Por Adela Navarro e Inés García, especial para SinEmbargo
Ciudad de México, 13 de mayo (SinEmbargo/Zeta).– Antonio Vera Palestina, quien asesinó al periodista cofundador de ZETA Héctor «El Gato» Félix Miranda, recuperó la libertad tras 25 años en prisión. Al salir del penal de máxima seguridad “El Altiplano” fue recibido por su familia y trasladado a Tijuana en una camioneta.
“El delito que cometió fue grave y con todas las agravantes de la ley. La justicia queda muy limitada en estos casos. Ya salió y su perfil es delinquir”, dijo a ZETA un funcionario de la Procuraduría General de Justicia de Baja California.
El pasado viernes 1 de mayo de 2015, Vera Palestina abandonó la prisión de máxima seguridad ubicada en Almoloya de Juárez, Estado de México, conocida como “El Altiplano”. Luego fue trasladado a Tijuana.
En distintas entrevistas afirmó que es inocente.
El 20 de abril de 1988, Héctor “El Gato” Félix fue ultimado a balazos. En aquel entonces, Antonio Vera Palestina y Victoriano Medina, ambos pertenecientes al equipo de seguridad del empresario Jorge Hank, fueron juzgados y sentenciados como autores materiales del homicidio.
Pese a que las primeras investigaciones de la Procuraduría del Estado determinaron que los asesinos, las armas y los vehículos habían salido del Hipódromo Agua Caliente, la dependencia nunca investigó al dueño, Jorge Hank Rhon, quien ha sido señalado como autor intelectual del homicidio de Félix Miranda.
Después de su liberación, el ex prisionero se reunió públicamente con Hank Rhon. Ahí Vera Palestina declaró que el fallecido Jesús Blancornelas, codirector fundador de ZETA, se benefició del asesinato de “El Gato” Félix Miranda.
La reproducción de las fotografías del encuentro por parte de los medios dio a ambos un trato de celebridad y protagonismo.
Jorge Hank afirmó que revisaría la ley para considerar si vuelve a contratarlo como su escolta junto con Victoriano Medina, el otro sentenciado por el asesinato del periodista.
Denostando la administración de la justicia en su caso, Vera Palestina fue sentenciado por el entonces Juez Segundo de lo Penal, Miguel Ángel Barud Martínez. Expresó a los reporteros:
“Es una experiencia amarga, afortunadamente en estos momentos se vive en un Estado de Derecho plenamente en el pasado, se debe de confiar en las leyes, si en estos momentos hubiera sucedido -el asesinato del periodista-, no hubiera pasado nada, porque nunca existieron los elementos suficientes como para ni siquiera indicios, mucho menos pruebas”.
Refirió también que en ZETA “lucran con el dolor ajeno”, calificando así la exigencia a las autoridades federales y estatales, de justicia en el caso de Héctor Félix, y de investigar y procesar al autor intelectual.
TRASTORNO ANTISOCIAL Y NARCISISMO
En 1988, cuando Antonio Vera Palestina asesinó a «El Gato» Félix Miranda, la pena máxima por homicidio era de 25 años, actualmente es de 50 años.
Hace un año solicitó un estudio de personalidad para ser beneficiado con la libertad anticipada, pero los resultados revelaron que no estaba apto ni en condiciones psicológicas para reinsertarse en la sociedad.
“Sus juicios continúan distorsionados por su estructura de personalidad antisocial que se mantiene vigente, puntualizando que se conserva un reconocimiento social, poder económico y liderazgo negativo, elementos de los cuales puede hacer uso si existen los motivadores y factores precisos”, precisa.
Fue diagnosticado de “trastorno antisocial de personalidad, rasgos del trastorno narcisista de personalidad”.
En términos médicos, se define el Trastorno Antisocial de Personalidad (TAP) como “una afectación de salud mental por la cual una persona tiene un patrón prolongado de manipulación, explotación o violación de los derechos de otros. A menudo este comportamiento es delictivo”.
