Ciudad de México, 13 de mayo (SinEmbargo).- Han pasado casi 20 años desde que Harry Potter fuera dado a conocer y, a pesar de eso, el niño mago sigue luchando contra las fuerzas del mal en la imaginación de millones. Sin embargo, de acuerdo con un nuevo estudio la victoria del joven Harry sobre el malvado Voldemort puede no estar limitada únicamente a las páginas de los libros escritos por J. K. Rowling.
Un grupo de Psicólogos italianos creen que los niños que se identifican con Harry Potter pueden llegar a desarrollar gran empatía y tolerancia hacia las personas procedentes de entornos desfavorecidos como refugiados e inmigrantes o con preferencias sexuales diferentes. Todo gracias a la infancia infeliz de Harry, dio a conocer la organización de medios estadounidenses NPR.
De acuerdo con los especialistas, a través de las historias se encuentran dispersas referencias al hecho de que Harry no fue criado en la aristócrata vida de mago. Al mismo tiempo, hay muchos personajes en la historia (muchos magos) que vienen de entornos mucho más privilegiados, que resultan ser los villanos de la historia.
Mientras que Harry eventualmente escapa de su vida entre la gente normal (llamada “muggles” por sus compañeros magos), descubre rápidamente que las maravillas del mundo mágico todavía esconden prejuicios e intolerancia detrás de sus varitas y batas. Al experimentar el mundo a través de los ojos de Harry, los psicólogos creen que tal vez los lectores pueden llegar a estar más en sintonía con las personas que a menudo luchan en el mundo real.
Los investigadores encabezados por Loris Vezzali de la Universidad de Modena y Sofia Stathi de la Universidad de Greenwich pusieron a prueba a tres grupos de jóvenes desde aquellos que cursaban primaria hasta estudiantes universitarios y encontraron que los Potterheads (fans de la saga de Harry Potter) eran más receptivos hacia las personas estigmatizadas.
Para el estudio se habló con los jóvenes antes de que leyeran un libro de Harry Potter o miraban una de las ocho películas basadas en las novelas. A algunos se les pidió que se centraran en un perjuicio, explorando la escena en la que Draco Malfoy (un mago de sangre pura) llama la amiga de Potter Hermione Granger una “pequeña sangre sucia” (un término insultante para los magos con la sangre humana en sus venas) y su reacción a esta situación planteada.
Otros voluntarios, por su parte, leyeron o vieron a una escena relativamente neutral (ajena a perjudicar) cuando Potter compra su primera varita, publicó The Economic Times.
Una semana después el equipo le preguntó a los grupos de jóvenes de nuevo y encontró que las personas expuestas a la escena de Malfoy resultaron más comprensivos hacia los homosexuales que los que leyeron o vieron la escena de la varita.
Los estudiantes que experimentaron el “incidente Malfoy” también resultaron ser menos agresivos hacia los refugiados e inmigrantes que los que experimentaron el episodio de la varita.
Sin embargo, es prudente aclarar que aunque los investigadores utilizaron a Harry Potter como punto de referencia, la investigación, más que hablar de la influencia del personaje creado por J. K. Rowling podría decir más sobre la manera en la que una buena historia cambia la forma de pensar.
Sin duda una de las ideas más interesantes que señala la heptalogía es sobre la determinación al momento de luchar y que la forma más eficaz de transmitirla no es a través del pensamiento racional y del esfuerzo consciente, sino a través de la narrativa y la historia. Cuando las historias nos permiten sentir empatía hacia las personas que llevan vidas muy distintas o que vienen de orígenes muy diferentes al del lector, eso permite entrar en los zapatos de los demás de una manera que ningún sermón puede lograr.