Corea del Norte dio recientemente un vuelco a sus largos años de aislamiento en la ONU al aceptar presentar informes nacionales ante los comités dedicados a los derechos del niño.
Por Isabel Saco
Ginebra, 12 marzo (EFE).- Un eventual proceso político para la desnuclearización de Corea del Norte no debe efectuarse ni progresar a costa de la mejora que urge en la situación de los derechos humanos de la población, dijo hoy el relator de la ONU para este país, Tomás Ojea Quintana.
El relator presentó al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que le confió en 2016 la misión de supervisar la situación en Corea del Norte, su informe anual, el cual ha elaborado sin poder visitar este país porque las autoridades no se lo han permitido.
El régimen norcoreano rechaza la existencia de un relator de la ONU dedicado a un país en particular, un mandato que sólo se crea en casos considerados graves.
Ojea reconoció que algunos países pueden pensar que entablar una discusión sobre derechos humanos con Corea del Norte, en el contexto de la apertura que parece crearse tras la aceptación del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reunirse con el líder norcoreano, Kim Jong-un, puede perjudicar este diálogo, pero pidió no caer en esta retórica.
"He sido claro en señalar que los derechos humanos no se pueden poner de lado", dijo el relator en una conferencia de prensa.
El argentino Ojea enfatizó que Corea del Norte dio recientemente un vuelco a sus largos años de aislamiento en la ONU al aceptar presentar informes nacionales ante los comités dedicados a los derechos del niño y a la lucha contra la discriminación de las mujeres.
Sin embargo, verificar si este cambio de posición tiene alguna repercusión real para los norcoreanos es imposible en tanto Pyongyang no permita la entrada de los expertos independientes de la ONU en las diferentes temáticas de derechos humanos y, en particular, de Ojea.
A pesar de las esperanzas que abre la posible apertura de negociaciones para la desnuclearización de Corea del Norte, el relator dijo que no tiene ninguna esperanza de entrar en el país "en el futuro cercano".
Ojea, un profesor de Derecho que ha trabajado en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), felicitó a varios países que comentaron la presentación de su informe y que prometieron que insistirán en que haya mejoras de derechos humanos en Corea del Norte, independientemente de que haya o no negociaciones nucleares.
Además de la represión absoluta de cualquier tipo de disidencia y la ausencia de libertades políticas y civiles, la población sufre una grave situación nutricional, con 10 millones de personas (de una población de 25 millones) en estado de malnutrición, según datos mencionados por el relator.
Durante la discusión del informe de Ojea, la delegación de la Unión Europea (UE) expresó su "gran preocupación" por lo que ocurre en Corea del Norte, pidió que "paren de inmediato las violaciones" y que los casos que pueden constituir crímenes contra la humanidad sean trasladados a la Corte Penal Internacional (CPI).
Japón también se refirió a las graves violaciones de los derechos humanos por parte del régimen norcoreano y a "no olvidar que este país continúa con su programa nuclear y de misiles".
Por su parte, la delegación surcoreana hizo hincapié en el caso de las familias separadas (a raíz de la guerra entre las dos Coreas) y en la necesidad de que se reanuden sus encuentros, que están suspendidos desde 2015.
Durante la rueda de prensa, el relator señaló que la liberación de los extranjeros detenidos en Corea del Norte podría ser una consecuencia positiva de la aparente voluntad de acercamiento con Occidente.
Seis surcoreanos y tres estadounidenses están detenidos en Pyongyang acusados de planear actos hostiles contra el Estado.
Para ellos, pidió "como mínimo" acceso a asistencia consular, comunicación con sus familias y que cuenten con una defensa de su elección.
Finalmente, Ojea se refirió al aumento de las repatriaciones de norcoreanos que escapan a China, con cuyas autoridades adelantó que hablará para que detengan esta práctica ya que los que retornan corren riesgo de torturas.