De acuerdo con el sitio MedlinePlus, “algunos médicos creen que la personalidad psicopática es el mismo trastorno. Otros creen que la personalidad psicopática es un trastorno similar, pero más grave”.
En los estudios practicados en prisión, se detalló sobre Vera Palestina:
“… el solicitante a lo largo de su internación no ha mostrado buena conducta, algunas de carácter grave, como las concernientes a faltarle el respeto a los vigilantes, agredir física y verbalmente a celadores, amenazar al personal de la Penitenciaría, incluyendo a los licenciados del penal, faltarle el respeto al personal de cocina, de seguridad, no acatar indicaciones y demás, circunstancia que se valoró en su conjunto…”.
SALIDA DE «EL ALTIPLANO» EN CONVOY
Fuera de prisión, los primeros pasos de José Antonio Javier Vera Palestina fueron lentos, pausados. Tras purgar 25 años de condena por el asesinato del periodista Héctor “El Gato” Félix Miranda, salió libre a las 2:58 pm del 1 de mayo de 2015 y fue recibido por camionetas.
Ese día fue el primer interno en abandonar el penal de máxima seguridad “El Altiplano”, en el municipio de Almoloya de Juárez, Estado de México.
Sin personal penitenciario para sujetarlo de la nuca o del brazo al caminar, Vera Palestina lució casi sonriente. A lo lejos, solo resalta su cabeza canosa.
Un día antes, jueves 30 de abril, sus hijos y familiares esperaban la salida temprana del homicida del cofundador de ZETA frente al penal de máxima seguridad. No ocurrió así.
Quienes viven frente a la cárcel que aloja a los criminales más peligrosos del país, como los narcotraficantes Servando Gómez Martínez “La Tuta” y Édgar Valdez Villarreal “La Barbie”, recuerdan haber visto a la familia permanecer en las inmediaciones ya entrada la madrugada. Ahí siguieron hasta el día siguiente.
Un pasaje solitario, rodeado por extensos campos donde pastan vacas y caballos, atraviesa el pueblo de Santa Juana, perteneciente a Almoloya, hasta topar con el Centro Federal de Readaptación Social Número 1.
Sobre este terregoso camino, resaltaban a la vista dos camionetas Suburban de reciente modelo con vidrios polarizados. La de color negro estaba estacionada frente a la gris.
Soldados custodiaban desde 200 metros antes, el acceso al penal. Fueron instalados en ese punto desde el 22 de febrero de 2014, día en que Joaquín “El Chapo” Guzmán ingresó a “El Altiplano”.
El reloj marca las 9:00 am del viernes 1 de mayo. Un grupo de mujeres y hombres, vestidos con uniforme de cocineros, abandona la prisión mientras una cuadrilla de trabajadores con camisetas de color verde, esperan entrar al penal.
Junto a quienes atienden un par de puestos de tlacoyos, quesadillas y tacos, los tripulantes de las camionetas son los únicos en permanecer frente al reclusorio.
En el transcurso de las siguientes seis horas, llegan cuatro automóviles más. Sus ocupantes intercambian asientos entre vehículos, conversan y caminan hacia La Luz del Día, una pequeña fonda ubicada en el extremo noroeste de la prisión.
Más de doce personas conforman la comitiva que espera la salida de Vera Palestina en convoy y a máxima velocidad.
En los 23 años de vida de la prisión que inició con el nombre de “Almoloya” para cambiarlo por el de “Altiplano”, Mario, quien desde entonces vive y trabaja en las inmediaciones del penal, solo ha visto a otro reo salir de la forma en que lo hizo Vera Palestina.
“No es común que los reciban en camionetas, casi todos salen caminando a pedir un taxi o tomar el autobús para irse de aquí”, relata el hombre que ya rebasa los 50 años.
Pero el compadre de Jorge Hank Rhon, quien se desempeñaba como su jefe de seguridad cuando le quitó la vida a Félix Miranda, abandonó la prisión en un convoy digno de un operativo de seguridad.
