Ciudad de México, 12 jun (SinEmbargo).- Aunque no es un artista que venga a México a dar conciertos masivos, el cantautor argentino León Gieco es bien conocido por estos lares. Fundamentalmente, claro, por su hit global “Sólo le pido a Dios”, canción que ha traspasado muchas fronteras geográficas y emocionales y de las que se han hecho innumerables versiones.
Los oídos atentos y curiosos, además, saben que a la hora de entender algunas de las claves sociopolíticas que explican la Argentina pre, durante y post dictadura, tendrá que recurrir a algunas de las canciones del nacido como Raúl Alberto Gieco el 20 de noviembre de 1951, en la provincia de Santa Fe.
Por caso, la impresionante “La memoria”, un tratado de la verdad criminal que dio sustancia a la última y cruenta dictadura en dicho país sudamericano (1976-1983), cuyo máximo exponente, el dictador Jorge Rafael Videla, acaba de fallecer en una prisión bonaerense, a los 87 años.
Aunque la máxima tolstoiana de pintar la aldea para describir el mundo sea hoy un lugar común, sirve para definir el significado extendido que en ámbitos extraordinarios y un tanto ajenos cobran sus temas. Si “La memoria” describe como pocas letras la necesidad de tener presente el pasado para no volver a cometer errores, también es un tratado sobre el olvido que tanto mal ha hecho a los pueblos del continente.
“Esos ojos negros que miraban, cómo se ganaba en el Mundial”, supo cantar al describir al recientemente fallecido Videla, en un tema que muchos susurraron con rabia contenida cuando se conoció la noticia de su muerte.
Esa facilidad para traducir los sentimientos populares con nitidez y una emotividad difícil de superar, han convertido a León Gieco en un verdadero ídolo en su país de origen. Un ídolo distinto al trágico y contradictorio Diego Maradona, por ejemplo, pero alguien que como el astro del futbol venerado en Argentina, está metido de lleno en el corazón de su pueblo.
AHORA LE CANTA A LAS MUJERES
A los 61, León ha querido rugir como siempre aunque un poco más de dulzura y tal como informó este fin de semana el periódico argentino Página 12 en una larga nota de portada, se dio el gusto de grabar un disco con 34 temas sólo dedicados a las mujeres.
No hay mirada sociológica, no hay manifestación política, sólo el amor del cantautor por las representantes del sexo opuesto, en un disco doble titulado Verdaderas canciones de amor.
“Me encanta agarrar el auto, poner música suave y levantar el pedal para poder ir tranquilo, disfrutando de lo que veo. Por eso pensé en un disco despojado de estridencias y de cargas políticas y sociales, para que lo puedas escuchar relajado mientras manejas o bien cuando te levantas a la mañana, estás estudiando o te vas a dormir. ¡Lo probé conmigo y funcionó!”, dijo el músico en la nota citada.
El álbum trae canciones emblemáticas y algunos temas inéditos, como la pieza realizada para la banda de sonido del filme Eva de la Argentina. “Canto dorado”, “En la cintura de los pájaros”, “La colina sobre el terciopelo” y “Canción de amor para Francisca”, en versiones 2013.
Es un disco con el que León busca relajar al oyente, comprometido como está –entre tantas sociales a la que adscribe activamente- con la iniciativa Conduciendo a Conciencia, la ONG surgida tras la tragedia vial que acabó en octubre 2006 con la vida de nueve alumnos, una docente y dos personas que viajaban en el camión que embistió al autobús del colegio Ecos.
En dicha causa estaba también muy comprometido Luis Alberto Spinetta (1950-2012), cuya hija menor, Vera, estudiaba en la escuela de los fallecidos, uno de los cuales –el niño Benjamín Bravo- compuso la canción “A descifrar” que El Flaco entonó en un acto destinado a recordar a las víctimas del trágico accidente.
“ME LLAMARON DE CHIAPAS, LOCO”
León Gieco, que prepara una gira por nuestro país, está metido de lleno, como dijimos, en diversas causas sociales. No puede cumplir con todas las solicitudes que le hacen llegar, pero se muestra particularmente entusiasmado con un llamado que ha recibido de Chiapas para que apoye “un nuevo plan educacional que está muy piola”, contó al periodista Juan Ignacio Provéndola.
A propósito del paso del tiempo, el artista admite sentirse cada vez más joven, una circunstancia que le exige más cuidados cuando juega al futbol. “Mi mente va más rápido que mi cuerpo”, dice, al tiempo que critica a las personas de su edad que han claudicado, dejando atrás las aficiones de juventud, como la música, una actividad que le permite relacionarse de igual con las nuevas generaciones.
Este hombre que dice tener la mente abierta gracias al rock vive con orgullo de que Argentina sea pionero en la lucha de los derechos humanos en el continente y el único país en condenar a los genocidas de las dictaduras que asolaron Latinoamérica en los ’80.
“Es increíble que estén atrasados en ese sentido (dice a propósito de otros países). El único lugar que vivió estos juzgamientos como un adelanto de la historia fue la Argentina y estoy encantado por eso. Ando por todos lados y si nos tienen en cuenta en el mundo por algo es, justamente, por la lucha de los derechos humanos.
Hablo de los artistas, de los militantes y de la buena gente en general. Y a los que creen que en el mundo no nos tienen en cuenta por eso, les mandamos a una reina y a un Papa para que se los metan en el orto”, remató Gieco con su particular argot.