Ciudad de México, 12 de septiembre (SinEmbargo).– México también tiene a muchos indignados por la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa y por el evidente conflicto de interés en la compra de la llamada “casa blanca” a un contratista del gobierno por parte de la pareja presidencial. Entonces ¿por qué en Guatemala sí hubo justicia y en México no? La respuesta es sencilla: porque en Guatemala las investigaciones fueron lideradas por un organismo internacional y en México no, escribe hoy en su columna de Reforma Jorge Ramos Ávalos.
El periodista mexicano señala que Guatemala le ha dado una gran lección a México sobre cómo enfrentar la corrupción y la impunidad cuando llega a los más altos niveles del gobierno. “Pero el gobierno de Enrique Peña Nieto se ha vuelto a esconder y prefiere investigarse a sí mismo. Eso no sirve”, detalla.
Iván Velásquez, escribe Ramos, es el hombre que tumbó al Presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina. Él está al frente de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG). Esta comisión se creó gracias a un acuerdo entre Naciones Unidas y el gobierno de Guatemala. “¿Y por qué no hacemos lo mismo en México?”, pregunta el periodista mexicano.
Jorge Ramos detalla que en una entrevista Velásquez le dijo que México podría investigar casos específicos de corrupción e impunidad, como la “casa blanca” y la desaparición de los 43 normalistas.
En el caso de la investigación de la “Casa Blanca” en México, destaca Ramos, “la realizó un subordinado del Presidente, Virgilio Andrade Martínez. Y como era de esperarse, absolvió al Presidente y a su esposa, Angélica Rivera Hurtado (…) Si de verdad Los Pinos no tiene nada que ocultar, ¿por qué no le piden a Naciones Unidas que haga su propia investigación independiente sobre la ‘casa blanca’ y la del Secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, en Malinalco?”, inquiere Jorge Ramos en su columna.
Añade que la misma sospecha existe sobre la investigación gubernamental por la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa, la cual sugería que los estudiantes fueron incinerados en un basurero de Cocula, Guerrero, hecho que desmintieron los cinco expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
“Las investigaciones de la CIDH nos llevan a las siguientes conclusiones: la ‘verdad histórica’ que presentó el gobierno mexicano sobre el caso Ayotzinapa es falsa, el gobierno no se puede investigar a sí mismo y, ante la falta de credibilidad de las autoridades, es necesario que organismos internacionales se involucren. Lo mismo se aplica al caso de la ‘casa Blanca’”, afirma el también conductor de noticias de Univisión.
Si México quiere seguir el gran ejemplo de Guatemala debería permitir que expertos internacionales e independientes investiguen la corrupción y la impunidad. Esa es la única manera de recuperar la confianza de los mexicanos, opina Jorge Ramos, y lanza la pregunta: ¿quién se atreve a invitar a Iván Velásquez a México?