Cunado salió, la camioneta tipo Suburban negra se aproximó a él antes de que abandonara por completo los terrenos de la cárcel. Parte de la familia abordó el vehículo y con ayuda de uno de sus hijos, Antonio Vera Palestina ingresó al asiento trasero.
En menos de un minuto, el resto de los familiares ya se encontraban dentro de dos camionetas más y dos automóviles compactos. Un joven abogado, vestido de camisa verde y pantalón de mezclilla, corría con una bolsa de plástico transparente en la mano, en el interior las pertenencias del ex reo.
Con la Suburban negra al centro, el convoy conformado por cuatro vehículos más se alejó a toda velocidad hasta perderse en el camino del pueblo.
El vehículo donde viajaba Vera Palestina era conducido por su hijo Jerónimo Vera Ayala, quien también permaneció recluido en una penal de máxima seguridad, en Puente Grande, Jalisco.
Tras 15 meses de encarcelamiento, el ahijado de Hank Rhon regresó a trabajar a su lado como director de Planeación Estratégica del equipo de futbol Xoloitzcuintles de Tijuana. Anteriormente había ocupado el cargo de gerente de presidencia en el equipo propiedad de Hank Rhon.
Su estancia en prisión federal fue debido a que se le acusó de delincuencia organizada. De acuerdo a un testigo protegido, Vera Ayala era el encargado de recibir y esconder cargamentos de droga en el Hipódromo de Agua Caliente en Tijuana.
Su hermano gemelo, Jorge, así como el propio Jorge Hank Rhon, también fueron señalados en las declaraciones del testigo protegido, de otros crímenes como homicidios.
De ahí que Jerónimo Vera fuera detenido en febrero de 2012 en Guadalajara, Jalisco, y trasladado a Puente Grande, penal que también alojó a su padre.
Sin embargo, la justicia federal le concedió un amparo para anular el auto de formal prisión por “una indagatoria defectuosa”, y el 7 de junio de 2013, salió de prisión.
DE REGRESO AL HIPÓDROMO
En entrevista con ZETA, minutos antes de la liberación de su padre, Jerónimo Vera dijo que su familia se encontraba feliz.
“Entero, en una pieza y listo para trabajar donde se le dé oportunidad”, describió a su padre, quien de inmediato se vería con su antiguo patrón, Jorge Hank Rhon.
Dijo siempre haber recibido apoyo del “señor, el ingeniero”, en referencia a Hank Rhon, tanto para su padre como para su familia.
Sobre su padre consideró que “ha sido un gran ejemplo, siempre nos instruyó a estudiar y ganarnos la vida”.
El 1 de mayo de 1990, Vera Palestina fue detenido por el asesinato. Antes de trabajar para el dueño del hipódromo, había servido a su padre, Carlos Hank González, cuando gobernó el Estado de México.
Así, en 1991, el hoy ex presidiario fue sentenciado en el Juzgado Segundo de lo Penal en Tijuana, Baja California, a 25 años de prisión.
Desde entonces, sus abogados tramitaron múltiples amparos para obtener una pre-libertad durante su condena. Ninguno fue concedido.
Primero recluido en la penitenciaría de La Mesa en Tijuana, Vera Palestina fue trasladado en abril de 1995 a la prisión de Puente Grande, Jalisco.
De ahí pasó al penal de máxima seguridad en Ciudad Juárez, Chihuahua. En abril de 2012, llegó a la cárcel estatal de “El Hongo” en Tecate, Baja California, pero antes de que finalizase ese año, fue enviado al penal “El Altiplano”, donde cumplió los últimos años de su condena.
El 5 de mayo de 2015, Antonio Vera Palestina regresó a Tijuana en un vuelo desde la Ciudad de México. De ahí con Jorge Hank Rhon, a las instalaciones del hipódromo, el mismo lugar del que hace 27 años salió para asesinar al periodista, como lo consignó un juez.