Para la Comisión Nacional de los Derechos Humanos es necesario que se exploren y trabajen las causas de los 2.5 millones de menores de edad que trabajan en México. Esta situación, explica la entidad, es una manifestación de la pobreza, la vulnerabilidad y la exclusión social en el país.
Ciudad de México, 12 de junio (SinEmbargo).–La Comisión Nacional de Derechos de los Humanos (CNDH), en el marco del Día Mundial Contra el Trabajo Infantil, señaló que en México existe una necesidad de impulsar y fortalecer políticas que tengan un proyecto integral y que atiendan las causas que provocan el trabajo y la explotación de 2.5 millones de infantes.
En un comunicado, la entidad recordó que el trabajo infantil constituye una violación a los derechos de adolescentes, niñas y niños. Además, esta situación es una manifestación de la pobreza, la vulnerabilidad y la exclusión social en el país.
La atención a esta problemática, continúa el comunicado, "debe ser de manera integral, requiere de políticas públicas transversales, con perspectiva de derechos y de género, orientadas a reducir la pobreza y la discriminación para garantizar que todas las niñas, niños y adolescentes del país tengan acceso a la educación, la salud, a vivir en familia, a otros servicios públicos de calidad y a la asistencia y protección social, para que los integrantes de las familias en situación de vulnerabilidad accedan a un trabajo que permitan que la niñez y la adolescencia no tenga que trabajar”.
“Ellas(os) no eligen trabajar sino que para muchas familias su incorporación al mercado laboral representa una fuente de ingresos más para asegurar supervivencia o bien una actividad culturalmente aceptada como modus vivendi ante las dificultades para acceder a la educación y otras oportunidades de desarrollo individual y comunitario”, explica la CNDH.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 2.5 millones de menores de edad desempeñaron en 2013 alguna actividad económica, una cifra que descendió de los 3.6 millones en 2007. Sin embargo, los resultados mostraron que su jornada laboral es de más de 35 horas a la semana y el 45. 9 por ciento lo hace sin recibir un ingreso.
Información del Módulo de Trabajo Infantil (MTI), muestra que en 2013 la tasa de ocupación de la población de cinco a 17 años era de 8.6, correspondiente a 2.5 millones de niñas, niños y adolescentes que realizan alguna actividad económica, 67.4 por ciento son niños y 32.6 por ciento son niñas.
Al respecto del género, continúa el comunicado de la CNDH, los niños superan en número a las niñas en todos los sectores, con excepción del trabajo del hogar.
La institución recuerda que Thomas Wissing, director de la Oficina para México y Cuba de la OIT reveló que Guerrero, Oaxaca y Chiapas son los estados con mayor porcentaje de niñas, niños y adolescentes que trabajan, con 14 por ciento, 11.7 por ciento y 11 por ciento, respectivamente, y cuyas actividades se concentran en el sector primario, especialmente en la agricultura.
La pobreza es la principal causa del trabajo infantil, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Los menores de edad trabajan para alcanzar un bienestar que no les fue proporcionado, lo cual conduce a un círculo vicioso: la familia es pobre y el niño debe trabajar, si el niño tiene un empleo, no puede estudiar; sin preparación, sus ingresos como adulto son proclives a ser bajos por lo que envía a sus hijos a laborar.
Las consecuencias de esta entrada al “mercado laboral” a tan temprana edad son diversas, pero el también miembro de la Comisión intersectorial para erradicación de la violencia en contra de niños, niñas y adolescentes destaca la alienación. “Ven el trabajo como algo enajenante, los separa de su actividad humana. También en muchas ocasiones produce enfermedad, la muerte inclusive si el trabajo es particularmente riesgoso o si las condiciones de explotación son muy severas o si implica una violencia significativa”.