
En un dramático llamado a su nación, Hollande pidió tranquilidad a los franceses y “tener la cabeza fría ante el miedo”. Pero también pidió a los parisinos que no salgan de sus casas. "Es un horror. Se trata de unos ataques terroristas sin precedentes que están en curso", dijo Hollande, al borde de las lágrimas y profundamente emocionado.
Informó también que el Consejo de Ministros va a aprobar el estado de urgencia en todo el territorio francés y el cierre de las fronteras del país ante los "atentados terroristas sin precedentes" que sufre París. Agregó, a su llegada a la sala de conciertos Bataclan, que Francia "no tendrá piedad" con los terroristas.
Dijo que el país "no se dejará impresionar ante lo sucedido" y se mantendrá unido. "Hay muchos heridos. Heridos graves, conmocionados, conmocionados por lo que vieron", aseveró.
De acuerdo con el Presidente francés, se han "movilizado todas las fuerzas posibles para neutralizar a los terroristas y asegurar todos los barrios" y ha "pedido refuerzos militares que están en París para que no haya mas ataques".
Los medios parisinos coinciden en que se trata de los peores ataques a Francia en décadas.
Apenas el 7 de enero de 2015, es decir, hace menos de un año, la revista Charlie Hebdo padeció una matanza cuando dos hombres enmascarados y armados con rifles de asalto y otras armas entraron en las oficinas y dispararon hasta 50 tiros, matando a 11 personas e hiriendo a otros 11. Gritaban “Al·lahu-àkbar” o “Dios es grande”.
Este día, tres de las explosiones fueron cerca del Estadio de Francia, al norte de la ciudad, donde se disputaba un partido de fútbol amistoso entre ese país y Alemania. Según medios locales, al menos una de las explosiones fue provocada por un atacante suicida.
A raíz de los ataques, se estableció en torno al estadio un cordón de seguridad y tras el encuentro una parte del público se retiró del Stade de France desde el campo de juego.
Por temor a nuevos atentados se suspendió la circulación del metro y de autobuses en el este de París, donde se registraron los ataques, que según los medios fueron en al menos siete lugares diferentes. Mientras que la Prefectura de la Policía de París recomendó esta noche a los habitantes de la capital francesa no salir de sus casas.
Además la Academia de París, de las que dependen los establecimientos educativos de la región, anunció en su cuenta Twitter el cierre de los centros educativos "tras la oleada de atentados esta noche en la capital".
Los autores de uno de los atentados cometidos esta noche en el centro de París gritaban "Alahu Akbar" ("Alá es el más grande") mientras disparaban con armas automáticas, según un testigo en declaraciones a la emisora France Info.
El testigo, que hizo su relato entre sollozos, contó que estaba con su madre en la sala de espectáculos Bataclan, en el distrito XI, y que varios individuos irrumpieron y empezaron a disparar.
Contó que escuchó en varias ocasiones a los autores de los tiros gritar "Alahu Akbar" y que después de una ráfaga, cuando parecía que los presuntos terroristas se habían marchado, escapó con su madre.
El Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró hoy que los atentados ocurridos en París no son solo contra "el pueblo de Francia", sino que "son un ataque contra la humanidad".
En una comparecencia en la Casa Blanca, Obama sostuvo que las autoridades estadounidenses están preparadas para asistir al Gobierno francés.
EL HORROR EN LA PLAZA DE LA RÉPUBLIQUE
La plaza de République y sus alrededores, que en enero escenificaron la condena de los parisinos a los atentados cometidos ese mes con una manifestación masiva, fue el epicentro hoy de una nueva ola de ataques terroristas que sustituyeron su habitual bullicio con un inusual vacío.
Las sirenas de los bomberos, las ambulancias y la policía, y los gritos de los agentes a quienes intentaban saltarse el cordón policial o avanzar por calles ya cerradas llenaron una noche en la que los transeúntes circulaban entre la incredulidad y el miedo.
"Al principio pensaba que un camión estaba descargando piedras. Luego que podría ser un petardo. Pero el ruido era muy potente y comenzó a alargarse demasiado como para pensar que era algo normal", explicó a Efe Leslie Guihard, testigo de uno de los primeros tiroteos.
Esos disparos, que se prolongaron cerca de 30 segundos, según recordó, fueron lanzados contra las terrazas del restaurante Petit Cambodge y el bar Carillon, situados cerca del canal y uno enfrente del otro.
Varios cuerpos en el suelo tapados con sábanas blancas, heridos atendidos por personal sanitario antes de ser trasladados al hospital y agentes de todas las fuerzas del orden en ese primer punto reflejaron poco después el impacto de un ataque que se repitió en otros puntos de la ciudad.
Florian Guerrier, responsable del Café Grisette, relató a Efe cómo a menos de cien metros de su establecimiento, en el restaurante Bonne Bière, dos individuos abrieron fuego a quemarropa contra los clientes de la terraza.
"Iban a pie y no estaban encapuchados. Con las imágenes de las cámaras de seguridad no debería de ser difícil identificarles", relató a Efe, todavía con la conmoción de haber presenciado la escena.
Los bares y comercios de la zona cerraron sus locales primero por decisión propia, pero poco después la policía ordenó recoger las terrazas y quedarse en el interior de los mismos.