Los creyentes, autodenominados Cuerpo Místico de Cristo y considerados una "secta" por los locales, se establecieron en una zona aislada, a 205 kilómetros al noroeste de Managua, en condiciones precarias.
Managua, 13 de marzo (EFE).- Un tribunal de apelaciones de Managua confirmó una sentencia condenatoria para ocho miembros del autodenominado Cuerpo Místico de Cristo, por los delitos de tráfico, exposición y abandono de personas, entre otros, informaron hoy fuentes judiciales.
Los magistrados de la Sala Penal Uno del Tribunal de Apelaciones de Managua ratificaron con un fallo la condena a seis años de prisión para ocho de los nueve centroamericanos, que crearon un asentamiento informal con fines religiosos en el noroeste de Nicaragua, adonde atrajeron a cientos de seguidores.
Los líderes del grupo religioso, compuesto por seis hondureños, un guatemalteco y dos nicaragüenses, entre ellos el prófugo Gerald Pozo Pichardo, fueron declarados culpables el 3 de febrero de 2016 de los delitos de tráfico de personas, construcción en lugares prohibidos y exposición y abandono de personas.
Pozo Pichardo fue detenido pero se fugó, en una fecha no precisada por las autoridades. Las leyes de Nicaragua permiten que sea juzgado en ausencia por haber huido una vez iniciado el juicio.
En tanto, el hondureño Elvin Aguilar obtuvo en enero pasado el beneficio de suspensión de la ejecución de la sentencia, debido a que estaba muy enfermo y fue deportado a su país.
Los condenados inicialmente fueron los hondureños Samuel Funes, Orlando Funes, Héctor Funes, Carlos Antunes, Elvin Aguilar e Iván Orellana, los nicaragüenses Pozo Pichardo y Francisco Sánchez, y el guatemalteco Gerson López.
El grupo religioso que estos hombres lideraban fue descubierto por las autoridades en octubre de 2015.
Hasta allí atrajeron a unas 600 personas de diversas nacionalidades de Centroamérica, de las cuales más de 300 eran niños que estaban privados de salud y educación, según investigaciones del Ministerio de la Familia, Adolescencia y Niñez.
Los religiosos vendían sus propiedades o adquirían deudas en sus países para trasladarse a vivir al lugar, donde esperaban "la salvación", según la acusación de la Fiscalía nicaragüense.