Ciudad de México, 13 de junio (SinEmbargo).– México se ubica en los últimos lugares de generación de empleos en América Latina y ofrece actualmente a los trabajadores los salarios más bajos de la región, catalogados incluso dentro del umbral de la pobreza extrema: 2.50 dólares o 37.5 pesos diarios, coincidieron estudios sobre el tema liberados por Banco Mundial (BM) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
América Latina suma ya tres años consecutivos en que la desigualdad no presenta una disminución en sus índices. Los países de la región, de acuerdo con un estudio del Banco Mundial, no han logrado consolidar los programas que buscan reducir la pobreza. En este contexto, América Central y México tuvieron el peor desempeño en comparación con el resto de las naciones del continente.
El estudio “Trabajar por el fin de la pobreza en América Latina y el Caribe: Trabajadores, empleos y salarios”, realizado por el Banco Mundial, también detalla que a pesar de que a inicios de la década varios países de la región tuvieron altos beneficios con las exportaciones de materias primas y establecieron un nivel de salarios adecuados, también descuidaron la formación de nuevas fuentes de empleo. Por el contrario, en los países que no son exportadores, los salarios crecieron mucho menos y en algunos casos mostraron varias disminuciones.
La medición de la pobreza en América Latina y el Caribe se da a partir de las familias que viven con menos de 4 dólares al día, que en promedio serían 60 pesos diarios. En cuanto al umbral de pobreza extrema, se mantiene en los 2.50 dólares al día, lo que equivale a 37.5 pesos diarios.
En entrevista para SinEmbargo, la doctora María Fonseca Paredes, académica del Tecnológico de Monterrey y autora del estudio “Quedamos a deber en competencia laboral”, planteó que mientras los gobiernos de la región y las empresas, no se enfoquen en la generación de empleos de calidad, no pueden esperar el crecimiento económico que estiman cada año.
“El crecimiento económico y los índices de empleo son cosas que están relacionadas. Si no hay crecimiento económico, condición que se repite en los países de la región, no se podrán cumplir las expectativas en la creación de empleos, que es un elemento fundamental en el mercado interno. Además, las economías de México y América Latina están fuertemente ancladas en la economía interna, en el que un elemento negativo es el desempleo. Si no se generan empleos no hay ingresos que puedan mover la economía. Es un círculo vicioso”, comentó.
En 2014, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estimó un crecimiento económico para América Latina de 1.3 por ciento; para 2015 se prevé una mejoría de sólo 2.2 por ciento.
El análisis del Banco Mundial plantea que en los países en los que se han implementado políticas para mejorar los ingresos, redujeron sus niveles de pobreza. En promedio, los trabajadores “no cualificados” –que son aquellos que son más propensos a la pobreza y que representan la mitad de los países de la región– registraron aumentos salariales de 4 por ciento. En cuanto a los “poco cualificados” –es decir, que terminaron sólo la primaria– tuvieron un aumento del 2 por ciento.
En México, de acuerdo con un estudio elaborado por la doctora Fonseca y el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tec de Monterrey, de los poco más de 655 mil empleos formales que se generaron en México hasta septiembre de 2014, 30 por ciento son eventuales, cifra que se duplicó en comparación con el mismo periodo de 2013. Además de que el 60 por ciento de los empleos actuales corresponden al sector informal.
El informe refuerza esta idea: las mejoras en la calidad de los puestos de trabajo fueron escasos, al igual que las oportunidades de desarrollarse, ya que el desplazamiento hacia sectores más productivos o de mejor calidad, fueron “casi insignificantes” en la región.
“La Organización Internacional del Trabajo (OIT), en octubre de 2014, destacó que el reto para combatir la desigualdad requiere de políticas públicas integrales, en lo económico y en lo social, además de que deben contemplar la inclusión social, generar trabajo decente y productivo con un ambiente adecuado […] la OIT dice que en los próximos 10 años, México tendría que estar generando, sólo para aminorar el rezago que tenemos, casi 50 millones de empleos. Si México es la segunda economía de mayor tamaño de América Latina después de Brasil, y por lo menos se tendrían que estar generando 2 millones anuales para compensar toda la región. Las malas condiciones se van acumulando, la precariedad, empleos de calidad insuficiente, no se podrán ver las tasas de crecimiento que se esperan”, explicó la especialista.
Ante este escenario, el BM considera que uno de los problemas a atender es el del salario mínimo lo que, destaca, puede contribuir a la mejora en la calidad de vida de las familias de Latinoamérica, sin descuidar que éste no sea ni muy alto, ni muy bajo.
El salario mínimo para México es de 70.10 pesos para la zona A y de 68.28 pesos para la zona B. En comparación con el resto de los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, el de México es de los más bajos: los trabajadores ganan en promedio 0.6 dólares por hora de trabajo, con lo que resulta numéricamente imposible adquirir la canasta básica, que tiene un costo de mil 743 pesos.
Aunado a esto, las cargas fiscales –como los impuestos que se le cargan al salario de los mexicanos– también son de las más altas entre los países que integran a la OCDE.
En América Latina, los países que han propiciado el aumento del salario de los trabajadores son Uruguay, Perú y Brasil. Por el contrario, los tres últimos son México, El Salvador y Nicaragua.
Esta situación se da a pesar de que México sea un país con un papel importante en el mercado de la exportaciones. Sin embargo, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el último año las manufactureras bajaron 0.5 por ciento y las automotrices 2.12 por ciento. Lo anterior provocado en gran medida por el crecimiento de Estados Unidos, país destinatario de alrededor del 80 por ciento de los productos exportados de México.
En México, la generación de empleos ha sido lenta desde la crisis económica de 1994. Según Fonseca Paredes, es una problema que aún no puede superarse en términos de la necesidad de dignificación de las personas a través de su empleo.
La desigualdad en el ingreso de los hogares en la región cayó en la última década es “un fenómeno único en el mundo”, el factor más importante detrás de esto es la reducción de la dispersión entre los salarios entre las personas mejores capacitadas con las menos, plantea el informe del BM, y sostiene que es el empleo el que importa para los cambios en la desigualdad, así como la protección a los salarios.